LA FRASE

"QUE DESDE LA VICEPRESIDENCIA SE SOSTENGA UNA AGENDA QUE NO SEA LA DEL GOBIERNO ES ALGO QUE NUNCA SE HA VISTO." (JULIO COBOS)

martes, 30 de junio de 2020

TWEETS POLÉMICOS

LAS FRASES DEL MES



1. "Yo hace 70 años que no la pongo, por culpa del peronismo." (Fernando Iglesias)

2. "Digan lo que quieran sobre las protestas en Estados Unidos, pero allá nadie pintó el Cabildo." (Miguel Boggiano)

3. "Si la situación lo exige, podría encargarme del gobierno de los Estados Unidos." (Juan Guaidó)

4. "Yo quisiera saber quien fue el pelotudo al que se le ocurrió la idea de espiar a Majul." (Mauricio Macri)

5. "No quiero que se divulguen mis mails porque por allí los sacan de contexto y se podría interpretar como que yo operaba para el macrismo por plata, o soy un pelotudo." (Luis Majul)

6. "Me dicen que existiría una persona en el país que no fue espiada por Macri, pero por el momento no estoy en condiciones de confirmar la especie." (Cristina Caamaño)

7.
"Yo cumpliría mi promesa de tirarme por un balcón si ganaba el peronismo, pero sería violar la cuarentena." (Federico Pinedo)

8. "Es tan emocionante lo que está pasando ahora en los Estados Unidos que me dan ganas de gestionar la "green card" para radicarme allá." (Gabriel Solano)

9.
"El kirchnerismo es incorregible, uno se descuida un instante y con la excusa de la deuda de Vicentín con el Banco Nación, vuelve el IAPI." (Luis Etchevehere)

10. "Si yo hubiera estado en el gobierno, estatizaba la deuda de Vicentín, pero que la empresa siguiera en manos privadas." (Domingo Cavallo)

11. "Acepto que hubo problemas con las salidas nocturnas de los "runners", pero de ahí a decir que organizamos "La noche de los contagios" me parece demasiado." (Horacio Rodríguez Larreta)

12. "A mí del comunismo kirchnerista me gusta la parte en que te paga los sueldos o te estatiza las deudas, no cuando se te quiere meter adentro de la empresa." (Sergio Nardelli)

13. "En momentos como éste lamento haberme jubilado como CEO de Shell, me perdí de cobrar el ATP." (Juan José Aranguren)

14. "Voy a insistir en la justicia para que el gobierno no avance en el desguace del grupo Vicentín, o por lo menos que no se pierda la bodega." (Mario Barletta)

15. "Estamos investigando a fondo a la mafia de los runners kirchneristas que salen a correr de noche para contagiarse del coronavirus, y complicarlo a Larreta." (Jorge Lanata)

16. "Lo del baile en la calle en Recoleta estuvo mal y no lo vamos a permitir: habilitaremos las discotecas para que el que quiera ir a bailar pueda, pero en un ambiente cuidado." (Horacio Rodríguez Larreta)

17. "Voy a demandar por plagio al DJ de Recoleta, es una burda copia de Miky Vainilla." (Diego Capusotto)

18. "Yo sabía que Enrique Sacco tenía coronavirus, hace rato que había perdido el sentido del gusto." (Aníbal Fernández)

19. "No entiendo a los trolls K: años diciéndome enano y ahora me gastan diciendo que me agache cuando paso por una puerta." (Luis Majul)

20. "No tengo problemas en hacerme un hisopado, mientras no sea una rinoscopía." (Christian Ritondo)

21. "Todo bien con "Todos somos Vicentín", pero el yate es mío y no se lo presto a nadie." (Sergio Nardelli)

22. "No entiendo las críticas: una vez que blanqueamos empleados para que la ANSES les pague el sueldo, nos critican." (Daniel Pelegrina)

23. "Nosotros no tendríamos problemas con que el gobierno nos expropie las deudas de la empresa, lo de los activos habría que verlo porque podríamos ir hacia Venezuela." (Héctor Vicentín)

24. "¿Susana Martinengo? No la tengo." (Mauricio Macri)

25. "No abandonamos a Guaidó, seguirá siendo encargado de algo, creo recordar que hay un puesto vacante en la cocina de la Casa Blanca." (Donald Trump)

26. "Cristina más que nadie debería saber que apagándonos los micrófonos atenta directamente contra nuestro modo de hacer política." (Esteban Bullrich)

27. "15 empleados del Estado dedicados a producir el programa de Majul, y después dicen que somos los populistas los que derrochamos los recursos públicos." (Luis D'Elía)

28. "Cuídense, hagan como yo que desde el 2015 guardo aislamiento social y no tengo contacto con nadie." (Florencio Randazzo)

29. "Por lo menos espero ganar el Martín Fierro a la mejor producción de programa periodístico en televisión." (Gustavo Arribas)

30.
"Yo al plasma que me traje de Chile no lo dono ni loco." (Sergio Bergman)

lunes, 29 de junio de 2020

RETOMANDO LA SENDA CORRECTA


Con casi nula repercusión mediática, o con bastante menos de la que correspondería a un tema de tal envergadura, apareció publicado hoy en el Boletín Oficial el Decreto 571, que deroga sus similares nros. 683 y 703 del 2018, dictados por Macri; reimplantando a su vez la vigencia de los Decretos nros. 727 y 1691 del 2006 (de Néstor Kirchner) y 1714/09 y 2645/14 de Cristina. (El decreto completo acá).

Lo que supone en la práctica el decreto es abandonar las normas impuestas por Macri respecto a la misión de las Fuerzas Armadas, y los lineamientos de la "Directiva de Defensa Nacional" que aprobó durante su gobierno, para volver a las que rigieron en los tiempos del kirchnerismo.

Eso supone restablecer la plena vigencia de la legalidad, separando claramente las tareas propias de la defensa nacional (que competen a las FFAA como instrumento armado de la nación para esos fines), de las de seguridad interior. Y al mismo tiempo establece una doctrina clara y precisa para el instrumento militar, vinculado a su rol específico en la defensa del orden constitucional, la soberanía nacional y la defensa de la integridad territorial del país; frente a posibles ataques exteriores por parte de otros Estados, con sus propias fuerzas armadas.

En su momento nosotros analizamos acá los decretos de Macri en ésta entrada y en esta otra, señalando como vulneraban las leyes de Defensa Nacional 23554, Seguridad Interior 24059 e Inteligencia Nacional 25520; que es precisamente lo que señalan ahora los considerandos del decreto; cuando por ejemplo afirma que "...alterando ostensiblemente el criterio demarcatorio que separa la Defensa Nacional de la Seguridad Interior, el Decreto N° 683/18 omitió que la escisión de estos campos deviene del tipo y/o naturaleza de la amenaza, concluyendo que, como consecuencia de la evolución del entorno de Seguridad y Defensa, resultaba necesario establecer nuevos roles y funciones para cada una de estas instancias, lo que contraviene el sólido consenso normativo y doctrinario alcanzado desde la recuperación de la democracia en el año 1983.".

Y sigue el decreto: "Que siguiendo la voluntad del legislador al sancionar la Ley de Defensa Nacional Nº 23.554, y recuperando la conceptualización de “agresión” definida por la ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS en su Resolución N° 3314 (XXIX) del año 1974, el Decreto Nº 727/06 estableció que “debían rechazarse enfáticamente todas aquellas concepciones que procuran extender y/o ampliar la utilización del instrumento militar hacia funciones totalmente ajenas a la defensa, usualmente conocidas bajo la denominación “nuevas amenazas”, responsabilidad de otras agencias del Estado organizadas y preparadas a tal efecto”."

"Que el mismo Decreto Nº 703/18, en abierta contradicción con lo prescripto por la Ley de Defensa Nacional Nº 23.554, la Ley de Seguridad Interior N° 24.059 y la Ley de Inteligencia Nacional N° 25.520, establece al universo de las denominadas “nuevas amenazas” como hipótesis de empleo del Instrumento Militar, al fijar en su Capítulo II (Posicionamiento Estratégico de la REPÚBLICA ARGENTINA en materia de Defensa), punto d. (Impacto de la criminalidad transnacional), que las FUERZAS ARMADAS podrían ser empleadas en apoyo de estrategias tendientes a enfrentar problemáticas como “la desarticulación de redes delictivas vinculadas al narcotráfico, la piratería, la trata de personas y el contrabando”, así como para “prevenir la expansión del terrorismo transnacional.

"Que por lo expuesto, el mencionado Decreto N° 703/18, al establecer como hipótesis de empleo de las FUERZAS ARMADAS al conjunto de las denominadas “nuevas amenazas”, pone en severa e inexorable crisis la doctrina, la organización y el funcionamiento de una herramienta como el Instrumento Militar que se encuentra funcionalmente preparada para asumir otras responsabilidades distintas de las típicamente policiales.". (las negritas son nuestras)

Como muchas decisiones de la administración de AF, esta también demoró entre su anuncio (allá por el mes de enero) y su concreción, pero es preferible tarde que nunca; sin que pueda pensarse que la demora obedeció a la pandemia. Acaso haya que asociar el momento en el cual el decreto finalmente ve la luz, con las críticas del presidente a la administración Trump en su teleconferencia de días pasados con otros líderes políticos regionales, siendo que es el gobierno de EEUU el que vino presionando a los gobiernos del continente para que adoptaran la doctrina de las "nuevas amenazas" como hipótesis de conflictos de sus FFAA, como lo hizo Macri.

Como fuere y por lo que fuere, un muy celebrado paso adelante en la consolidación de nuestra trabajosa construcción democrática, y en la fijación de un política exterior autónoma e independiente, acorde con las mejores tradiciones nacionales. 

HAY COSAS QUE NUNCA CAMBIAN


El antiperonismo es tan viejo como el peronismo, o incluso más: cuando las fuerzas que apoyaban a Perón se no habían terminado de agrupar aun bajo su liderazgo (el PJ primero y el Partido Peronista después nacerían durante su gobierno), el antiperonismo ya se había organizado como Unión Democrática para enfrentar lo que conceptuaban como una nueva amenaza para el país; de raíz nazi para algunos, comunista para otros, o las dos cosas al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto, para no pocos.

Ya con el peronismo en el gobierno, la historia es más o menos conocida, más bien menos que más porque los que adversan al peronismo, tienen más acceso a las palancas para manipular la historia: cuando el antiperonismo rememora los desbordes autoritarios del gobierno de Perón contra sus opositores, omite que estos conspiraban desembozadamente para derrocarlo buscando contactos en las fuerzas armas, organizaban atentados terroristas como las bombas en la Plaza de Mayo de abril del 53' o se embarcaban más o menos discretamente en fragotes o chirinadas como la de Menéndez en 1951.

Eso, sin contar con que por entonces -para los que creen que "la grieta" en la Argentina la inventó el kirchnerismo y nació en el 2003- acusaban al peronismo de "haber dividido a las familias" por introducir la política en los hogares, concederle el voto a las mujeres o haberles reconocidos derechos a los trabajadores, incluida la servidumbre o el servicio doméstico. Incluso algunos que habían reclamado esos derechos o peleado por ellos, como los socialistas, ahora no los valoraban, porque llegaron de la mano de Perón, Evita y el peronismo.

El resto de la historia transcurrió por esos carriles: los criminales bombardeos de junio del 55' (otra vez, con participación de civiles), el golpe de Estado de septiembre, la proscripción de Perón y su partido, los fusilamientos del 56', la instauración del delito de opinión reprimiendo con la cárcel nombrar a Perón, Evita o cantar la marcha (Decreto 4161/56) la derogación por un bando dictatorial de la Constitución de 1949 luego refrendada por una Convención constituyente integrada por los partidos "democráticos" con la ausencia forzada de la fuerza mayoritaria, el vejamen del cadáver de Evita por años.

En ese marco transcurrieron casi 18 años de historia argentina, en los que -por ejemplo- el gobierno "democrático" de Illia impidió el regreso de Perón al país en diciembre de 1964, o el Partido Justicialista solo pudo volver a presentarse a elecciones en 1973. Y que no se diga que todo eso pasó porque el país era gobernado por las fuerzas armadas después de sucesivos golpes de Estado, porque estas obraban con el respaldo de un importante sector de la sociedad argentina, que consideraba al peronismo como una desgracia nacional, que vino a interrumpir nuestro destino de grandeza; cuyo retorno al poder debía evitarse de cualquier forma. 

Por si alguno pensaba que, corrida Cristina (a quien le tocó padecer también en su momento la diatriba antiperonista) esta tradición nacional de odio social cedería, ahí están los hechos para demostrarle que no: el impresentable Baby Echecopar volviendo a vincular al peronismo (en la personal de Cristina) con el cáncer como cuando se pintaban tapiales vivándolo por llevarse a Eva, y por estos días, la campaña que empieza a nacer para oponerse a la donación de plasma para curar el coronavirus, simplemente porque la idea se le ocurrió a Máximo Kirchner; tal y como la Libertadora ocultaba o destruía pulmotores que podían salvar vidas, porque llevaban el escudo de la Fundación Eva Perón.

Mucha gente ha recibido la transmisión del odio al peronismo por vía familiar, por generaciones; acaso de un modo más persistente que como se transmiten entre sí los peronistas su adhesión al movimiento fundado por Perón, de padres a hijos, o nietos. Y mientras se podría decir que el peronismo cambia o se adapta a las circunstancias (a veces para bien, otras para mal), el antiperonismo parece obsesionado en permanecer igual, inconmovible, fiel a sí mismo, asido a su certeza fundante: el odio al peronismo, y todo lo que para ellos representa.

Un odio irracional, de clase, inexplicable, al menos en mucha gente a la cual el peronismo no le jodió la vida (de hecho, es posible que se la mejorara: no se conocen muchos casos de antiperonistas que renuncien al aguinaldo o las vacaciones pagas), o no le afectó ningún privilegio; como les sucede a otros que tienen buenos motivos para odiarlo. El antiperonista es alguien que no se define tanto por sí, por lo que cree y por sus valores, como por lo que detesta: el peronismo.

Por eso es fluctuante y veleta en sus decisiones electorales, pero siempre con un norte: votar a cualquiera, con tal de que no gane el peronismo. De allí que no viva como una frustración el fracaso de los gobiernos que eligió, como por ejemplo el de De La Rúa o el de Macri,  por lo que hicieron o no cuando les tocó gobernar, sino porque fracasando, permitieron el retorno del peronismo. Eso es, sin ir más lejos, lo que está pasando ahora, ese es el combustible que alimenta las protestas bizarrras por un motivo distinto (la cuarentena, Vicentín, lo que sea) todos los fines de semana.

El antiperonista es alguien capaz de amar la música clásica y privarse de escuchar un concierto de Martha Argerich, o uno al que le gustaba Midachi hasta que se enteró que el Dady Brieva es peronista. En su odio visceral se pelea con cualquiera al que asocia con el peronismo, por el solo hecho de que respalde o apoye una política llevada adelante por un gobierno peronista: pueden ser el Papa Francisco, Juan Carr, los científicos del CONICET o los infectólogos, lo mismo da.

Como dijo hace poco Pablo Moyano hablando de los opositores al gobierno (antiperonistas, en su gran mayoría), si el gobierno haca una campaña contra el mal de Chagas, ellos van a estar a favor de la vinchuca; o -agregamos nosotros- si mañana Alberto anunciara que se terminó la cuarentena, se quedarían en sus casas sin salir sospechando que en realidad el peronismo trama un plan para dejarlos inermes frente al virus, y que se mueran. Tuit relacionado: 

domingo, 28 de junio de 2020

TWEETS POLÉMICOS

LA ZANJA DE ALSINA


En el mensaje grabado del viernes para anunciar como sigue la cuarentena, salvo una referencia aislada de Alberto a que había que restringir actividades en el AMBA porque desde allí se disparan los contagios al resto del país, ese resto estuvo ausente. Como viene estando prácticamente ausente en las últimas dos o tres conferencias de prensa por el mismo tema.

Ni que decir que también está ausente de la comunicación hegemónica, en lo que acaso sea uno de los fracasos/ausencias más sentidas de la fallida ley de medios: construir una verdadera comunicación federal, con perspectiva plural, que refleje las múltiples realidades diferentes que conviven en un mismo país. El país "piensa" en porteño/bonaerense (esto último por reflejo de lo porteño), porque "es hablado" en porteño, y la porteñidad y sus problemas invaden todo.

Como fue siempre, pero se ha agravado aun más en tiempos de pandemia, y de convivencia "armoniosa y razonable" con la derecha amarilla que gobierna la ciudad vidriera de la política nacional desde el 2007, cuyos humores parecen ser un tema de primer orden para atender por el propio presidente de la nación, a la sazón porteño él; que ha traspolado al Poder Ejecutivo Nacional a muchos dirigentes del PJ Capital, que no hacen más que replicar allí el modelo de "coexistencia pacífica" con que el peronismo porteño, en casi todas sus vertientes, trata la relación con el PRO desde sus orígenes.

Atrás parece haber quedado aquella idea del "gabinete de 24 gobernadores y un presidente", acaso por las restricciones que impone la pandemia: previo a las últimas apariciones públicas de Alberto Fernández en conjunto con Larreta y Kicillof (este último en un rol bien acotado, el de contentar con alguna diferencia de matices al "núcleo duro" del oficialismo), ni siquiera se cumplió con el rito de las previas teleconferencias con el conjunto de los gobernadores, para analizar las medidas a tomar para enfrentar la crisis. Por otra parte, quienes participaron de ellas dicen que tienen bastante de rito, precisamente, y poco de intercambio real de opiniones políticas. 

Se entiende que el principal conglomerado urbano del país se lleve la mayor parte de la atención, pues al fin y al cabo viven allí casi el 45 % de los argentinos y en él están los peores indicadores de la pandemia, pero como decía Horacio Verbitsky en las audiencias en la Corte justamente por la ley de medios, "afuera hay un país". Si un visitante extranjero llegara al país sin conocer demasiado de él, y lo primero que hiciera fuera encender la televisión para ver el mensaje grabado del viernes, pensaría que el país es gobernado por  un triunvirato cuyos miembros tienen todos la misma jerarquía, en el cual el señor calvo lleva la voz cantante, o su palabra y opinión son decisivas.

La imagen podría no ser del todo imprecisa, al fin y al cabo los días previos al mensaje transcurrieron mientras los medios (porteños) nos iban contando en detalle los motivos por los cuales éste se dilataba: no había acuerdos -nos dijeron- entre la ciudad y la PBA y el presidente debía mediar entre el principal gobernador de su partido y un opositor, mientras que al mismo tiempo se preparaba el terreno comunicacional y discursivo para que un sector de la sociedad (los porteños, en gran parte electorado que adversa electoralmente de modo sistemático al peronismo) fueran convencidos que la gravedad de la situación ameritaba dar marcha atrás en algunas flexibilizaciones; una molestia que no se tomaron nunca con el resto de los argentinos, ni siquiera de los propios bonaerenses, concernidos de modo directo por las decisiones que se estaban discutiendo.

Tan así son las cosas, que muy posiblemente el lunes a primera hora conozcamos un nuevo DNU que regule la nueva fase de la cuarentena, que diga poco o nada de la inmensa mayoría del país, y centre su contenido en las medidas que empezarán a regir no de inmediato, ese mismo día, para los porteños y habitantes del conurbano bonaerense, sino a partir del miércoles, como para que tengan un par de días para asimilarlas. Eso, después de tres semanas de suspenso y expectativa social para saber como seguía la cosa, en todo el país.

El panorama descripto trasciende, en nuestra modesta opinión, la cuestión de la pandemia, sus consecuencias y el modo más eficaz de enfrentarla: dice bastante sobre un estilo de gestión que Alberto Fernández ha decidido imprimirle a su gestión de gobierno y al ejercicio del poder presidencial que le confirió el voto, y al mismo tiempo y más allá de sus intenciones, alimenta especulaciones políticas de todo tipo sobre posibles alineamientos futuros en el sistema político argentino; sistema en el cual el oficialismo viene de unirse para ganar, y la principal oposición pareciera estar fragmentándose, o para ser más precisos, reconfigurando su liderazgo.

Pero la CABA es algo más que el principal distrito gobernado por la oposición al gobierno nacional, o la vidriera de quienes "quieren ser algo" en la política nacional:  también es el asiento físico del "poder real": en ella tienen sus sedes los principales conglomerados empresarios del país, aun las firmas multinacionales que la usan de cabecera de playa de su desembarco en el país. Allí tiene su enclave la corporación judicial que configura un Estado dentro del Estado interfiriendo en los dominios de la política, y prestándose a todo tipo de operaciones cloacales con los medios dominantes, y los aparatos de inteligencia. 

Allí reside el poder financiero y, como se dijo, desde allí opera el complejo mediático hegemónico, que a diario instala la agenda en torno a la cual piensan, discuten y opinan los argentinas; pero a partir del humor social porteño promedio. Ese es el entramado de fuerzas que se mueve tras bambalinas en todo ésto, operando para influir en las decisiones de gobierno, en las manzanas concentradas en torno a la Casa Rosada.

Y allí la cuestión pasa de lo anecdótico, o del estilo de comunicación o toma de decisiones del presidente, para ingresar en el terreno espinoso de la gobernabilidad, en el que a casi siete meses de empezado el gobierno, se empiezan a ver los límites concretos de la traspolación del modelo de acumulación política del PJ porteño (cómodo y conformista administrador de un cuarto del electorado en el distrito, hace casi cuatro décadas, sin vocación de poder real). Una imaginaria zanja de Alsina para que la indiada del interior (es decir, otros actores políticos y sociales), con sus aluviones zoológicos, no se precipite por las calles de la reina del Plata, y cambie el panorama.

sábado, 27 de junio de 2020

TWEETS POLÉMICOS

MODUS OPERANDI


Más allá de las connotaciones épicas que algunos le quieren dar al caso Vicentín, pintándolo como una amenaza comunista a la propiedad privada o algo por el estilo, los hechos son claros: se trata de una empresa importante en lo suyo, que fue creciendo y diversificándose por años, y que, en tanto parte del complejo agroexportador, bien podría contarse entre el puñado de ganadores del macrismo.

Y sin embargo, pasó lo que pasó, y todos sabemos: terminó en "estres financiero", convocatoria de acreedores, posible quiebra y desapoderamiento; mientras son investigadas por la justicia posibles maniobras de triangulación en el comercio exterior con sociedades de paraísos fiscales para fugar divisas y evadir el pago de retenciones, así como movimientos patrimoniales tendientes a insolventar a sus dueños, para poner bienes fuera del alcance de los acreedores; entre otras bellezas.    

Maniobras que bajo ningún aspecto son nuevas, o exclusivas de Vicentín, ni es la primera vez que pasan, como se puede comprobar leyendo acá en La Politica Online lo que está pasando con Molino Cañuelas, una de las empresas alimenticias más grandes del país que, al igual que Vicentín, se sobreendeudó en dólares en el exterior y también en el país, sobre todo con el sistema bancario, y afrontaría una situación exactamente igual a la de la a aceitera santafesina/uruguaya/paraguaya.

Antes de que nos pongamos a pensar si también en éste caso el Estado debería analizar si la expropia o interviene de algún modo en su situación, apuntemos la reflexión en otra dirección: en que medida la reiteración de este tipo de casos no tienen mías que ver con factores estructurales vinculados a nuestro particular modelo productivo desequilibrado, las conductas de los agentes económicos y las necesarias regulaciones que el Estado debe establecer, para conseguir objetivos de desarrollo y minimizar los costos sociales de ciertas prácticas.

Mucho y por muchos se ha escrito acerca de la estructura productiva dual o desequilibrada del país, y la restricción externa: como conviven un sector agroexportador con escala y demanda para insertarse en el mercado mundial del cual surgen la mayor parte de las divisas genuinas con las que cuenta el país para sus necesidades (insumos importados, pago de los servicios de la deuda, remisión de utilidades), por un lado; y por el otro sectores industriales con diferentes grados de desarrollo y sustitución de importaciones, que son demandantes de divisas para el proceso productivo, y que salvo nichos específicos, carecen de escala y mercado para exportar y proveer así otra vía adicional de divisas al país.

Si a ello se suma el comportamiento atávico de nuestros sectores empresariales (en esto sin distinción de sectores) tendente a maximizar beneficios, dolarizar excedentes y fugarlos, tenemos algunas de las causas de nuestras recurrentes crisis del sector externo, y ciclos de endeudamiento; de los que el macrismo no fue sino un ejemplo más, como lo demuestra el caso de Molino Cañuelas: apenas cerrado el acuerdo con los fondos buitres en el 2016, se lanzó como muchas otros grupos de nuestra cúpula empresaria a endeudarse en divisas en el exterior, al mismo tiempo que aprovechaba el concienzudo desmantelamiento de todas las regulaciones existentes al movimiento de capitales y al acceso al mercado de divisas (lo que supuso además retener indefinidamente las que obtiene por sus exportaciones), para hacerse de dólares y eventualmente fugarlos.

Hoy día, cuando el gobierno está tratando de cerrar un acuerdo de reestructuración de la deuda con los acreedores privados del exterior, están listos para repetir el proceso; es decir volver a salir a los mercados de capitales para endeudarse, en un círculo vicioso que, por regla general, no potencia el desarrollo del país, y aumenta su vulnerabilidad externa al presionar aun más la demanda sobre una oferta escasa de divisas; eso sin contar con que en numerosas oportunidades las deudas privadas se han licuado o estatizado, para pasar a pesar sobre el conjunto de la sociedad.

Estos mismos grupos, que forman parte del sector de la economía que genera divisas genuinas provenientes del comercio exterior, son los que tienen más fácil el acceso al financiamiento bancario, porque se sabe: los bancos siempre están prestos a prestarle al que no lo necesita, y son remisos a hacerlo con el que verdaderamente precisa auxilio. Eso, si el Estado no regula adecuadamente el sistema financiero para ponerlo al servicio de la producción, el desarrollo y la generación de empleo.

Así como los bancos y el sector financiero han colonizado desde su misma creación y salvo el interregno del primer peronismo al Banco Central que es su coto de caza, en el caso del sector agropecuario y las industrias vinculadas, sucede lo mismo con los bancos públicos, en especial el Banco Nación: la información da cuenta que en el caso de Molino Cañuelas se replica el esquema ya observado con Vicentín, en cuanto al otorgamiento de reiterados y voluminosos préstamos, que dejan en situación de alta exposición al banco, con un único deudor, o un puñado de ellos.

Regulaciones de la cuenta capital y el acceso al mercado de divisas, ídem al sistema financiero, estímulos para el desarrollo que permita agregar valor a las exportaciones, completar el proceso de sustitución de importaciones y disminución de la vulnerabilidad externa: ni más ni menos que un programa explícito de desarrollo que vaya más allá de si se expropia o interviene o no una empresa o varias, aunque esos casos testigo se usen (o debieran usarse) como disparador de la discusión. Tuit relacionado:

viernes, 26 de junio de 2020

TWEETS POLÉMICOS

NECESARIA SOLICITUD DEL BANCO CENTRAL


Hace más de dos meses decíamos en éste post que En éste marco de emergencia por el que atraviesa el país, nos encontramos con que a través de herramientas bursátiles estamos sufriendo una pérdida de divisas que permite no solo la fuga de las mismas al exterior, sino que genera también un alza artificial del precio del dólar”.


También explicábamos que La CNV posee facultades para inspeccionar las Sociedades de Bolsa. En cuyo caso se encontraría con resultados que no pueden sorprender a nadie, como que muchas de éstas sociedades muestran una deliberada falta de actualización en los libros contables, o la falta de registración de muchas operaciones, o que los legajos de los clientes se encuentran incompletos, lo que impide determinar la situación económica, fiscal y financiera del cliente, no pudiendo entonces justificarse el origen de los fondos.
Reclamábamos una reacción hace más de dos meses, tiempo que es una eternidad para el mercado cambiario y bursátil. Ahora la Comisión Nacional de Valores (CNV) dictó la Resolución General 843/20. (completa acá en el Boletín Oficial). 
Entre otras cuestiones reguladas, su artículo 6 establece para las operaciones con liquidación en moneda extranjera cable, “dólares cable”, operaciones de divisas que se depositan en el exterior, que será obligatorio brindar información detallada sobre dichas operaciones. Como pedíamos en el post citado, ésta era una medida elemental que disminuiría el volumen de operaciones de fuga de divisas, ya que muchos de los protagonistas se verían en la dificultad de justificar el origen de los fondos, en la medida que se controlara quienes eran y cuáles eran los montos de esas operaciones.
El artículo referido dispone que “Cuando dicha compensación incluya operaciones de compra y venta en carácter de cliente en mercados del exterior, los Agentes inscriptos deberán informar, con carácter de declaración jurada semanal y por cada una de las subcuentas involucradas, detalle de fecha de concertación/liquidación, contraparte, especie, cantidad y precio, detalladas y agrupadas por día de concertación, justificando que al cierre de cada periodo semanal, el monto neto resultante de las ventas con liquidación cable más las ventas en el exterior como cliente, no superó las compras con liquidación cable en el mercado local más las compras de valores negociables en el exterior. Dicha documentación respaldatoria deberá ser remitida a CNV por los Mercados y asimismo relevada en oportunidad de realizar auditorías a los Agentes inscriptos”.
Como vemos, además del control de los titulares de las operaciones, se determina que los agentes inscriptos ante la CNV, en sus operaciones para cartera propia, deberán compensar compras con ventas de valores negociables en el mercado local, y compras y ventas de valores negociables en mercados del exterior.
Con esta compensación, lo que se busca es disminuir el volumen de adquisición de los Cedears, que son acciones de empresas no argentinas que cotizan en la Bolsa de Comercio.
A través de la compra de Cedearsel inversor adquiere acciones de una empresa radicada en el exterior. Actualmente alcanzan el mismo volumen que las acciones locales, incluso con jornadas en que las superan, extranjerizando el negocio bursátil.  Y como para hacer esa operatoria se compran dólares mediante el contado con liquidación, eso genera la ampliación de la brecha cambiaria con el dólar oficial, presionando sobre nuestra moneda persiguiendo su devaluación.
Puede parecer un tema árido la cuestión bursátil, o algo lejano porque se encuentra reducido a pocos jugadores, pero la falta de regulación y control sobre estas operaciones tiene un efecto negativo para la inmensa mayoría de la población que tiene sus ingresos en pesos, ya que con cada devaluación y su traslado a precios, todos nos empobrecemos al ver reducido el poder adquisitivo de nuestros ingresos.
Fue el Banco Central quien requirió a la CNV el control de éstas operaciones, como surge en los considerandos de la Resolución General 843/20, donde se consigna:
 Que, con posterioridad al dictado de la Resolución General N° 841, el BCRA comunicó, mediante Nota de Presidencia N° 39, que ha verificado la continuidad de operaciones instrumentadas a través de la compraventa de Valores Negociables que tienen por objeto eludir las restricciones al acceso al mercado de cambios para la compra de moneda extranjera establecidas por dicha entidad, estimando necesario, en línea con lo dispuesto por el artículo 3° del Decreto N° 609/19, que la CNV implemente nuevas medidas, dentro del ámbito de su competencia, a efectos de evitar dichas prácticas y operaciones elusivas.”.
Las necesarias medidas solicitadas por el BCRA y luego dispuestas por la CNV, se orientan a impedir la extranjerización y desnaturalización del mercado de bonos, que como definición son opciones de renta fija como opciones de inversión, y no un canal de transacciones cambiarias para la fuga de dólares.