Pongámonos de acuerdo en algo: este ñato tiene -hoy por hoy- la misma relevancia política que Carrió, o quizás menos.
Como viene sucediendo desde que Kirchner lo eyectó del gobierno en el 2005 (recordándole que al ministro de Economía también lo pone y lo saca el presidente, algo que estaba olvidado en nuestras costumbres políticas), y en declive constante; sólo los medios lo mantienen vivo porque necesitan figuritas de recambio en una oposición por momentos exasperantemente patética.
Y en ese constante rotar por los medios, posa de "serio", de estadista que está por encima de las rencillas y pasiones de los mortales; de hombre que ve con mirada de largo plazo.
Pero hete aquí que ahora se manda una que supera los disparates de Lilita: más de cinco años después de una elección en la que fue candidato (acompañado por Gerardo Morales, se ve que su mayor talento está en la elección de aliados), y a casi quince meses de otra en la que ni siquiera se presentó (seguramente por temor al papelón), sale a decir que en ambas hubo un "fraude altísimo".
Por supuesto sin aportar una sóla prueba (aunque dice que "infinitas"), y sin haber denunciado el hecho ante la justicia porque (dice) "está presionada y manipulada" por el gobierno.
Muy lindo todo, y bastante parecido a los disparates de Patricia Bullrich, a la cual incluso la podría justificar la ebriedad; cosa que en éste caso y al menos hasta ahora, no se conoce.
Lo curios es que en esas mismas elecciones que Lavagna denuncia como fraudulentas, obtuvieron sus bancas la mayoría de los senadores y diputados que ocupan sus bancas en el Congreso, incluyendo a los de la oposición; sin que se sepa que alguno haya renunciado en protesta por el procedimiento electoral.
Como también es muy curioso que el gobierno (teniendo al parecer todas las herramientas a su disposición para ejecutar un fraude en gran escala) no lo hizo en el 2009, y perdió las elecciones; y el control del Congreso.
De hecho, si hubo un fraude a gran escala en las elecciones del 2007 (cuando él fue candidato, y por ende tuvo quien le fiscalizara los votos: todo el aparato de la UCR, cuyo candidato oficial fue), no sería sino una prueba de la opacidad de Lavagna y sus aliados de entonces, los radicales (hasta la noche del escrutinio, en que se pelearon).
Opacidad: calidad de opas notorios.
Esta es una muestra más de las calidades democráticos de algunos dirigentes opositores (dirigentes sin partidos, sin estructucturas y eventualmente sin votos), que revolean al aires estas pavadas gratuitamente, sin reparar en que están serruchando la rama sobre la que estamos todos parados; y son incapaces de cumplir con la regla básica de la democracia: aceptar la voluntad popular, sin excusas ni cortapias, sobre todo cuando se pierde.
Porque cuando se gana cualquiera es democrático, y defensor de las instituciones.
Personajes que esgrimen soluciones mágicas, como la boleta única (un esperpento que experimentamos acá en Santa fe, y ya tiene arrepentidos) o el voto electrónico, reduciendo el problema de la representación política a la mera logística de la elección.
Y pensar que decían que éste, de todos los economistas, era el que más entendía de política.
3 comentarios:
Si Lavagna, preparate para esta porque van a contar los votos con lupa.
¿Y Ahora los venís a decir?
No se enojen con el Abu que está tomando las mismas pastillitas que Hermes pero es dosis mayores.
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