LA FRASE

"EL CLIMA POLÍTICO EN EL PAÍS SE ESTÁ YENDO A LA MIERDA." (JOSÉ LUIS ESPERT)

jueves, 8 de mayo de 2025

OPERATIVO CERROJO

 

Mientras el oficialismo y sus aliados apuraban en el Senado la sanción de la ley de ficha limpia (que finalmente fracasó), los medios presionaban a la Corte para que se expida rechazando el recurso extraordinario presentado por Cristina en la causa Vialidad, y Lorenzetti (como ha pasado hasta acá en todas las causas contra CFK) les corresponde diciendo que la Corte debería expedirse rápido porque no hay razones para la demora.

Lo cual demuestra en primera instancia que la descomposición institucional en el país es absoluta, empezando por la Corte y el Poder Judicial, para derramarse a los demás poderes del Estado: el mismo Congreso que no tiene tiempo para los jubilados y demora ad náuseam tratar la prórroga de la moratoria previsional apura la sanción de una ley con el solo propósito de proscribir a Cristina, y el Poder Ejecutivo que acaba de endeudarnos con el FMI en 20.000 millones de dólares, sanciona un blanqueo de hecho invitando a los que tienen dólares en el colchón a gastarlos porque no les van a preguntar de donde los sacaron, en otro paso más hacia la conversión de la Argentina en un narco-Estado.

El único fallo rápido, justo y ajustado a la Constitución que podría sacar la Corte en la causa Vialidad es el que todos los que han pasado por la puerta de alguna Facultad de Derecho saben, y es el único que no saldrá: uno que diga que el fallo que la condenó es un mamarracho, que Cristina es absolutamente inocente porque no se le pudo comprobar ningún delito, y la sentencia en su contra debe ser anulada porque fueron violadas todas sus garantías constitucionales durante el proceso. 

Todo eso apurado solamente porque el Congreso hubiera sancionado previamente la también inconstitucional ley de ficha limpia, pensada exclusivamente para ella y que no aplica a nadie más, tanto que ni siquiera Axel Kicillof o cualquier otro posible candidato del peronismo tienen que preocuparse por ella. Ahora, con la ficha limpia rechazada, seguramente redoblarán la presión sobre la Corte para que confirme el fallo condenatorio contra Cristina, para inhabilitarla de por vida para ocupar cargos públicos.

Que la ficha limpia era para proscribir a Cristina lo dicen tanto sus propios impulsores sin ningún tipo de pudor, como que es un dato objetivo que no hay ningún otro dirigente político de ninguna fuerza (oficialista u opositora) que esté ni siquiera cerca de quedar comprendido en sus alcances. ¿O acaso hay que creerles a los sempiternos propulsores, ejecutores y beneficiarios de los blanqueos de capitales que el mismo día en que se discutía la ley de ficha limpia protegieron a Milei y su hermana de ser investigados por la criptoestafa, que realmente les preocupa que la corrupción no quede impune?  

El operativo cerrojo que estaba en marcha con la discusión de la ley de ficha limpia en el Congreso y el fallo de la Corte en la causa Vialidad no se detendrá porque el proyecto haya sido rechazado, porque tiene por único propósito obturar una candidatura de Cristina  para estas elecciones (el régimen no está en condiciones de soportar una derrota a manos suyas en la provincia de Buenos Aires), pero por sobre todo para las presidenciales del 2027. Algo que los gorilas entienden mucho más clara y rápidamente que muchos despistados del peronismo: la idea es colocarlo en la disyuntiva de tener que elegir candidato en las condiciones que impone el enemigo, como en el 2019.

No se trata simplemente de que una posible proscripción afecte los derechos políticos de Cristina, ni siquiera de que los muchos que nos sentimos representados por ella nos veamos imposibilitados de votarla, aunque eso sea significativo como vicio del proceso democrático. 

Se trata de admitir que una competencia democrática que se desarrolle en esas condiciones pone en juego su propia credibilidad y estabilización, como pasaba en su momento cuando lo proscribieron a Perón. Es cierto que a Cristina la tocaron (poniéndole un arma en la cabeza, nada menos) y no pasó nada, pero el riesgo que enfrenta la democracia argentina en tiempos de insatisfacción insatisfecha con (valga la paradoja) con Milei no es el argentinazo, sino la anomia política y social y la vuelta al 2001 en un contexto económico explosivo, siendo a su vez que ambas cuestiones (crisis económica por un lado, política e institucional por el otro) se retroalimentan mutuamente.

Hay que preguntarse entonces cual será antes de llegar a eso la respuesta del peronismo como fuerza política democrática a la que le proscriben (mediante el uso de todo el poder institucional del Estado al servicio del poder económico) no ya su principal activo electoral o su candidata más taquillera, sino su propia presidenta. 

Mientras con el acuerdo con el FMI le condicionan la política económica de un posible futuro gobierno, con la proscripción de Cristina le interfieren la estrategia electoral y las condiciones de competencia política para llegar hasta él. De allí que sin desconocer (claramente, con todas las letras, sin medias tintas) uno y sin enfrentar la otra no hay destino, no para el PJ sino para la democracia argentina. Tuits relacionados:

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