LA FRASE

"¿SECRETARIA GENERAL DE LA PRESIDENCIA? ¡PUESTO MENOR!" (HÉCTOR MAGNETTO)

martes, 18 de febrero de 2025

EL REY ESTABA DESNUDO

 

Milei es un imbécil guionado, incapaz de desarrollar por sí mismo en una entrevista pactada y grabada las torpes respuestas que le armó Santiago Caputo para intentar lo inexplicable. Y Jonatan Viale es un ensobrado obsecuente, un operador del poder de turno -a menos que el poder de turno sea el kirchnerismo- a cambio de un precio; que se presta a la farsesca maniobra con la que intentan zafar de las consecuencias legales de sus actos delincuenciales, hundiéndose aun más, fruto de la misma torpeza con la que creyeron que era buena idea que el presidente promocionara una estafa piramidal.

Un presidente que ya tiene olor a nardo y está jugando tiempo de descuento, tanto que el grupo Clarín lo pasó a la fase de estorbo que en su momento describiera Alfonsín hablando del comportamiento de Magnetto en el caótico final de su gobierno, como se puede comprobar fácilmente con el simple hecho de que "olvidaron" sacar del reportaje grabado y editado que subieron a Youtube la parte que se ve en el video que encabeza el post, en la que Milei (y Caputo, el ninja invisible del gobierno que aparece fugazmente en cámara para asistir al demente) deja los dedos pintados por todos lados.

Asumiendo -por ejemplo- que el ministro de Justicia está para ser el abogado personal del presidente cuando éste se mete en problemas no por el ejercicio de su función, sino a título exclusivamente personal, como ciudadano. Al menos esa es la idiotez que explícitamente dice Milei en el video, y pretende que todos creamos, para pasar de página rápidamente.

Periodistas ensobrados alineados con el aparado comunicacional del gobierno, medios cómplices hasta donde les convenga a sus negocios para pasar luego a ser "independientes" o furiosos opositores, genios de la comunicación política que tejen en las sombras pero quedan con el culo al norte sin saber que hacer frente al primer problema real con el que deben lidiar y -sobre todo- un líder mundial de masas que, al parecer, estaba desnudo, y no era el brillante estadista que nos vendieron; sino un pobre idiota con problemas básicos de comprensión (sobre todo del lugar que ocupa, y las circunstancias que lo rodean) que se cree acreedor al premio Nobel.

Si se sabe ver, todo estaba allí desde el principio, para el que lo quisiera ver, siempre que quisiera: todos recordaremos cuantas veces escuchamos durante la campaña electoral "Sí, está loco pero no va a hacer lo que dice" o "El Congreso y la oposición no lo van a dejar", dicho por personas que lo votaron y lo pusieron ahí, frente a Viale, intentando explicar con balbuceos la cuadratura del círculo. Personas que por estas horas se dividen entre seguir creyendo en el experimento, o fingir demencia como si jamás hubieran dicho lo que dijeron o -sobre todo- jamás hubieran votado lo que votaron.

Cosa que pasó antes, con Menem, De La Rúa y Macri, y seguramente volverá a pasar; si ellos individualmente o todos como sociedad no encaramos el gorilismo como lo que es: una enfermedad mental, que debe ser tratada.

No hay nada en el video de apertura que no supiéramos o intuyéramos, o que no haya pasado antes, solo lo podemos ver "ao vivo", una y otra vez, porque una mano traviesa -recordándole a la política el poder que tiene sobre ella, que es el que buena parte de esa política le concedió, con sus cobardías- decidió que había llegado el momento de picarle el boleto a otro experimento político que está llegando a su fin, o para ser más precisos: acompañarlo hasta la puerta del cementerio, pero no entrar.

Pensemos por un momento si algo similar le pudo haber pasado a Cristina: ni el más acérrimo gorila o el más decidido de sus opositores (ni siquiera Sabag Montiel) podría imaginarlo. Podrán adjudicarle muchos defectos y de hecho -como todo ser humano- los tiene, pero no estos. Si se equivoca es por la suya, no por seguir un guión que escribieron otros.

Por eso como hemos dicho tantas veces, cuando reivindicamos su figura estamos reivindicando no solo los logros de sus gobiernos o sus cualidades personales, sino cosas que son -o deberían ser- parte del activo de nuestra frágil democracia: la autonomía de la política frente al poder corporativo (o por lo menos el intento de conquistarla), el respeto que debe transmitir la investidura presidencial como reflejo del respeto al voto ciudadano que entroniza a los presidentes en su cargo, la vigencia de las instituciones de la Constitución frente a la ley del mercado y de la selva que son las vigas maestras del modelo que nos propone el capitalismo desbocado de estos tiempos.

En suma, todos esos valores que Milei -el rey que estuvo siempre desnudo- desprecia explícitamente, y se ha llevado puestos desde sus tiempos de candidato, con la anuencia (explícita y consciente, aunque ahora muchos quieran negarlo) de millones de argentinos que lo votaron. Tuits relacionados:    

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