LA FRASE

"ME DICEN QUE ESTÁ VINIENDO PARA ACÁ EL MINISTRO CAPUTO, ASÍ QUE TRÁIGANME ESA REMERA QUE DICE "NO HAY PLATA"." (KRISTALINA GEORGIEVA)

miércoles, 28 de abril de 2021

SIGNOS VITALES

 


Allá por el segundo mandato de Cristina y cuando comenzaron los primeros cacerolazos por las restricciones a la compra de dólares bautizada como "cepo" por los medios hegemónicos, comenzaron también -algunos ya venían de antes- desgranamientos al interior de la coalición conducida por el kirchnerismo bajo el argumento de que había que "escuchar los reclamos de la sociedad" y el lema de que era "necesaria una autocrítica" de un gobierno que apenas un año antes o menos, había ganado las elecciones con el 54,11 % de los votos, en primer vuelta y a casi 38 puntos de distancia de su competidor más inmediato.

Algunos tomaban distancia porque el kirchnerismo "iba por todo" y reclamaban moderación, otros pedían "profundizar las reformas y escribir el segundo tomo", pero todos coincidían en tomar distancia de lo que suponían un proceso político agotado. No es necesario hacer nombres, todos sabemos de que y de quienes hablamos, pero tenían otra cosa en común: la crítica a la verticalidad de Cristina, a la falta de debate interno, al "termismo" de las cadenas nacionales y los patios militantes: "son cosas que restan", decían entonces.

No es casual que sean los mismos que luego evaluaron que el macrismo llegaba para quedarse un largo tiempo al frente del gobierno nacional, y era necesario hacer una "oposición racional y responsable" para no desgastarse en una pelea que no se podía ganar, y se ofrecieron como dadores voluntarios de gobernabilidad; en el Congreso, en el sindicalismo y en las provincias.

Con el nuevo experimento de derecha colapsando por su propia dinámica, no tardaron en volver al redil, sobre sus propios pasos, porque la brújula marcaba ahora la posibilidad real de un retorno del peronismo al poder, por la vía electoral; y ahí Cristina y el kirchnerismo se volvían imprescindibles: invirtiendo los términos que venían manejando en el discurso, pasaron del "Con Cristina no alcanza" al más realista "Sin Cristina es imposible". 

Casi ninguno hizo autocrítica -que se sabe, consiste en pedírsela a los otros-, y la mayoría de ellos ocupan hoy posiciones expectantes en el dispositivo de poder del FDT, otra vez: no es necesario hacer nombres, todos nos conocemos. Por el contrario, cuando las críticas aparecen tratan de silenciarlas -en las redes, en el debate público- con el argumento de que resultan funcionales a la oposición, y debilitan a la coalición de gobierno. Como se ve, los pedidos de debate interno y las críticas a la verticalidad dependen de como le haya ido a cada uno en el organigrama del gobierno, o en el reparto de las designaciones.

La idea de que las críticas que se le hagan al gobierno desde sus propios votantes o dirigentes son funcionales a la oposición, sin importar si consisten en reclamar el estricto cumplimiento del programa electoral votado, o exactamente lo contrario que pide esa misma oposición, no resiste el menor análisis; y es indigna del respeto que nos debemos entre compañeros.

Vaya como botón de muestra (y vaya si tiene tamaño el botón) la cuestión de la hidrovía, cuya concesión en manos de un consorcio privado liderado por los belgas de Jan De Nul se vence este viernes, y crecen pedidos de que se recupere el control del Estado sobre ese recurso estratégico, que hace a la soberanía nacional y a controlar uno de los sectores claves de la economía. (Material de lectura complementario al respecto, acá)

Si fuera por la oposición, no solo apoyarían (y apoyarán seguramente, con su silencio) una prórroga a favor de los actuales concesionarios, al menos hasta que se resuelva una nueva licitación para volver a concederla a un operador privado: si fuera por ellos, no vacilarían en entregar el río Paraná como garantía al laboratorio Pfizer, para que nos venda sus vacunas. De modo que la conclusión "Criticás al gobierno: sos macrista/funcional al macrismo" es rayana en la idiotez.

Nadie desconoce aquí quien es Mayans (todos recordamos cuando salvó a Caputo en su "interpelación" en el Congreso), tanto como es cierto que representa la voz de Gildo Insfrán (uno de los gobernadores de las provincias surcadas por la hidrovía), o que el bloque de senadores del FDT ha venido marcando posiciones que no siempre son coincidentes con las del gobierno, o le imponen a éste definirse. Pasó cuando señalaron en un documento las irregularidades en la concertación del mega préstamo de Macri con el FMI y su incidencia en la negociación actual con el Fondo, o hace unos días cuando le reclamaron a Guzmán que utilice los derechos especiales de giro (DEG) que liberó el organismo, no para refinanciar la deuda con el propio FMI, sino para atender las necesidades que genera la pandemia.

Como sea, si no les cuadra Mayans por lo que fuera, hay muchas voces valiosas y autorizadas que, desde los propios apoyos sociales y políticos del gobierno, le reclaman que el Estado recupere el control del manejo de la hidrovía, y no lo vuelva a ceder a manos privadas. Posición que al menos merece un debate interno que desde acá, reclamamos y apoyamos como señal no de debilidad del espacio, sino de fortaleza.

Lo que los debilita al gobierno no son las críticas internas, o el debate entre los distintos actores del "Frente de Todos"; sino no cumplir con el programa de gobierno votado, por ceder a las presiones de los intereses creados en torno a sectores que no lo votaron, ni lo votarían nunca. 

Más que un cuestionamiento interno, debilita al gobierno -por ejemplo- aprobar una suba escalonada en cuotas de un 35 % de acá a marzo del año que viene de un Salario Mínimo Vital y Móvil que llegaría entonces (dentro de un año) a menos de la mitad del monto que las propias estadísticas oficiales marcan hoy como el umbral de la pobreza; dando la pésima señal de que se busca usar al salario como el ancla de la inflación, en lugar de tomar medidas contra los que la generan. 

Temas para debatir internamente, sobran: hace poco en ésta entrada ensayábamos un listado, necesariamente incompleto; de varios de igual o mayor importancia que la hidrovía. Y la pandemia no es excusa para eso, porque la pandemia no impidió (por ejemplo) que se le renovara la concesión de los aeropuertos a Eurnekián hasta el 2038. Por el contrario e insólitamente, se la usó como argumento.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

coincido 100 %. A no callarnos

Cíborg K dijo...

Excelente. Suscribo.

CK

Anónimo dijo...

Massa se reúne con Alberto para decidir el nuevo ministro, con arreglo a una terna presentada por Massa, para reemplazar a su hombre en el gobierno.
Y dice moreno que el poder ejecutivo es unipersonal

Anónimo dijo...

Si el ministro de transporte lo pone otra vez Massita, concesión a privados de la hidrovía por 500 años.
El Colo.

Anónimo dijo...

(tiene razón El Colo)...esperanzado en que la tranca la pongan los Gobernadores de la Hidrovía