La imagen está armada con parte de la tapa de Clarín (que cubre acá la asunción de Obama) y de la de La Nación; que acá trae la nota respectiva.
Y así como coinciden en la tapa, lo hacen en el desarrollo: el discurso del morocho (de apenas 19 minutos) "planteó la agenda más progresista jamás escuchada a un responsable de la Casa Blanca".
¿Y en qué consistió el progresismo de Obama, esa categoría tan gaseosa que a veces resulta tan difícil de precisar sobre todo por estos lados?
En mencionar a los homosexuales (ni siquiera se animó a decir que son personas con derecho a tener derechos, y que el Estado se los reconozca) y a los inmigrantes extranjeros que llegan a EEUU, agregando que "algo hay que hacer con ellos" para integrarlos.
O decir que se terminó una guerra de 10 años (guerra basada en un conjunto de mentiras, como quedó demostrado en el caso de las armas químicas), y la era de las guerras perpetuas; pero que los EEUU están dispuestos a luchar por la democracia en los cuatro continentes; o sea: a seguir matando en nombre de la paz, así a lo mejor le vuelven a dar el Premio Nobel.
No dijo que pasará con el despliegue militar de su país en todo el mundo, con los asesinatos por encargo de terroristas (como en el Far West), los bombardeos a poblaciones civiles con aviones no tripulados, la cárcel de Guantánamo o las prisiones secretas de la CIA en todo el mundo: el progresismo no llega a tanto.
Entre los otros puntos "progresistas" del discurso estuvieron "hacer algo" respecto al cambio climático y el medio ambiente (dicho por el presidente del país que, con el 5 % de la población mundial, consume el 25 % de la energía del planeta) y el control de la venta de armas: para impedir que, cada tanto, un lunático la emprenda a balazos contra la gente indiscriminadamente; imitando lo que hacen sus presidentes en el resto del mundo.
No dijo nada sobre ratificar los tratados internacionales de protección de los derechos humanos que los EEUU se niegan a firmar, reconocer la jurisdicción de los tribunales internacionales; o respetar el rol de los organismos multilaterales para resolver los conflictos civilizadamente, sin invadir países para transformarlos en gigantescas playas de estacionamiento.
Ni una palabra de la necesidad de regular la especulación financiera, los fondos buitres, los movimientos del capital especulativo a través del mundo (cuestiones que son la génesis de la crisis internacional); o incluso hacia su propio país, de garantizar a todos sus habitantes educación o salud, por parte del Estado: un progresismo bastante módico, o quizás siendo más exactos; que nos da una idea más certera de que es de lo que se habla cuando se dice "progresismo".
Que al final había sido algo bastante más módico y sencillo de alcanzar que lo que suelen decir a diario -por ejemplo- Binner, y tantos otros. Capaz que hasta le arrimen una ficha de afiliación al FAP.
Casi que diríamos que (medidos en los términos del discurso de Obama) acá hace rato que somos progresistas, y no nos habíamos dado cuenta.
Y por supuesto Clarín y La Nación tampoco.
4 comentarios:
Y mas ahora que ser progresista incluye cagar a bombazos a media humanidad.
Acá somos progresistas y hablamos en prosa sin darnos cuenta.
No como en Francia, por ejemplo, en la que el candidato del FAP y actual presidente, François Hollande, se pone a invadir ex colonias.
Porque festejamos el triunfo de Hollande, ¿no es cierto?
Y como que no Barullo, véalo acá a Hermes gozando a lo loco: http://nestornautas.blogspot.com.ar/2012/05/la-fiesta-socialista.html
Don Barullo,sabe que pasa,todavia tenemos algunas ilusiones,por ejemplo,que Hollande sea distinto a Sarkosy,pero la unica diferencia termina siendo Carla Bruni o que Obama sea distinto a Bush,pero lo unico distinto es que las hijas de Obama no andan por el mundo poniendose en pedo,por ahora.
Los unicos que no nos desiluionan son los locales Mujica,Dilma,Chavez,Correa,Pineda,Santos,cada uno a su manera.
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