En una muestra absoluta de alienación social, política y democrática, el "Foro de Convergencia Empresarial" y la cámara que nuclea a los bancos (que están sin dudas entre los grandes ganadores del modelo macrista) preparan un insólito documento dirigido a Alberto Fernández como casi seguro futuro presidente, en el que piden la continuidad en funciones de funcionarios que estuvieron a cargo de organismos claves del gobierno de Mauricio Macri: el Banco Central, la AFIP, la AFI (sí, Arribas, el jefe de los espías), la Oficina Anticorrupción (sí: van a pedir que siga Laura Alonso), la ANSES, la Procuración del Tesoro, el Consejo de la Magistratura, la Auditoría General de la Nación (desconociendo que en esos casos los cargos se distribuyen entre oficialismo y oposición), la Sindicatura General de la Nación (el control interno del Poder Ejecutivo) y la Unidad de Información Financiera, entre otros.
Es decir, todos lugares desde los cuáles el macrismo persiguió opositores, facilitó negocios (propios y de esos mismos sectores que ahora piden continuidad), saqueó el sistema previsional, favoreció la fuga de capitales, miró para el costado en las grandes maniobras de evasión y lavado de dinero, o desistió de la defensa de los intereses del Estado en juicio, entre otras cosas. Confirman así que aunque ahora quieran ensayar garrochazos para acercarse al candidato triunfante en las PASO, éste fue su gobierno, y por ende, también su fracaso estrepitoso, tanto como el de Macri; que al fin y al cabo no fue más que su instrumento.
Pero la cosa no termina, ahí, y lejos de cualquier atisbo de autocrítica, exigen (ese es el término apropiado) que AF de a conocer su gabinete, le quieren elegir los miembros, operan a favor o en contra de uno u otro candidato a ministro, reclaman que tras las elecciones se "apure la transición" (¿que Macri se vaya antes, que exista un cogobierno antes de diciembre?), para poner en marcha "su" plan, que era el de Macri ("lo mismo pero más rápido"), o sea, el que fue derrotado en las PASO y volverá a ser derrotado en las generales, posiblemente por un margen mayor, según ellos mismos admiten.
Otros, como Cristiano Rattazzi, el fiscal de "Cambiemos" en La Matanza, van aun más lejos, y metidos a sommeliers de peronismos, reclaman que vuelva el menemismo; como si no fuera justamente eso lo que, en líneas generales, vino gobernando desde el 2015 para acá, y lo que fue derrotado en las elecciones. Eso sí: no se privan de aclarar que son amigos de Alberto, y lo van a apoyar.
Los empresarios del campo privilegiado (al menos la parte de ellos que no sostienen aun sus vínculos indisolubles con el macrismo, como la Sociedad Rural), se manifiestan dispuestos a colaborar en el plan de lucha contra el hambre, pero eso sí: a título de donación, e imponiendo condiciones.
Condiciones que son conocidas, porque son siempre las mismas: rebaja de retenciones, o archivo de toda idea de subirlas para capturar para el Estado parte de la renta extraordinaria generada por la devaluación, apertura irrestricta de las exportaciones, nada de regulación o controles del precio de los alimentos básicos, ni mucho menos fijación de cupos, o garantías de abastecimiento del mercado interno a precios razonables. Dejen, muchachos, no ayuden más.
En el mismo coloquio de IDEA, ese antro de la reacción antidemocrática, el embajador de los Estados Unidos en el país manifestó la preocupación de su gobierno por la postura de Alberto sobre Venezuela, y su idea de salir del grupo de Lima para encarar un diálogo multilateral conforme a la idea que expresaron los gobierno de Uruguay y México: para el ex juez Prado, eso es "inaceptable", porque supone sentar a Maduro a la mesa de negociaciones, y -esto no lo dice pero lo sugiere- descartar la posible intervención militar contra su gobierno, una de las opciones que se manejan en ese grupo; para la cual se ha recurrido incluso al TIAR.
El mismo TIAR que su país descartó aplicar a pedido de la Argentina en el 82', por Malvinas. Y ya que hablamos de Malvinas, en el mismo evento y sin que se sepa que ningún empresario lo reprendiera o le saliera al cruce, el embajador inglés también se mostró preocupado, en este caso por la definición del candidato del FDT de dar marcha atrás con los acuerdos firmados por Macri con el Reino Unido; lo que no sería más que poner las cosas en su cauce correcto: el del sostenimiento del reclamo soberano del país sobre las islas por la vía diplomática, como manda la Constitución Nacional.
Y para terminar el repaso de noticias que aparecieron en los diarios de ayer y de hoy, el FMI ratifica que no desembolsará el tramo pendiente del stand by hasta después del cambio de gobierno, y previo conocer en detalle el plan económico de Alberto Fernández.
O sea, el mismo FMI que le entregó sin chistar 50.000 millones de dólares a Macri para financiar su intento de reelección, que se destinaron a la fuga de capitales violando su propia carta orgánica, y a cambio de cumplir metas que nunca se cumplieron y fueron renegociadas cuatro veces, ese FMI ahora quiere "un plan consistente" para abrir la billetera.
Si algo tienen en común todas estas noticias de actualidad, es que significan la puesta en marcha del "plan de educación presidencial" del que habla Horacio Verbitsky cuando dice que los factores de poder interno y externo intentan condicionar al futuro gobierno, antes de que asume e incluso antes de que sea formalmente electo.
Esta claro que la elección de AF como candidato por parte de Cristina tuvo por objeto establecer un perfil de alguien moderado y dialoguista, capaz de tender puentes no solo hacia la política, sino a muchos de esos factores de poder con los que el kirchnerismo sostuvo agrias disputas en el pasado; para ampliar así las bases de sustentación política del futuro gobierno.
Pero también está muy claro -como dijimos acá- que esos sectores juegan siempre a fondo y según sus propias reglas, que rara vez son las de la democracia. Por más que Alberto intente muchas veces lanzar señales tranquilizadoras para todos para que no le empiojen la transición más de lo que seguramente lo hará Macri en su desbandada final, la idea de tener -como Roberto Carlos- "un millón de amigos" no es realista en política, porque queda claro que muchas veces aunque vos no tengas ganas de pelearte con nadie, eso no significa que nadie quiera pelearse con vos. Tuits relacionados:
Una remera que diga "Me importa un choto lo que crean o pidan los empresarios que van al coloquio de IDEA".— La Corriente K (@lacorrientek) October 18, 2019
Se le va a complicar el plan "Roberto Carlos" a Alberto. Todos quieren su pedazo, y ninguno lo quiere largar.— La Corriente K (@lacorrientek) October 18, 2019
Evasión; fuga, negreo, chatura intelectual, cero responsabilidad social, rosqueo y lobby en lugar de inversión y apuesta al desarrollo científico y tecnológico. Todo eso se junta todos los años en el coloquio de Ni Idea.— La Corriente K (@lacorrientek) October 18, 2019
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