Leemos en Rosario12 que finalmente la justicia rechazó el pedido de desalojo
a los trabajadores que ocupan la planta de la fábrica Frimetal, donde se
fabrican las heladeras Electrolux, en Rosario. Como cuenta la nota, el desalojo
había sido pedida por la fiscal Valeria Haurigot, que además imputó a los
trabajadores que defienden sus empleos ante la amenaza de despidos, por
distintos delitos. En el artículo se transcriben audios de la conversación
entre Haurigot, el abogado de la empresa y el jefe de seguridad de la planta,
que son muy reveladores, y acá reseñamos:
“-Jefe de
planta: (Cuando) todas las personas salen de adelante del portón, voy a poner
ahí dos camiones y una persona de seguridad. Voy a proteger mi portón. -Fiscal:
Más vale, hacelo. Mientras no reprimas, vos podés protegerlo.
-Abogado: ¿Y por
qué no puedo reprimir? Yo tengo una agresión ilegítima. -Jefe de planta: Voy a
proteger mi portón, que es el principal para entrar y salir los camiones.
-Fiscal: Está bien, me parece perfecto.
-Jefe de planta:
Voy a poner seguridad privada. Yo sé por dónde ellos van a salir. En el portón
cerca de la empresa, donde tiene la cochera el gerente. No lo están protegiendo
tanto como la entrada principal. Voy a poner dos camiones y una seguridad
privada.
-Abogado: Si
tuvieras un quilombo, van a obstruir la calle. -Fiscal: Ahí estás de fiesta,
porque por obstrucción del tránsito…-Jefe de planta: Llamo a la policía.
-Fiscal: Claro, llamá al 911.”.
Los audios dejan
claro que, frente a un conflicto social y más allá de su rol como integrante
del Ministerio Público de la Acusación, Haurigot actúa en total connivencia con
las autoridades de la empresa, asesorándolos sobre los pasos a seguir para
desalojar a los trabajadores. Pero Haurigot, además, no es cualquier fiscal: en
su momento allá por el 2017 cobró notoriedad porque la detuvieron en un control
de alcoholemia que le dio positivo (más del doble del límite permitido), y se
planteó que se la sancionase, cosa que no ocurrió, y no solo eso: luego del
hecho Lifschitz envió su pliego a la Legislatura, y cuando le pidieron que lo
retirara, se negó.
La corta y
meteórica carrera de Haurigot en la justicia santafesina está directamente
ligada a los gobiernos del Frente Progresista, tanto que hasta el 2013 no
formaba parte de ella. De hecho, fue Binner primero el que, por el Decreto 2485
del 9 de noviembre del 2011 hace lugar a un recurso que ella había interpuesto,
y la admite como postulante en el concurso convocado para cubrir cargos de
fiscales y fiscales adjuntos; del que la habían dejado afuera porque no cumplía
con el requisito de dos años de residencia en la provincia, al no haber nacido
en ella.
Hicieron más que
admitirla como postulante: ya con Bonfatti en el gobierno, por el Decreto 3819
del 7 de noviembre de 2013 la designaron como Fiscal Adjunta en los tribunales
de Rosario, al haber quedado aprobado su pliego en la Legislatura por el
transcurso del tiempo sin ser votado; la estrategia que utiliza desde el 2007
el Frente Progresista Cívico y Social para imponer los candidatos más
cuestionados a cargos en la justicia.
Ya con otro
gobernador socialista en la Casa Gris (en este caso Lifschitz) por el Decreto
2715 del 5 de octubre del 2018 se la designa Fiscal titular en los tribunales
de Rosario, con acuerdo de la Legislatura en votación dividida y muchos votos
en contra, precisamente por el incidente del control de alcoholemia.
Dato de color: en
esa oportunidad Carlos Del Frade (que ayer estaba en la planta defendiendo a
los trabajadores de la empresa) votó a favor de Haurigot, sosteniendo que el
asunto del control de alcoholemia era un “vuelto” porque Haurigot había mandado
a allanar el diario “La Capital” de Rosario en una causa en la que uno de sus
gerentes estaba acusado de lavado de dinero; lo cual es muy
curioso, porque es un delito federal, que no puede ser investigado por la justicia provincial. Como fuere, mal le pagó Haurigot a Del
Frade su apoyo.
Pero hay más: pese
a que, como dijimos, la designaron como Fiscal Titular en octubre del año
pasado (su pliego pidiendo el acuerdo fue enviado por Lifschitz a la
Legislatura en septiembre del mismo año), recién por el “Decreto 3042 del 2 de
noviembre de 2018 el gobernador crea el cargo, expresamente para ella. O sea:
el pedido de acuerdo no respondió a la necesidad de cubrir una vacante
preexistente.
Finalmente y como
compensación de tantos favores recibidos del socialismo, veíamos acá como Haurigot “aceptó” que le designaran en su
fiscalía a la hija del matrimonio anterior de la actual esposa del gobernador.
El caso Haurigot es
nada más que un botón de muestra de la justicia que vienen construyendo en
Santa Fe desde el 2007 los gobiernos del Frente Progresista, que luego se
jactan de no tener funcionarios procesados (lo cual es falso, además), ni
aparecer vinculados a hechos de corrupción.
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