El cuadro de apertura corresponde a la
ejecución de gastos de la Administración Provincial de Santa Fe al 31 de
diciembre del año pasado (el documento completo, acá). La Administración
Provincial corresponde a la Administración Central, los Organismos Descentralizados
y las Instituciones de Seguridad Social (el IAPOS y la Caja de Jubilaciones);
excluyendo a las Empresas y Sociedades del Estado (por ejemplo la EPE o ASSA).
De acuerdo con los
números que expone el gráfico, el gasto público provincial creció el año pasado
un 27,18 % respecto al del 2017. Recordemos que la inflación en Santa Fe para
el 2018 medida por el IPEC fue superior incluso a la nacional: 49,3 %. Eso
supone que el gasto público creció más de 22 puntos por debajo de la inflación,
es decir que hubo en Santa Fe y con el gobierno “progresista” un ajuste brutal,
en términos reales.
Ajuste que fue
consecuencia de un combo de factores: la recesión (los recursos en el mismo
lapso crecieron un 34 %, más de 15 puntos por debajo de la inflación), y los
compromisos de ajuste asumidos por el gobierno de Lifschitz al firmar el pacto
fiscal con el gobierno nacional, que hicieron que el crecimiento de algunos
rubros del gasto crecieran en forma dispar, siempre por debajo de la inflación.
Partiendo de los
datos principales más arriba expuestos (27,18 % de aumento del gasto público
contra 49,3 % de inflación), tenemos que “Remuneraciones” (es decir, el gasto
en sueldos del personal) creció por debajo del promedio general: apenas un
23,29 %; o lo que es lo mismo, menos de la mitad de la inflación, o 26 puntos
por debajo de ella.
Eso, pese a que el
gobierno de Lifschitz se jactó de haber cerrado paritarias con los estatales
santafesinos con “cláusula gatillo”, cuyos efectos se dispararon en realidad a
partir del último trimestre del año pasado, y siguen este año: en febrero el
gobierno pagó la diferencia por la inflación de noviembre pasado, por ejemplo.
Por contraste, los
gastos en “Construcciones” (es decir la obra pública) crecieron un 39,32 %
interanual: 10 puntos por debajo de la inflación, pero 12 puntos por encima del
crecimiento del gasto, y 16 puntos por encima del crecimiento del gasto en
salarios del Estado provincial.
La explicación
también es relativamente sencilla: desde que se sancionó en 2002 la Ley 12.046
que establece la “redeterminación de precios” de los contratos, la obra pública
está virtualmente indexada, lo que hace que lo proyectos terminen costando (en
términos nominales) mucho más de lo que costaban originariamente cuando las
obras fueron adjudicadas; fenómeno del cual hemos dado cuenta acá en reiteradas
oportunidades, con numerosos ejemplos.
Y este factor
incide para evaluar el grado real de ejecución de la obra pública comprometida
por el gobierno en el presupuesto: en efecto, si solo nos atuviéramos a los
montos nominales ejecutados (es decir, sin la incidencia de la inflación), los
17.100,45 millones de pesos ejecutados durante el 2018 en “Construcciones” (casi
el 8 % del gasto total) representan el 86,16 % de las obras previstas en el
presupuesto.
Pero si al monto de
obra planteado en el presupuesto del año pasado (19.847 millones de pesos) se
le aplica la inflación registrada en Santa Fe en ese lapso (de un 49,3 %, como
dijimos), la ejecución en términos reales baja drásticamente, al 57,71 % del
total.
Por esa razón las
cifras de lo que se gastó en el rubro reflejan un crecimiento, pero las obras
se dilatan y no terminan en los plazos previstos; y el crecimiento de la
incidencia de la obra pública sobre el total de los gastos del Estado
provincial es apenas marginal: el 8 % del 2018 debe compararse con el 7,3 % del
2017.
Pero el peso del
ajuste provincial recayó -sin dudas- sobre los docentes y trabajadores
estatales santafesinos: “Remuneraciones” fue el 38,50 % del gasto público total
en 2017, y cayó al 37,32 % el año pasado.
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