No obstante cualquier idea falsa que ustedes pudieran formarse al respecto por las reiteradas apelaciones al diálogo y al consenso del presidente, los funcionarios o nuestros dirigentes, nosotros no necesitamos su aprobación, en general, para nada. Por el contrario, pensamos que si están de acuerdo con algo que decimos o hacemos, lo que tenemos que hacer es revisarlo, porque seguro que algo estamos haciendo mal.
No respetamos en absoluto sus opiniones, aunque nunca llegaríamos al extremo de proscribirlos, o penarlos con multa y cárcel si se los menciona, como sí hicieron ustedes. Y no las respetamos porque no son serios: defienden ideas que atrasan siglos, como hicieron ahora, en plena pandemia, oponiéndose a las restricciones de actividades para evitar contagios, o haciendo campaña en contra de las vacunas.
Tampoco les creemos cuando llaman a terminar con la grieta, porque por lo general, eso indica que simplemente se han quedado sin municiones, y quieren ganar tiempo para reaprovisionarse y volver a disparar. Tenemos bien que en claro lo que harían con nosotros si pudieran, y no se lo impidieran los límites de la democracia, la vigencia de las leyes e instituciones, y la corrección política: lo que siempre nos hicieron, cuando esos límites no existían.
A diferencia de ustedes, no odiamos nuestro país ni nos sentimos condenados al exilio adentro de él. Lo queremos como es, con sus virtudes y sus defectos, que hemos sabido (o no) construir entre todos. Tanto lo queremos, que incluso lo queremos con ustedes adentro, que por lo general son un lastre bastante pesado de llevar.
Porque aun ustedes crean que sí, están bastante lejos de ser "el 50 % del país que trabaja y paga impuestos para mantener a la otra mitad". Si por algo suelen destacarse es por no pagar impuestos -o renegar cuando lo tienen que hacer- y mandar a trabajar a otros, pidiendo además que lo hagan por menos sueldo, y con menos derechos: para ustedes los trabajadores son un problema, para nosotros, parte principal e irreemplazable de la solución.
Hemos asumido hace mucho tiempo que nos toca, una y otra vez, arreglar sus desastres, y los estropicios que hacen cada vez que gobiernan. Y sabemos que una y otra vez la historia se va a repetir, porque nada indica que ustedes vayan a cambiar: por el contrario, dicen que si vuelven, harían lo mismo otra vez, pero más rápido y más a fondo.
Y cada vez que tenemos que arrancar a reconstruir todo desde un pozo más profundo, sabemos que lo haremos hasta el punto en el que el país recobre cierta normalidad, la necesaria como para que ustedes consideren que ya es llegado el momento de volver a votar un gobierno de los de ustedes, para que haga todo mierda de nuevo.
Si fuera por nosotros, les haríamos pagar el costo de la reconstrucción, pero literalmente: con impuestos, que les duelen más que el daño físico. Como pueden ver, hacen bien en no juntarse con nosotros: no hay ninguna nobleza en nuestra actitud.
Y si de nosotros depende, nos mantendríamos bien lejos de ustedes, con los que no tenemos nada que dialogar, ni consensuar; cosa que por lo general entienden como hacer todo lo que ustedes quieren, sin dar nada a cambio, ni ceder en nada. Tuit relacionado:
Síndrome de Estocolmo. https://t.co/CoxdQIcuvV
— La Corriente K (@lacorrientek) October 19, 2021
5 comentarios:
En un todo de acuerdo. O casi, porque como dijo Perón en su revisión de los hechos históricos, si volviera el tiempo atrás lo primero que haría sería fusilarlos...
Alberto y el síndrome de "esto es el colmo"...
Después se quejan de "no nos votan".
Es así, nada que agregar.
Alberto, es el programa que se votó en 2019; todos los días una medida en ese sentido, con los contreras, sin los contreras, contra los contreras.
Quienes no los votan? Uds hicieron una tremenda elección en las PASO.
Lastima que las contradicciones entre desarrollo de la fuerza de producción y propiedad privada no estén activando la revolución, pero démosle otros 100 años a ver si arranca.
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