Leemos en la tribuna de doctrina que el gobierno no piensa renovar el "pacto anti-despidos" que firmó en su momento con las principales empresas del país, en medio de la discusión de la ley anti-despidos en el Congreso; que Macri terminaría vetando.
En la misma nota se da cuenta que "Durante los 90 días que duró la tregua, no todos los empresarios cumplieron con lo acordado en el documento sellado en la Casa Rosada. De las 128 compañías que adhirieron, un 10 % despidió o suspendió personal entre mayo y agosto, según un relevamiento que hizo LA NACION entre empresas, gremios y fuentes del Ministerio de Trabajo. El caso más alarmante se dio en la construcción. Juan Chediak, titular de la cámara empresaria del sector, firmó el documento aquel 9 de mayo, pero desde entonces hasta la actualidad hubo aproximadamente 6500 suspensiones. Hubo incumplimiento, además, en otros rubros. La compañía IBM redujo 100 puestos de trabajo, según precisó Pablo Dorín, referente de la Unión Informática.
Hubo despidos en Alpargatas, Papelera Tucumán, y las automotrices Volskwagen y Fiat continuaron con su política de suspensiones y adelantamiento de las vacaciones.Otro caso particular es el de las grandes cadenas de supermercados. Hubo despidos en las sucursales santafesinas con el argumento de la ley de descanso dominical que rige desde el 1° de julio en algunos municipios de la provincia. Sin éxito, Alfredo Coto intentó frenar el avance de esta legislación. Otro sector que sufrió bajas a pesar de la tregua es el metalúrgico. Entre enero y junio de este año, 15.118 afiliados de la UOM fueron suspendidos y 5514 despedidos. Pese a los incumplimientos, en el mismo artículo los funcionarios del Ministerio de Trabajo que conduce Triaca señalar que "Otro sector que sufrió bajas a pesar de la tregua es el metalúrgico. Entre enero y junio de este año, 15.118 afiliados de la UOM fueron suspendidos y 5514 despedidos. ".
Lo que demuestra que -conforme a lo dicho en su momento acá- el "pacto" no se prorroga porque ya cumplió su propósito: intentar parar la ley anti-despidos sobre la base de la idea de que "no era necesaria", y si finalmente prosperaba vetarla, y darles "zona liberada" a los empresarios que quisieran despedir, para poder hacerlo sin sanciones; como por ejemplo tener que pagar doble indemnización.
Porque los despidos son parte central de la estrategia de disciplinamiento de la fuerza laboral, para conseguir el objetivo de "bajar el costo salarial": tal como lo dijo hace un tiempo Prat Gay y es sabido, la amenaza de perder el empleo modera reclamos como por ejemplo la reapertura de las paritarias, ante el avance de la inflación.
De más está decir que el 90 % (en teoría) de las 200 empresas que firmaron el pacto y lo "cumplieron" no despidiendo por 90 días, pueden hacerlo perfectamente ahora, sin exponerse a "publicidad negativa" ni a ningún tipo de sanción, como sus colegas que ya lo violaron.
No pueden derivarse del "pacto" porque era un papel firmado sin valor legal alguno (y ya quedó demostrado lo que vale la palabra de los principales empresarios del país), ni tampoco de la ley anti-despidos porque Macri la vetó, y no hay en el Congreso el más mínimo movimiento tendiente a rechazar el veto.
Un objetivo que el gobierno pudo cumplir entonces, para variar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario