LA FRASE

"LE DIJE AL PRESIDENTE MILEI QUE ESTOY MUY INTERESADO EN INVERTIR EN SU PAÍS, ESPECÍFICAMENTE CONTRATANDO A LOS CIENTÍFICOS DEL CONICET, ARSAT Y EL PLAN NUCLEAR QUE SU GOBIERNO ESTÁ DESPIDIENDO." (ELON MUSK)

viernes, 23 de octubre de 2020

ESCENAS DE LA EDAD MEDIA

 


El pleito de la familia Etchevehere por su herencia, o por las tierras fiscales que dicen son suyas, la verdad, nos importa tres belines. Cierto es que el culebrón pone una vez más en el tapete la cuestión de las dificultades para el acceso a la tierra, sea para vivienda o para producir.

Tampoco vamos a analizar acá la cuestión desde la óptica de una posible reforma agraria, o el rol que juegan en todo estos Juan Grabois y su organización, que después de todo están allí por invitación de la dueña de al menos una parte de esos campos. Lo que nos preocupa del video de apertura, que se ha viralizado en las redes sociales, es otra cosa. 

Se puede ver allí como se arriman a la tranquera unos "parlamentarios" presuntamente enviados por el resto de los hermanos Etchevehere -que no hicieron la tarea por sí mismos- para conseguir el "desalojo pacífico" del campo, y ofrecer "un salvoconducto" para que la gente de Grabois pueda dejar tranquila el campo, y la provincia. El tipo que hace las veces de vocero -no dice de quien o quienes- señala que él está tranquilo y lo pide de buenas maneras, pero no puede garantizar que "las demás personas" que están allí hagan lo mismo.

La amenaza de usar la violencia es casi explícita, flota en el aire, tanto como el derecho que este señor y la gente a la que ¿representa? cree tener a establecer u otorgar la "documentación" necesaria para que alguien pueda ejercer un derecho que le reconoce la Constitución Nacional a todo habitante del país, en una parte de su territorio. En éste caso la provincia de Entre Ríos.

Todo eso frente a la mirada atenta y la actitud pasiva de los miembros de la fuerza pública estatal (los policías entrerrianos que aparecen en el video), que dejan claro de tal modo quien manda en la provincia, o en todo caso a quien obedecen ellos. Se puede adivinar por las propias palabras del lenguaraz (y porque han circulado imágenes) que en las cercanías y rodeando el campo hay gente armada, y dispuesta a usar sus armas para desalojar por la fuerza a los que presuntamente ocuparon un campo que no es propio -aunque lo hayan hecho con autorización de una de las dueñas, dato no menor-, pero que tampoco es de ellos, los integrantes de la milicia privada que se autoatribuye el rol de patrulla de los caminos, o algo así.

La escena tiene un poderoso aire de familia con los "piquetes de la abundancia" agrogarcas del 2008,y es altamente probable que los que acudieron en auxilio de los Etchevehere más cagadores -si es que es posible hacer distingos al respecto-, hayan participado de la revuelta contra las retenciones móviles Hay un modus operandi común.

Es difícil condensar en imágenes y en tan poco tiempo, una postal del feudalismo que subsiste en la Argentina en muchos lugares, y que no consiste precisamente en la imagen que al respecto suelen dar los medios hegemónicos cuando emplean el término: la de un gobernador peronista varias veces reelecto en su cargo, como los Rodríguez Saá o Gildo Insfrán. De hecho, Entre Ríos es una de las provincias que tuvo alternancia de signo político en sus gobiernos desde 1983 para acá.

De sus gobiernos, dijimos, no de los que realmente mandan, que es la gente que está del otro lado de la tranquera, amenazando veladamente a los ocupantes del campo, con el respaldo de la policía, es decir, del Estado. 

La rusticidad de esta gente no tiene que ver con sus tareas rurales -altamente tecnificadas y delegadas en otros, hace décadas-, ni con su atuendo, cuando cometen la ridiculez de disfrazarse de gauchos pero con boinas: "hijo 'el país, con gorra e' vasco", como diría Jauretche.

Son rústicos porque viven al margen de conceptos elementales de la sociedad moderna como las instituciones y las leyes -de las que solo les interesan las que protegen su propiedad privada-, como una mezcla de señores feudales de horca y cuchillo con colonos del Far West con 4 X 4 en lugar de carretas, con la escopeta lista para arreglar a los tiros cualquier diferendo. Gente que, como decía De Angelis, ese de ellos que llevó su bochorno al Senado de la nación, "no está acostumbrada a pagar impuestos", y esas cosas.

De la modernidad lo que conocen o les interesa es el paquete tecnológico aplicado a la agricultura (por el que no quieren pagar patentes) y las técnicas asociadas al mismo, y la vasta ingeniería jurídica y contable destinada a evadir el pago de impuestos; de extrema sofisticación en algunos casos. Los métodos que emplean para desalojar a Grabois y los suyos no difieren sustancialmente de aquellos que usaron para presionar a los legisladores para que votaran contra las retenciones móviles en el 2008, o los que usó Biolcatti cuando encabezó un intento de toma de la Legislatura bonaerense, para impedir un aumento del impuesto inmobiliario.  

Y lo peor de todo es que los tipos se sienten la Patria misma, los dueños de la bandera -que no se les cae nunca de las manos, hasta para pedir que dejen a Vicentín defraudar tranquilo a sus acreedores- de ese mismo Estado al cual desconocen. Y son, a su vez, parte (y no menor) de nuestra esplendente "burguesía nacional", o élite o clase dirigente empresarial, como la quieran llamar.

Para colmo, de esa parte que, en nuestra estructura productiva dual y desequilibrada, genera buena parte de las divisas que nuestro país necesita para desarrollarse: piensen que nuestra suerte, la de todos, está en buena parte en manos de ésta gente; que se sienta en los silos bolsa o encanuta los dólares para forzar una devaluación. Y si no son ellos en persona los que están en esa posición, ya han demostrado que pueden perfectamente alzarse en armas en defensa de los intereses de los que sí lo están, como es justamente este caso.

El sábado pasado conmemoramos el Día de la Lealtad, y los 75 años de peronismo. Pensemos como le deben haber caído a ésta gente cosas como el Estatuto del Peón de Campo o la creación del IAPI, y por ahí nos ayuda a entender estas cuestiones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mosquito con abundante glifosato regando alrededor de la tranquera.
El Colo.

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

¿Los panes de trotyl cotizan con el dólar blue y se fueron a la mierda, Colo?

Anónimo dijo...

Es que si en zona regás con glifosato,aunque te agarren no hay pena.
El colo.