Desde su última
vuelta a Buenos Aires desde Santa Cruz por las vicisitudes judiciales de las
causas con que la hostigan, Cristina no ha parado de enviar gestos claros y
contundentes de que no tiene intenciones de retirarse para dedicarse a la
jardinería..
Antes de salir con
C5N con Navarro en vivo (tomando nota de que la vez anterior hubo críticas
porque fue por teléfono) había dado desde El Calafate una conferencia a medios
y agencias internacionales. En ambos casos, no esquivó el bulto a nada, y
abordó todos los temas de la realidad nacional y regional.
Desde entonces, fue
sumando el encuentro con los estudiantes secundarios en la Tecnológica de
Avellaneda, la reunión con los científicos y la gente de la universidad en
Filosofía y Letras de la UBA, con la excusa de la conmemoración de “la noche de
los bastones largos”. Y el homenaje a Chávez, en momentos en que nuestro país se suma a la vergonzosa entente con los impresentables gobiernos de Brasil y Paraguay, para desconocerle a Venezuela la presidencia pro témpore del Mercosur y Macri sobreactúa casi a diario la subordinación a la política exterior de EEUU.
Y así como en
Avellaneda había reivindicado la participación de los jóvenes en la política
(la apuesta de recambio generacional a un futuro que incluso la trascenderá a
ella), en la UBA Cristina advirtió sobre el autoritarismo creciente del gobierno con la
célebre metáfora de Quino en Mafalda: el “palito de abollar ideologías”; un
señalamiento a tono con el clima espeso que se nota en el país por los avances
autoritarios del gobierno de “Cambiemos”.
En un ámbito
tradicionalmente reservado a las clases medias y hostil al peronismo,
reivindicó un hecho (aquélla resistencia de muchos docentes al autoritarismo de
la dictadura de Onganía) que no suele ser rescatado por el “calendario
peronista”, acaso porque aquélla ínsula libertaria reformista que los bastones
asaltaron coincidía con la proscripción electoral de las mayorías, y el exilio
forzado de Perón.
Poco después asistió al sepelio de Ongaro, uno de
los últimos símbolos vivientes de una tradición de sindicalismo combativo,
austero y coherente en la defensa de los derechos de los trabajadores; tras lo
cual sostuvo una reunión con la Corriente Sindical Federal, un nucleamiento que
intenta organizar un polo alternativo en el desgastado sindicalismo argentino,
reivindicando los programas de La Falda y Huerta Grande, y experiencias de
lucha como la CGT de los Argentinos o la Comisión de los 25.
Otro gesto fuerte
ahora hacia sectores tradicionalmente identificados con el peronismo (los
trabajadores y las organizaciones sindicales), mientras las CGT parecieran
comenzar a desperezarse del sueño en el que entraron tras la movilización que
llevó a la sanción de la ley de despidos; con un documento tan duro y certero
sobre la situación nacional, como ambiguo sobre los pasos a dar en lo inmediato
por el sindicalismo tradicional para enfrentar las políticas de Macri. Acaso la
pretensión de cerrar una unidad “con todos adentro” (incluyendo al sindicalismo
macrista, como el “Momo” Venegas o Camaño) termine esterilizando en la práctica
los efectos de la unidad.
Pero volviendo a
Cristina: mientras multiplicaba sus gestos y contactos con fuerte sentido
político, contraatacaba contra el eje Stolbizer-Bonadío (o Comodoro Py, o
partido judicial)-Clarín, en el afán de apretar el acelerador para disipar la
ofensiva judicial en su contra. ¿Despejar ese frente es acaso un pre-requisito
necesario para disputar la pelea electoral del año que viene?
En eso estaba
cuando la torpeza del partido judicial (con un guiño del macrismo) intentó
meter presa a Hebe, y el kirchnerismo estuvo en la primera línea de defensa, en
la reacción popular que abortó la intentona. Como horas más tarde la militancia
se sumaría a los “ruidazos”, bien que admitiendo que era una movida con
protagonismo de ciudadanos “sueltos”: en ambos hizo bien en estar donde había
que estar.
Y ayer visitó la
Villa 31 para inaugurar los estudios de un canal comunitario de TV, y de paso
hablarle a la gente que se congregó para verla. Un apoyo explícito a la
comunicación alternativa en tiempos de hegemonía casi incontrastable de los
medios tradicionales, Antes -en su visita al a redacción de “Tiempo Argentino”
había expresado lo mismo, además de la denuncia al autoritarismo creciente.
Pero además la visita a la villa (así como en su
momento al comedor de los curas de “Opción por los pobres” en la isla Maciel) es
un mensaje contundente a los sectores populares más golpeados por las medidas
del gobierno de Macri (“que no les hagan creer que tener derechos o comer 4
veces por día es vivir con lujos”), tanto como al corazón del discurso perverso
de “la inevitabilidad del ajuste”, para “pagar los costos de la fiesta que no
podíamos tener”.
El día antes de la
visita de Cristina a la Villa 31, muchos sectores sociales (y acaso los propios
villeros) emparentados con sus habitantes por los estragos que les provocan las
políticas del gobierno protagonizaron una masiva movilización a San Cayetano y
a Plaza de Mayo para protestar contra el ajuste, y reclamar por la defensa del
trabajo que éste amenaza destruir; y en muchos casos ya destruyó.
Sin una
direccionalidad política unívoca (convergieron desde sectores que siempre
adversaron al kirchnerismo hasta los que se fueron de éste con críticas como el
Movimiento Evita, pasando por sectores que se siguen referenciando en el FPV) e
invisibilizados por los grandes medios, los que marcharon el domingo protagonizaron en las calles otro hecho
masivo explícitamente en contra de Macri en su gobierno, el tercero en pocos
días sumando el “ruidazo” y la movilización para defender a las Madres. Es muy
probable que éste jueves se genere otro, con la marcha número 2000 en la Plaza.
Lo que marca a las
claras que crece el malestar y el descontento social contra el gobierno, y que
a éste -al que jamás le ha interesado “ganar la calle” como metode de acción
política, salvo los “timbreos”- el espacio público le resulta francamente
hostil. Claro que falta conectar políticamente esas diversidades, y hacerlas
confluir tanto como sea posible, una tarea no menor.
Por contraste y a la misma hora en la que Cristina visitaba la Villa 31, un Macri en la cumbre de la alienación política y social inauguraba una sucursal de COTO, formador de precios que alimenta a la inflación para acumular ganancias descomunales; y ha despedido hasta 3 veces a un centenar de empleados de su filial rosarina en represalia por la ley del descanso dominical. En ese escenario y con esa compañía el presidente le endilgó al kirchnerismo la responsabilidad por la destrucción de empleo.
Por contraste y a la misma hora en la que Cristina visitaba la Villa 31, un Macri en la cumbre de la alienación política y social inauguraba una sucursal de COTO, formador de precios que alimenta a la inflación para acumular ganancias descomunales; y ha despedido hasta 3 veces a un centenar de empleados de su filial rosarina en represalia por la ley del descanso dominical. En ese escenario y con esa compañía el presidente le endilgó al kirchnerismo la responsabilidad por la destrucción de empleo.
Hay mucho
“peronista de Perón” -e anche “kirchnerista crítico paladar negro”- que le objeta a
Cristina el énfasis que pone en su propia defensa personal, en las causas
judiciales armadas en su contra. El argumento parece bobo, por ser leves: ¿qué
debería hacer, esperar que la defensa la asume la hibernada cúpula del PJ
nacional, donde la mitad por lo menos de sus miembros hace esfuerzos ingentes
por decir que el kirchnerismo es un ciclo concluido ante cuanto micrófono o
cámara le pongan enfrente?
Cúpula de la que por cierto no se conoce ninguna
actividad o pronunciamiento, a no ser el pedido público de Pichetto (secretario
“de Acción Política” del Consejo Nacional del PJ) de que Cristina se calle la
boca y no opine ni se involucre políticamente; o la queja de Gioja porque “es
fácil aparecer, decir unas cuantas cosas y luego irse”. ¿Y si es tan fácil por
qué no lo hacen ellos también, entonces? Si ni siquiera se solidarizaron con Scioli (que afronta ahora los embates de los carpetazos de Carrió, como tantas veces les pasara a Néstor y Cristina), al que Cristina se hizo tiempo ayer para recibir en el Instituto Patria después de ir a la Villa 31.
Cristina está
haciendo política “armando por abajo” y en el mano a mano; y lo puede hacer
porque tiene los votos y la rodea el afecto popular por donde va; y si eso le
sucede es porque se lo ganó en buena ley, desde su gobierno y con medidas
concretas. Como ella misma diría, “no fue magia”. A menos que se entienda por
“hacer política” exclusivamente la rosca a nivel dirigencial, o los “armados
electorales”.
Por otro lado los
que la critican ¿qué hacen hoy por hoy que sea más eficaz para oponerse al
gobierno de Macri? ¿Se animan a poner el cuerpo y la cara en cualquiera de los
ámbitos a los que ha estado yendo Cristina como ella lo hizo, y si se animan por
qué no lo hacen, que se los impide?
Hasta acá Cristina
se ha movido en la capital y el conurbano, sin incursionar en las provincias;
acaso porque su presencia en alguna de ellas podría ser interpretado como un
gesto “contra” alguien. Sin embargo, no hay que descartar que en el futuro siga
sumando gestos contundentes como los apuntados: ¿ acaso visitar a Milagro Sala
en la cárcel por ejemplo?
Sean cuáles sean sus pasos futuros y decante como decante
el armado y el perfil de la oposición al gobierno de Macri (y hasta su
liderazgo), es indudable que Cristina -por peso político y condiciones propias-
demuestra que es referencia insoslayable en esa tarea: no se puede pensar en
orquestar un polo alternativo al macrismo que no la incluya.
4 comentarios:
Todos y cada uno de los pasos que dio Cristina fueron dados en la direccion correcta y junto a los sectores mas golpeados por el vampirismo macrista...solo disiento en la eleccion del abogado que en mi opinion relativisima es demasiado mediatico y le da un sesgo poco creible a su defensa
a las provincias estan yendo mucho kicilloff y tambien sabatella, CFK va a a empezar por las que gobierna cambiemos. no hay dudas.
Excelente: Coincido totalmente
"Cristina está haciendo política “armando por abajo” y en el mano a mano; y lo puede hacer porque tiene los votos y la rodea el afecto popular por donde va; y si eso le sucede es porque se lo ganó en buena ley"
¿Algún dirigente del PJ que pueda arrastrar los votos y el afecto popular?
¿Gioja? ¿El Chino Navarro? ¿Pichetto? Dejate de joder.
El Colo.
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