Los que hablan de feudos están a favor de la flexibilidad laboral, y los que hablan de casta defienden a los impresentables de la Corte en el juicio político. No tengo pruebas pero tampoco tengo dudas.
— La Corriente K (@lacorrientek) May 15, 2023
Así como a propósito del "fenómeno Milei" de golpe estábamos discutiendo de castas, con las elecciones provinciales en las que se imponen el peronismo y sus aliados nos tienen hablando de feudos y señores feudales; cosa que no debería sorprender: si algo aprendimos con la pandemia es que hasta innegables adelantos civilizatorios como las vacunas entraban en discusión, y a propósito de la queja por la legislación laboral protectoria de que gozan los trabajadores argentinos, hay un sector de la política que está a nada de decir que la esclavitud fue injustamente criticada, o no era tan mala como nos contaron.
Mezcla de lecturas mal digeridas del "Facundo" de Sarmiento y un más pedestre y visceral gorilismo, hay un montón de tipos que se presentan como "lo moderno" o los que están acordes con el estado actual de la evolución del mundo y la civilización humana, y nos recluyen a nosotros en la oscuridad, el atraso y la barbarie. Nada que no hayan ensayado desde 1945 y el "aluvión zoológico", por cierto.
El asunto es que, a poco que se indaga en estos significantes vacíos de cuyo contenido real ni siquiera ellos tienen cabal conciencia, se advertirá que el discurso descalificatorio no solo es ajeno a nuestra concreta experiencia histórica, sino a los posicionamientos políticos de quienes los sostienen.
En efecto, bastaría recordar que el peronismo nació a la vida política en la Argentina para terminar con sistema de explotación feudal del trabajo humano perpetrado por una oligarquía que se percibía a sí misma como una casta predestinada para regir para siempre los destinos del país como si fueran sus empresas (y aún hoy lo piensan), para advertir en que medida cierta gente mea fuera del tarro cuando nos acusa a nosotros de feudales. A menos que, en su infinita ignorancia, crean que Patrón Costas era un meritócrata emprendedor; u olviden quienes fueron en éste país los que llegaron al poder por el fraude, el clientelismo o la fuerza.
Y aun concediendo que el variopinto espectro de "los peronismos" decantó en algunas provincias hacia formas de conservadurismo popular (ya en tiempos de Perón), ¿alguien puede suponer que Cano en Tucumán, Buryaile o Naidenoff en Formosa o los que en general suelen adversar con esas expresiones del peronismo son "la modernidad", o representarían la posibilidad de una organización de la sociedad en términos más igualitarios?
¿No es acaso Gerardo Morales un típico señor feudal de horca y cuchillo, que somete a todos quienes se atreven a oponerse a su voluntad, incluso con la cárcel? ¿Son menos feudales los radicales correntinos que gobiernan la provincia más pobre del país desde 1987, o los mendocinos que son más conservadores que los propios "gansos"?.
El peronismo descalificado por "feudal" introdujo en éste país los derechos laborales y (lo más importante) los hizo efectivos, implantó la gratuidad de la enseñanza universitaria, desarrolló la energía atómica, la industria aeronáutica y puso satélites en el espacio, además de sancionar la primera ley de divorcio, el matrimonio igualitario o la ley de identidad de género, si se quieren mirar otras cuestiones.
Construyó más escuelas que nadie en la historia del país, hizo obligatoria la enseñanza secundaria, llevó la inversión en educación, ciencia y tecnología a más del 6 % del PBI, repartió millones de netbooks entre los chicos de las escuelas y universalizó la cobertura previsional, además de instaurar las paritarias, o reconocerles derechos a los peones rurales o a las trabajadoras de casas de familia.
Mientras tanto los "modernos" propugnan una brutal flexibilización laboral que incluye eliminar las indemnizaciones y que el trabajador se pague su propio despido, o un modelo de desarrollo económico basado en el primitivismo agrario, que ya era insuficiente para el país y su población en 1914. Además de rechazar cualquier avance legislativo que consagre nuevos derechos o libertades individuales (insólito en quienes se dicen liberales), como no sean las estrictamente económicas.
Eso por no decir que jamás de los jamases se han metido con las "castas" verdaderas, comenzando por ejemplo con la corporación judicial (el brazo togado de sus designios políticos), o el poder económico, compuesto éste sí por una verdadera casta de intocables, pero al revés, porque están en el vértice superior de la pirámide. Intocables ellos y sus privilegios, e impunes por todo, con cualquier gobierno y en cualquier tiempo: pregúntenles si no a Magnetto, Mitre, Paolo Rocca o el propio Macri; porque con Blaquier o Ernestina no podrían hacerlo por razones obvias.
1 comentario:
"Feudos". "Castas". El discurso termocéfalo de Milei y su replicación permanente por los grandes medios de CABA, demuestran que el porteño medio es un indigente intelectual.
A ese porteño termocéfalo va dirigido ese discurso.
Y a los referentes provincianos que replican la dependencia y colonización mental.
El puerto y sus habitantes.
La ciudad parasitaria, el principal problema de este país hace más de 200 años.
Una ciudad con el mayor presupuesto del país, y sin embargo sucia, insegura y con pésimos y caros servicios que financiamos todos los habitantes del país. ¿Hasta cuando?
El Colo.
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