LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 25 de agosto de 2022

QUE EL ÁRBOL NO TAPE EL BOSQUE

 

Lo hemos dicho muchas veces acá, y lo dijo con más claridad que nosotros Cristina el martes: la persecución en su contra no es personal sino política, porque lo que se persigue es, sí, una persona, pero sólo en tanto y en cuanto encarna un modo de entender la política; modo sobre el que hablamos en su momento acá

Del mismo modo y por las mismas razones, la reacción popular en defensa de Cristina es también un llamado de atención para el gobierno, que no solo tiene gran parte de responsabilidad en sus padecimientos, sino que se vio beneficiado con una inyección de mística en las calles, sin haber hecho nada para merecerlo, sino más bien lo todo contrario.

Tal como lo marcan los tuits de apertura, el mismo día lunes, mientras arreciaba la ofensiva judicial contra CFK, se publicó en el Boletín Oficial la Decisión Administrativa 826 de Manzur (completa acá), que instrumenta el ajuste en las cuentas públicas que anunció Sergio Massa al asumir como ministro de Economía, en línea con lo acordado por el gobierno con el FMI. En los tuits de apertura se reseñan los principales tijeretazos, que pueden corroborar leyendo los anexos de la DA: sufrieron podas las partidas destinadas a la educación, la salud, el Procrear, el Programa Conectar Igualdad o el financiamiento a la producción.

Alguien podría argüir que esas partidas estaban disponibles -a ésta altura del año- por haber sido sub-ejecutadas, pero la referencia sería incompleta si no se acota que eso sucedió porque Martín Guzmán, durante su gestión y con su obsesión "fiscalista", pisaba las autorizaciones para gastar los créditos del presupuesto. En tal caso Massa vino a reemplazarlo no para modificar ese rumbo (que nos llevó a la derrota electoral del año pasado), sino para profundizarlo y dar "señales a los mercados".

Además de estos recortes, el pasado 16 de agosto se publicó también en el Boletín Oficial la Resolución General 5248 de la AFIP (completa acá), por la cual se instrumenta el pago a cuenta de Ganancias por el año 2023, que deben hacer aquellos contribuyentes a los que les corresponda pagar por el impuesto al menos 100 millones de pesos, por los años 2021 o 2022; que según dice la propia resolución serían menos del 1 % de las personas jurídicas contribuyentes del gravamen.

Este anticipo -según anunció Massa- estará destinado a financiar el pago de los bonos extras que se otorgarían a los jubilados que cobran la mínima, durante tres meses, para complementar el aumento resultante de la ley de movilidad (que fue del 15,32 % para el trimestre) y llevar la mínima 50.000 pesos, pero solo por esos tres meses y siempre que el beneficiario no acumule otra jubilación o pensión. 

Ésta ha sido hasta acá la única medida anunciada por Massa que se puede vincular a una política de recomposición de los ingresos populares afectados por la inflación, y se concreta recién hoy con el Decreto 532 (completo acá). El anticipo de Ganancias además sepulta definitivamente la idea de avanzar con el llamado "impuesto a las rentas inesperadas", que Alberto y Guzmán anunciaron en conferencia de prensa, pero que jamás aterrizó por el Congreso.

De allí que al día de hoy lo que hay es un ajuste fiscal y presupuestario ya concretado, una mejora acotada y transitoria y un pago a cuenta de Ganancias con vencimientos (fijados en la resolución de la AFIP) que van desde octubre de éste año, a julio del año que viene. Lo cual permite inferir -sin mayores esfuerzos- que poco tiene que ver con recomponer los ingresos de los jubilados (como anunció Massa), y bastante con mejorar el resultado de las cuentas públicas, de cara a las revisiones trimestrales del FMI.

Volviendo al principio: todo esto sucedía mientras la base electoral del FDT, pasando incluso por encima de las vacilaciones de los dirigentes, ganaba la calle para defender a Cristina, y en ese acto, defenderse a sí misma. Con mayor claridad política incluso que las insulsas movilizaciones de la CGT y la CTA, que terminaron siendo como los Te Déums del cardenal primado en la catedral porteña los 25 de mayo: todos (empezando por el gobierno) dicen compartir los reclamos, pero afirman que están dirigidos a otro.

Lo cierto es que la gente está empezando a ganar la calle frente a un gobierno que si algo no despierta, son pasiones, mística y entusiasmo; al cual le están avisando cual es el camino para conseguirlas: retomar el cumplimiento del programa electoral votado en 2019. No debería ser tan difícil de entender; a menos que uno prefiera -como el presidente- hacerse el boludo y ser reporteado en TN.

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