LA FRASE

"ELCOMITÉ DE CRISIS POR LA GUERRA EN MEDIO ORIENTE LO DISOLVÍ AL DÍA SIGUIENTE DE CREARLO PARA QUE VEAN QUE VOY EN SERIO CON LO DE ACHICAR EL ESTADO." (JAVIER MILEI)

lunes, 22 de noviembre de 2021

CONSENSO Y DUNGA DUNGA

 


Leíamos a Claudio Scaletta en El Destape: "Argentina sigue necesitando terminar con la grieta, pero no la grieta que definen los medios de comunicación, sino la grieta entre el peronismo y una porción mayoritaria de las clases dominantes. Un dato duro es que los dirigentes de la Alianza macrista-UCR no tienen ningún incentivo político para acordar con el actual oficialismo una política que conduzca al crecimiento y al bienestar. Por el contrario, su objetivo consiste en debilitarlo para reemplazarlo. En consecuencia “el diálogo” debe ser directamente entre el oficialismo y el poder económico real. La pregunta es, otra vez, cuál sería el incentivo para este poder económico real para asumir un diálogo constructivo con el actual oficialismo." 

En su nuevo presente Argentina necesita plasmar un nuevo consenso productivo exportador que le permita crecer aumentando la inclusión social, y para ello necesita estabilidad económica y política. Pero para conseguirlo necesitará previamente que el bloque histórico que sostuvo al macrismo realice una profunda introspección ¿Realmente el gran empresariado cree que el nuevo fracaso de la experiencia neoliberal se debió a la explicación zonza según la cual no se fue lo suficientemente a fondo? ¿Nadie entre sus filas observa cómo funcionan y qué políticas económicas aplican los países que se desarrollan? ¿Creen realmente que el problema es “el peronismo”? ¿Creen realmente que la economía que propone el peronismo es antiempresa o está en contra de la propiedad privada, es decir cree en la zoncera del “vamos a ser Venezuela”?".

Tiempo atrás, hace exactamente un mes, decíamos nosotros acá: "Que cualquier forma de pacto o acuerdo social debe involucrar a los empresarios (que son los dueños de los medios de producción) o parte de ellos, es cosa sabida. Como también que esos pactos o acuerdos hay que explorarlos con los empresarios realmente existentes y no con los que uno desearía, también. Por lo general, cuando se producen estas tertulias los empresarios o los sellos de goma que los representan (sorteados en éste caso por Alberto para hablar "cara a cara con los que mandan") son reacios a firmar compromisos concretos por escrito, y si excepcionalmente lo hacen, es difícil que los terminan cumpliendo, y más vidrioso aun, que eso les traiga consecuencias.". 

"Lo que tiene sí, habitualmente, amplia repercusión en esos casos son las demandas o exigencias del sector empresario al poder político, que giran siempre en torno a los mismos temas: rebajas o eliminación de impuestos, flexibilización de las leyes laborales, apertura y desregulación de los mercados y la economía en general, ajuste del gasto público. Poco se sabe, en cambio, de lo que están dispuestos a ofrecer a cambio, como no sean las vaporosas promesas de un futuro venturoso en el que -de accederse a sus demandas- se producirá el "derrame" en forma de "empleos de calidad".". 

Supongamos por un momento que todos los debates teóricos -y no tanto- sobre el modelo productivo a seguir en el país que de algún modo plantea Scaletta en su nota se dan por saldados, y todos terminan admitiendo que no tienen sentido las falsas antinomias: "campo versus industria", "mercado interno versus exportaciones", y ya que estamos, también comprenden todos que la restricción externa es el principal problema estructural de nuestra economía. 

Aun entonces, en ese poco probable escenario y asumiendo también que todos los involucrados en la búsqueda de consensos amplios a futuro, hablan de lo mismo y con sinceridad cuando dicen que lo están: dado que sabemos ampliamente lo que el poder económico exige para arribar a ellos (con la astucia de disfrazar esas demandas como el único camino posible), de lo que seguimos sin saber mucho, es de lo que estarían dispuestos a dar a cambio.

Dicho de otro modo, aun cuando se coincidiese en la necesidad de fomentar las exportaciones para conseguir las divisas necesarias para hacer sustentable un proceso de crecimiento, ¿están dispuestos a aceptar que sea el Estado el que regule el acceso a esas divisas según las prioridades del plan de desarrollo, aceptarían alguna forma de control del flujo de capitales, o seguirán presionando para una liberalización total en esos aspectos?

¿Seguirán insistiendo en el recorte de impuestos y la consiguiente reducción de las funciones del Estado, o aceptarían -a cambio de una rebaja o eliminación de retenciones que ya se está verificando- incrementar su participación en la financiación del funcionamiento de ese Estado, por ejemplo a través de un aumento de lo que pagan por Ganancias?

Las multinacionales, con gran peso específico en nuestra extranjerizada estructura productiva: ¿entenderían que tienen que ser parte de una lógica y dinámica de crecimiento diseñada desde el país y pensada en función de sus consensos, aunque eso suponga ciertas regulaciones a la inversión extranjera que modifiquen las libérrimas normas que hoy la rigen, sin por eso dejar de garantizarles sus negocios acá?

Todas las fracciones del capital, en mayor o medida, ¿comprenderán que no hay margen de maniobra político y social para una reforma laboral flexibilizadora, y que cualquier modelo de crecimiento supone un mercado interno fuerte, con trabajadores bien pagos y con salarios altos, que les permitan consumir y empujar la demanda agregada?

¿Dejarán de pedir un "sinceramiento de las tarifas y demás precios políticos" con el argumento del gasto público y la excesiva emisión, comprendiendo que -más allá de la "sintonía fina" más fácil de pregonar que de realizar en la práctica- los subsidios son una necesidad para complementar los ingresos familiares, y disminuir al mismo tiempo los costos de producción, inclusive por la movilización y disponibilidad de la fuerza de trabajo?

¿O la única condición de posibilidad de los acuerdos y consensos es la que siempre conocimos: acuerdo sí, pero primero dunga dunga?

2 comentarios:

teo dijo...

Hay un problema fundamental con el gran empresariado nacional y los acuerdos que se deben lograr para darle lógica a un programa de desarrollo: no es nacional y tiene un programa propio.

No les interesa ganar más o menos, sino tener libre disponibilidad para exportar sus ganancias en divisas, y cualquier cosa que esté contra esa lógica de acumulación que lleva 45 años (y que acumulo 4 PBI argentinos en el exterior) es anulada inmediatamente. Además ahora cuenta con quienes pueden llevar a cabo su programa sin tener que pasar por el mostrador del peronismo. El macrismo es el partido de la exportación de ganancias tomando deuda.

¿Entonces que pacto se puede alcanzar en esa lógica? ¿Cuál es la cuota que estamos dispuestos a darle para fugar ganancias, además de tener que pagar las deudas resultantes, con la magra balanza comercial? ¿A quien se les va a permitir acceder a divisas y a quien no? Los exportadores que generan las divisas y los prenbedarios del mercado interno tienen la misma ventanilla para comprar? ¿Cuantos dolares podrá comprar COTO, que no produce ninguno y encima es importador y su balance en dólares es negativo? ¿Y las concesionarias de servicios públicos que cobran en pesos?

Como se hace con el balance de carbono o balance de agua en los procesos productivos: Hay que ir a un balance de dolares. Y el que no les produce no los consume.

Anónimo dijo...

Yo soy asalariado. Con 50% de inflación y la ley de alquileres, de pedo puedo hacer frente al alquiler. Cómo podría ser propietario así?
No se puede comprar ni un auto. Si tenés la posibilidad de ahorrar, si o si tiene que ser en divisa extranjera... Que vas a comprar? Rupias?

No podés tener una economía con 50% de inflación. Simplemente no camina. Si perdés 5%-7% de tu patrimonio (incluído ingresos) por año, en algún momento no queda nada.

Ahora mismo no queda otra que devaluar. O sea, no queda ninguna otra opción. "Que le vamo hace"

Y encima que devaluas, hay inflación en EEUU, o sea inflación en dólares sobre inflación en pesos en una economía dolarizada.
Y suben la carne, los granos, la energía y el combustible en todo el mundo.
Y si la fed sube las tasas de interés de golpe, chupa todo el circulante del mundo y chau, volvemos a la era de hierro.

Si aguanta, el gobierno tendrá que devaluar después de las fiestas. Que supongo es el acuerdo social para que exista Argentina en enero todavía.

Espero estar totalmente equivocado y que en 6 meses todos cobremos regalías del estado por el petróleo, minerales y comodities que exportamos al mundo, de pronto transformados en la Arabia saudí de Sudamérica... Que es lo que podríamos ser tranquilamente.