LA FRASE

"PARA QUÉ VAMOS A INVERTIR EN TRENES SI LOS PIBES DE RAPI QUE NOS VOTAN A NOSOTROS ANDAN EN MODO." (MANUEL ADORNI)

lunes, 29 de abril de 2024

QUIOSQUEROS

 

El gobierno de Pullaro viene instalando el tema de la reforma previsional en la provincia, a partir del déficit de la Caja de Jubilaciones. Y esa reforma viene -sí o sí- con recorte de derechos para los trabajadores activos y los jubilados provinciales: aumento de la edad, eliminación de los regímenes de compensación de edad y años de servicios, del 82% móvil, aumento de los aportes personales, o todo eso junto.

Y para desarmar la posible oposición a la reforma, acude a cuanto argumento efectista (y posiblemente efectivo en algunos sectores) tiene a mano: la semana pasada el propio Pullaro recorrió los medios repitiendo que no es posible que los quiosqueros santafesinos paguen con sus impuestos el déficit de las jubilaciones de los empleados públicos.

Claro que se abstuvo de entrar en mayores precisiones sobre quienes deberían pagar ese déficit en su reemplazo, como así de proponer otras alternativas para financiarlo, o mejorar las cuentas públicas. Como por ejemplo aumentarles los impuestos a los sectores con mayor capacidad contributiva: los quiosqueros por ejemplo (como toda la actividad comercial) pagan Ingresos Brutos, que representa entre un 75 y un 80% de los recursos tributarios propios de la provincia, pero el mayor polo exportador del país que está radicado en ella, no.

Del mismo modo que el sector agropecuario no paga Ingresos Brutos desde 1992, y lo que paga de Inmobiliario Rural por sus propiedades valorizadas en dólares en medio del boom sojero de las últimas décadas, es un valor simbólico, que parece un chiste. Tampoco le pareció oportuno al gobernador explayarse sobre otros gastos del Estado provincial que también son financiados -entre otros- por los quiosqueros con sus impuestos, como por ejemplo los más de 177.000 millones de pesos que se destinarán este año a subsidiar la educación privada.  

Sin embargo, hay otros gastos que Pullaro no tiene problemas en financiar: el artículo 50 de la Ley 14245 (Presupuesto provincial para éste año) lo autorizó a endeudarse con el sector privado (no organismos multilaterales de crédito) "...para el financiamiento total o parcial de proyectos de inversión pública y/o adquisición de bienes de capital y/o la atención de las necesidades financieras que demandará la cancelación de los servicios de la deuda del ejercicio...". O sea, para hacer obras, comprar bienes de capital (por ejemplo patrulleros, ambulancias o maquinaria vial), o para pagar la deuda que contraiga durante el ejercicio: deuda para pagar deuda, digamos.

Ese endeudamiento -según la ley- puede ser con plazos de amortización que van desde uno a 10 años (lo que incide obviamente en los intereses), es decir que puede afectar a futuros gobiernos. Y autoriza a afectar en garantía de su pago los recursos provenientes de la coparticipación federal de impuestos.

Pues bien, mediante el Decreto 510 del 19 de abril pasado (cuyas imágenes cierran el post) el gobernador decidió gastar todo ese monto de endeudamiento (reiteramos: de 50.000 millones) para hacer obras viales de acceso a los puertos provinciales, en beneficio del sector exportador. Y tan ingeniosa idea es apologizada en esta publinota de El Litoral en la que la autoría intelectual de la misma se le atribuye a la Bolsa de Comercio de Rosario, lo cual debe ser cierto: solo a ellos se les pudo haber ocurrido.

Se dice incluso en la nota que la provincia acaba de licitar y adjudicar (antes de endeudarse) obras de acceso a "...las plantas de Renova, LCD, Cofco, Aca y AGD." (todas pymes locales, como se sabe) y que "La Bolsa rosarina actuará para captar recursos financieros de la región, ya sea de empresas o de particulares, para la adquisición de los títulos.". Para que se entienda: los sectores ligados al complejo agroexportador van a canalizar parte de sus excedentes en prestarle plata al Estado provincial para que éste les construya rutas de acceso a los puertos, y así se quedan con la ruta, los puertos, las exportaciones y el cobro de la deuda.

Que va a recaer también -aunque el gobernador se olvidara de mencionarlo- sobre los quiosqueros santafesinos. PD: acá el ministro de Obras Públicas y simultáneamente senador Enrico dice que esas obras será ejecutadas mediante "...un esquema de concesión y mantenimiento.". Si uno supiera que generalmente no tiene la menor idea de lo que dice, creería que además de endeudar al Estado para hacer obras para privados, después de terminadas les van a dar esas mismas obras a otros privados para que -con el cuento de mantenerlas- cobren peaje.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Las cerealeras le prestan plata a la Provincia, para que la Provincia les construya rutas a ellos.
Las cerealeras se quedan con el uso de esas rutas, y la Provincia les tiene que devolver el prèstamo más los intereses de las rutas hechas para ellos.
Más Estado Bobo es imposible.
El Colo.