LA FRASE

"LE DIJE AL PRESIDENTE MILEI QUE ESTOY MUY INTERESADO EN INVERTIR EN SU PAÍS, ESPECÍFICAMENTE CONTRATANDO A LOS CIENTÍFICOS DEL CONICET, ARSAT Y EL PLAN NUCLEAR QUE SU GOBIERNO ESTÁ DESPIDIENDO." (ELON MUSK)

miércoles, 1 de febrero de 2023

DEUDA EXTERNA PRIVADA SUBSIDIADA POR EL ESTADO NACIONAL

 


Por A. C.

En una recomendable nota publicada en Página 12 bajo el título “La Sombra de la deuda externa privada”, se analiza el componente y las cifras de la deuda que el sector empresario privado mantiene con acreedores del exterior, es decir deuda en dólares tomada por ese sector privado.

A causa del endeudamiento, esas empresas requieren que el Banco Central le entregue los dólares destinados a cancelar los importes que adeudan, dólares que no abundan y que resultan necesarios para el funcionamiento de una economía como la nuestra que por diversas causas -entre ellas la salida de divisas por cuestionables deudas privadas- presenta recurrentes ciclos de baja en las reservas del Banco Central. Esa falta de divisas denominada restricción externa, es una de las claves de la economía argentina: su escasez limita el crecimiento económico y genera la vulnerabilidad del país frente a los movimientos de precios de los productos de exportación como de los insumos que deben importarse, sumado a la salida de capitales o fuga al exterior de rentabilidades.

En ese marco, un Informe sobre Deuda Externa Privada elaborado recientemente por el Banco Central y al que puede accederse a través de éste link, muestra que el total de la deuda del sector privado con el exterior al 30 de septiembre de 2022 se eleva a 91.364 millones de dólares.

Esa enorme deuda viene incrementándose de manera incesante, ya que al 31/12/2021 la deuda privada alcanzaba a 76.770 millones de dólares, y nueve meses después (Septiembre 2022) llegó a 91.364 millones, es decir que en nueve meses se incrementó en más de 14.500 millones de dólares, a un ritmo promedio de 1.621 millones de dólares mensuales.

También surge del Informe que la acumulación de deuda privada comercial y financiera con el exterior es un problema con vencimientos a corto plazo, ya que en menos de un año los vencimientos de capital llegan a 49.808 millones de dólares de deuda comercial y 17.183 millones de deuda financiera, es decir, un total de vencimientos por 66.991 millones en menos de un año. Aunque los privados refinancien los vencimientos con nueva deuda, igualmente se producirá una sangría de reservas si el Banco Central atiende los pedidos de divisas para el pago de intereses vencidos y parte del capital que adeudan las empresas, y en el caso de deuda comercial, además para atender el pago de prefinanciación de exportaciones o financiación de importaciones.

¿Y quienes serán los principales acreedores extranjeros de los exportadores e importadores argentinos? En el Informe del BCRA se consigna que de la deuda comercial, el 55% es deuda con empresas del mismo grupo económico, o sea autopréstamos.

Es decir que el Banco Central entrega divisas para que empresas con una filial en Argentina envíen dólares al exterior a causa de una supuesta deuda con la casa matriz. Una ingenuidad. ¿Podrán comprobar las filiales el monto en dólares que le fuera transferido y que origina la deuda? Por ejemplo acreditar desde que sede de una entidad bancaria extranjera se efectuó la transferencia que constituye el crédito, en qué fecha se recepcionó en monto en Argentina y comprobar cómo se afectaron los fondos del préstamo con detalle de las operaciones en que fueron invertidos. Difícil. Los autopréstamos son la forma más sencilla para las empresas de enviar utilidades al exterior. Y con dólares que les entrega el Banco Central a una conveniente cotización oficial.

Y en la deuda comercial es notable que la mayoría de la deuda se origine en las grandes empresas exportadoras y aparece allí –como siempre- el negocio sojero, y por eso el Informe del BCRA dedica un apartado especial al caso del sector, y destaca que “…..la deuda de exportaciones del sector se encuentra concentrada en pocas empresas, ya que las primeras 10 explicaron el 82% del crecimiento de la deuda por exportaciones de bienes del tercer trimestre. Estas mismas empresas concentraban el 56% del stock de la deuda por exportaciones bienes al 30.09.22".

El Informe omite nombrar a estas “pocas empresas” que explican el 82% del incremento de la deuda, pero todos las conocemos: Cargill, Cofco, Viterra, Bunge, ADM, AGD, Molinos y por supuesto Vicentín, deudora irrecuperable del Banco Nación, es decir deudora de todos nosotros y cuyo accionar continúa impune gracias a un Juzgado a medida.

Despojado de ideología y desde una óptica matemática hay cuestiones difíciles de entender. Por Decreto 576/22, el “Programa de Incremento Exportador” estableció un tipo de cambio de $200 por cada dólar para las exportaciones de soja y sus derivados, con vigencia hasta el 30 de septiembre de 2022, y con el subsidio establecido por el Decreto 576 se liquidaron en ese período 7800 millones de dólares por exportaciones de soja y sus derivados.

Si se liquidaron ese volumen de operaciones, no se explica porqué las grandes exportadoras continuaron endeudándose en el exterior por altas cifras, si habían cobrado esos grandes montos por las exportaciones. Y con dólar subsidiado. Uno no puede pensar que los dólares que les ingresaron en Septiembre de 2022 fueron sacados del país bajo excusa de endeudamiento por autopréstamos con empresas del mismo grupo, porque si así fuese seguirán saliendo dólares del país para pagar el capital y los intereses de esa deuda privada, condicionando la economía del país a través de operaciones simuladas para fugar rentabilidades declaradas o no. Excepto que las grandes empresas tengan la expectativa – o la promesa- que un próximo gobierno resuelva estatizar esta enorme deuda privada y por eso continúan endeudándose mientras giran divisas al exterior. 

Nadie desconoce la necesidad del ingreso de divisas que tiene el país, pero el Ministro de Economía que conoce sobradamente las operatorias de exportación y la normativa sancionada a su pedido como el Decreto 576, debería repensar el recurso de subsidiar a las grandes exportadoras, porque pareciera que es más lo que sale que lo que ingresa. Y mientras se subsidia a las grandes empresas con altas cifras, en el país hay sectores con necesidades acuciantes que nadie atiende en un año electoral. 

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