LA FRASE

"PARA QUE EL SISTEMA PREVISIONAL SEA SUSTENTABLE Y SIN DÉFICIT TENDRÍA QUE HABER MENOS JUBILADOS, Y TAL VEZ CON ESO LO DEL FENTANILO AYUDE." (FEDERICO STURZENEGGER)

sábado, 16 de agosto de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

viernes, 15 de agosto de 2025

REVISAR CONCEPTOS

 

En estos tiempos de incertidumbre y desaliento asistimos a diario con perplejidad a la comprobación de que el mundo tal cual lo conocimos (o percibimos e interpretamos) ya no existe, o está sometido a cambios de tal magnitud y velocidad que no alcanzamos a comprender cabalmente. 

Y en ese proceso, ideas, valores, conceptos que siempre dimos por sentados o con los que crecimos y supusimos gozando de amplios consensos, están siendo puestos en entredicho, si no directamente ignorados o rechazados, no ya por los votantes de Milei sino por buena parte de la sociedad argentina. Ese contexto condiciona ciertamente la acción política y de allí su interés para el análisis, por lo que se nos ocurrió enumerar algunos para disparar la reflexión. El listado no indica precedencia: 

* El consenso democrático, es decir el acuerdo social sobre el valor de la democracia como sistema para resolver los conflictos, contradicciones y problemas sociales. Hoy hasta la misma eficacia del voto para introducir cambios en la realidad está puesta en duda, como lo demuestra el cada vez más elevado índice de ausentismo electoral.

* El rechazo de la violencia en todas sus formas (física, verbal, simbólica, institucional) y el consenso sobre que no es el modo para zanjar las diferencias o resolver los conflictos. Avanzando sobre un terreno sembrado por la dictadura y por quienes aun hoy relativizan, niegan o justifican las violaciones sistemáticas a los derechos humanos y cuestionan las políticas de juzgamiento del genocidio (el experimento libertario eligió para acompañar a Milei a una apologista de la dictadura), la sociedad se deglutió el intento de asesinato contra Cristina, y no solo tolera sino que replica con alarmante frecuencia la estigmatización y el uso promiscuo de las categorías infamantes de la dictadura (zurdos, terroristas, subversivos) que baja desde el discurso oficial del gobierno.

* Vinculado a la anterior, ya está lejos de ser generalizado el rechazo a la crueldad humana y social en todas sus formas, y muchos ni siquiera guardan las formas de la corrección política, justamente porque se han quebrado los consensos sociales extendidos al respecto. Basta ver como se consuman crueldades y violencias contra colectivos vulnerables como jubilados o discapacitados, casi sin reacciones sociales, cuando no son justificadas.

* La valorización con orgullo de la condición de trabajador, y los derechos que esa condición conlleva. Mientras los derechos laborales son asimilados a privilegios (permeando así el discurso que es música para los oídos del capital) y muchos se auto-perciben empresarios o emprendedores, la aspiración o ideal de la movilidad social ascendente como una característica singular de la sociedad argentina (superando incluso la polémica sobre si es mérito individual o realización colectiva o con ayuda del contexto) ha dado paso a la idea de salvarse cada uno como pueda, creyendo que tiene la receta mágica que lo pone a cubierto de las inclemencias económicas, políticas o sociales.

* El rol del Estado como garante del bien común y representante del interés general, responsable como tal de armonizar los intereses sociales en pugna en busca del equilibrio y de formas mayores de justicia en la asignación de los bienes y las cargas en la sociedad. Va ínsito en ello la progresiva disolución de la idea amplia de la justicia como reducción de las desigualdades, y no simplemente como una retaliación del delito.  

* El rechazo a las diferencias sociales y jerarquías pretendidamente naturales y que no son más que el fruto de relaciones concretas de poder, y la rebeldía contra todas las formas de injusticia. Hoy nos proponen ser Perú (con una minoría que goza de la plenitud de los derechos, y grandes mayorías sometidas, excluidas y pauperizadas), y a muchos argentinos no solo no les hace ruido, sino que les parece un destino aceptable.

* La idea de nación como destino común compartido más allá de las diferencias, antes incluso de la discusión sobre buscar un destino independiente definido por nosotros mismos, o simplemente apendicular, en la esfera de influencia de alguna potencia extranjera; con sus consecuencias en el modelo social y productivo a desarrollar. Hoy día la dimensión de lo nacional pareciera directamente no existir ni ser registrada para buena parte de la sociedad, que parece no percibir que la cuestión está vinculada a su propio desarrollo personal, familiar o comunitario; salvo quizás en modo auto-denigratorio, para compararnos con otros países, siempre en términos desfavorables para nosotros.

* Vinculado a lo anterior, no solo está quebrada la noción de orgullo nacional y nuestra autoestima como pueblo, sino que son atacadas -por motivos ideológicos, confesos o no- aquellas manifestaciones que deberían servir para afirmarlos, como los logros de nuestros científicos o las creaciones artísticas argentinas que tienen éxito en el mundo y despiertan elogios. 

Por supuesto que no desconocemos cuanto influye en éste penoso panorama la persistencia inmodificable del gorilismo como realidad cultural, identidad política y hasta configuración psicológica de buena parte de la sociedad argentina; un dato sin el cual todo análisis de la realidad nacional será incorrecto y falaz.

Se trata en síntesis de revisar no para resignar banderas, principios ni objetivos de la acción política, ni para hacer seguidismo acrítico del humor social o el "clima de época"; sino para entender -como viene pidiendo Cristina- el terreno en el que se pisa y sobre el que ésa  acción se desarrolla. Y para construir un programa político a partir de la afirmación de esos valores y el desarrollo de la praxis política necesaria para recuperarlos y reconectarlos con el sentido común social.

jueves, 14 de agosto de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

miércoles, 13 de agosto de 2025

CORTANDO BOLETO

 

El Boleto Educativo Gratuito fue una de las políticas del gobierno de Perotti que Pullaro prometió en campaña continuar en el suyo, y de hecho tras unos primeros meses de gestión en los que generó dudas al respecto, continuó, y el año pasado fue ratificado por la Ley 14394 (estaba creado por el  Decreto 1175/20).

Las partidas presupuestarias asignadas a financiarlo se reparten entre la Secretaría de Transporte del Ministerio de Desarrollo Productivo (que tiene asignados a esos fines éste año $ 41.145.050.000) y el Ministerio de Educación para el Boleto Educativo Rural (algo más de 22.000 millones de pesos).

La mayor parte de esos fondos están asignados en la partida "Transferencias", porque son los subsidios que el Estado paga a las empresas de transporte, para compensar el monto de los boletos que no pagan los que viajan para educar o educarse, porque el programa beneficia a los docentes, los alumnos y el personal de asistentes escolares. El resto se va en gastos de funcionamiento, fundamentalmente el pago de los que operan los sistemas de procesamiento de datos, que o son empleados de la provincia, o son personas contratadas bajo la figura de la locación de servicios. 

Más allá de la polémica absurda que instaló la oposición en el orden nacional con los gobiernos de Néstor y Cristina (y que luego olvidaron cuando les tocó a ellos ser gobierno) sobre el uso de lo que denominaron "superpoderes" del Jefe de Gabinete para modificar las partidas del presupuesto, lo cierto es que todo los gobiernos (y el de Pullaro también) las modifican, todo el tiempo. Y las partidas asignadas al Boleto Educativo Gratuito no son la excepción, como veremos.

Con una particularidad: de acuerdo con la Ley 12510 de Administración, Eficiencia y Control del Estado y sus reglamentaciones, las modificaciones en la partida "Transferencias" (es decir los subsidios) deben hacerse sin alterar que la misma suma en el presupuesto, o sea en criollo: si se le sacan subsidios a alguien a través de un determinado programa, es porque esa misma cantidad de fondos se van a destinar a subsidiar a otras personas, grupos o empresas, a través de otros programas.

Que fue exactamente lo que hizo con los subsidios destinados al Boleto Educativo Gratuito el ministro de Desarrollo Productivo de Pullaro, Gustavo Puccini, a través de ocho (8) resoluciones con su firma (en algunos casos compartida con el ministro de Economía Olivares) dictadas entre el 19 de junio y el 7 de agosto de éste año, es decir en solo 49 días, o 7 semanas, como lo prefieran.

Fueron las Resoluciones nros. 821, 908, 919, 946, 991, 992 (éstas dos de un mismo día: el 28/7), 1026 y 1034; por las que hizo un recorte/poda/tijeretazo (usen la palabra que les resulte más cómoda) en los subsidios del Boleto Educativo Gratuito por más de 2714 millones de pesos, cuando apenas había transcurrido la mitad del año y quedaba todo un semestre de clases por delante, en todas las escuelas de la provincia. Eso sí: el mismo gobierno paga el presentismo a los docentes, para asegurarse que no falten, y los chicos tengan clases.

Y esos algo más de 2714 millones que le sacaron al Boleto Educativo Gratuito fueron destinados a subsidiar a entidades empresariales de todo tipo (fundamentalmente agropecuarias) para distintas actividades, que no decimos que no sean importantes, sino que la pregunta correcta sería ¿son más importante que facilitar el acceso a la educación?

De más está decir que nadie explicó por qué el programa Boleto Educativo Gratuito puede prescindir de esos recursos, sentado que no puede pensarse que sea porque las tarifas del transporte de pasajeros (urbano e interurbano) hayan bajado, sino más bien todo lo contrario. Y si fuera el caso -que no podemos saber- de que hubiera aumentado la deserción escolar y menos chicos van a la secuela, ¿garantizarles el transporte gratuito no sería una buena forma de disminuirla? 

Tuits relacionados: 

martes, 12 de agosto de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

lunes, 11 de agosto de 2025

ANALFABETISMOS

 

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos o las medicinas dependen de las decisiones políticas.".

"El analfabeto político es tan burro, que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política. No sabe, el imbécil, que, de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos, que es el político trapacero, granuja, corrupto y servil de las empresas nacionales y multinacionales.". 

La cita que abre el post -por si alguno no lo sabe- pertenece a Bertolt Brecht, y describe un modo de pensar y un tipo de personas que  nos resultan muy familiares, en especial en estos tiempos. Traerla a colación viene a cuento de algunos testimonios que pudimos observar en las redes sociales y los medios por estos días, de personas afectadas por las políticas de la motosierra de Milei, y confiesan haberlo votado, e incluso en no pocos casos, estar de acuerdo con el rumbo  general de su gobierno.

Los casos más conocidos son los de personas que tienen en su núcleo familiar a alguien con algún tipo de discapacidad, uno de los colectivos sociales más agredidos por el ajuste brutal del gobierno libertario. Se trata de personas que han tenido que aprender por las malas lo que significa salirse de uno mismo para preocuparse por otro que necesita indispensablemente de su ayuda y asistencia, y tener que luchar contra adversidades de todo tipo, no siempre disponiendo de recursos a las alturas de las exigencias.

No debe haber -en consecuencia- muchos grupos o colectivos más necesitados de la solidaridad, la empatía de sus semejantes y el apoyo y el acompañamiento del Estado y las políticas públicas. Y sin embargo, los testimonios -muchos, no todos- revelan una incomprensión de estas cuestiones básicas, o un pasaje por la experiencia vital que supone sin haber extraído de ella los aprendizajes mínimos necesarios.

Se trata de personas cuya subjetividad evidentemente ha sido interferida hasta el punto de la colonización por ideas que se tratan de instalar -con fines bien precisos- en contra del Estado, de la política, de lo público, de lo social, y de valores como la solidaridad, aunque esto suela ocultarse bajo discursos de corrección política de la boca para afuera.

Pero esas personas no son solo eso, sino que además -aunque muchas veces parezcan no comprenderlo en todas sus dimensiones- viven en sociedad, interactúan con otros y del mismo modo que influyen, son influidos -y afectados- por lo que esos otros hacen o dejan de hacer. Y por supuesto, son ciudadanos, votan y participan de los asuntos públicos, lo sepan/quieran, o no: no existe cosa tal como abstraerse de la política, suponiendo que la política se abstrae de uno y de sus condiciones concretas de existencia, para bien o para mal.

Se esfuerzan en sostener un discurso de "ciudadanos libres e independientes" a los que nadie condiciona en sus opiniones cuando es bastante obvio que estas no son propias, resultado de su reflexión individual; y que no hacen nada por pertenencia a banderías políticas, cuando todos los actos del ser humano que se proyectan a la esfera de sus acciones tienen -en mayor o medida- significado, contenido y consecuencias políticas.

Y por supuesto quieren conectar con el "clima de época" instalado, aclarando desde el vamos que ellos no están medidos por "la grieta" en sus opiniones o acciones, que por eso sus reclamos son auténticos y legítimos, porque no guardan segundas y ocultas intenciones políticas, partidarias o electorales. Lo cual supone -en la casi totalidad de los casos- un intento por escaparle al sayo de aquellas identidades políticas que han sido estigmatizadas hasta el anatema por los dispositivos dominantes de construcción de sentido, como sinónimo del mal absoluto, y origen de todos los males del país, como el peronismo/kirchnerismo.

Pues bien, ese comportamiento -aunque no lo sepan ni lo intuyan- es perfectamente funcional no a la eliminación de la política (algo absolutamente imposible en el mundo real), sino a la entronización de ciertas políticas concretas, que son las que más temprano que tarde los terminan afectando, en tanto parte de un colectivo vulnerable que demanda protección y asistencia, de la sociedad y del Estado. 

Y no se trata de que en la próxima elección nos voten a nosotros, o se afilien al peronismo, sino de que si no cambian el modo en el que perciben la realidad, volverán a hacer lo mismo, una y otra vez; con un gobierno que está diciendo -ya ahora, por escrito- en su acuerdo con el FMI que espera ganar las elecciones, para luego profundizar la motosierra con una reforma laboral, la posible eliminación de la AUH y otro recorte en las jubilaciones, entre otras bellezas.

Precisamente la complejidad del fenómeno Milei (que en otros sentidos es simple por su brutalidad) radica en la creencia ingenua (por ser benévolos) de muchas personas en que la motosierra era necesaria, pero a ellos no los iba a afectar. Y si afectaba a otros -y acá nos metemos en un terreno más árido que la simple ingenuidad-, mucho no les importaba.

Milei pasará, más tarde o más temprano, pero el problema seguirá estando presente; y son los millones de personas comunes que lo votaron, pensando que el ajustado sería el otro, o que si le tocó, algo habrá hecho para merecerlo. Si éste último razonamiento provoca reminiscencias (y escalofríos) por su proximidad con lo peor de nuestro pasado, no es causalidad, sino un reflejo de la memoria social. Tuit relacionado: