LA FRASE

"AEROLÍNEAS ARGENTINAS NO DEPENDE DE MI CARTERA, ASÍ QUE NO VEO POR QUÉ MOTIVO ME VESTIRÍA DE AZAFATA." (LUIS PETRI)

jueves, 22 de octubre de 2020

RECALCULANDO

 


Cuando el gobierno argentino acompañó con su voto el informe Bachelet sobre Venezuela en la ONU, dijimos acá: "Para nosotros el voto aun mirado desde una perspectiva estrictamente pragmática- es un error: el gobierno compra la agenda de otro (y no cualquier otro, y no cualquier agenda) a cambio de un supuesto apoyo en negociaciones críticas (las que se vienen con el FMI), o por presunta devolución de atenciones del canje cerrado con los acreedores. Dudoso en un caso, incomprobable en el segundo. Y todo al costo de generar tensiones internas que son inocultables.". 

Claro es que para ser justos, el voto fue acompañado con una condena al bloqueo y las sanciones económicas contra el gobierno de Venezuela, como siempre -o casi siempre- el país ha condenado el bloqueo contra Cuba, salvo cuando gobernó la derecha en sus diversas formas, con dictaduras o en democracia.

Después del triunfo del MAS en las elecciones de Bolivia el domingo pasado, pasaron cosas. En primer lugar en el caso boliviano el gobierno de Alberto Fernández estuvo siempre del lado correcto: condenó el golpe de Estado, no reconoció al gobierno de facto de Jeaninne Añez, les dio asilo político a Evo Morales y Alvaro García Linera y apoyó la salida electoral, para que lo que prevaleciera fuera la voluntad del pueblo boliviano, como debe ser en democracia.

El éxito de Evo y su fuerza política son una bocanada de aire fresco para las fuerzas populares en la región, y la piedra basal de un proceso de reconstrucción de la unidad regional que fue dinamitado por los gobiernos de derecha que hicieron seguidismo acrítico de las directivas de la política exterior de los Estados Unidos. En la misma línea, no podemos sino celebrar los dichos de Alberto en torno a la necesidad de reconstruir la UNASUR como el ámbito propicio para fortalecer el proceso de integración de los pueblos del continente.

Y en ese contexto, el gobierno argentino acaba de sumar otros dos pronunciamientos positivos: primero negándose a respaldar la declaración de la OEA que cuestiona el proceso electoral venezolano porque parte de reconocer como legítimo al gobierno títere y fantasmal de Guaidó -algo que el gobierno del "Frente de Todos", a diferencia del de Macri, no hizo-, y rechazando hace unos días el documento propuesto por el Grupo de Lima que legitima y propone una virtual intervención militar extranjera en Venezuela.    

En paralelo el Grupo de Puebla (uno de cuyos miembros es el senador nacional del FDT y ex canciller Jorge Taiana) acaba de pedir la renuncia de Luis Almagro a la Secretaría General de la OEA, por sus inocultables responsabilidades en la generación de las condiciones para el golpe de Estado que derrocó a Evo, y todo lo que vino después. Ellos (Almagro y la OEA) también fueron estruendosamente derrotados el domingo. En el mismo sentido se pronunciaron esta semana un grupo de ex presidentes y presidentas de América Latina, entre ellos Cristina, Lula, Rafael Correa y Dilma Rousseff

La política exterior argentina no escapa a las generales de la ley em cuanto a que refleja las tensiones internas en el "Frente de Todos", y eso explica por ejemplo que la Argentina aun no haya abandonado el Grupo de Lima (en el que nada tiene que hacer, porque nuclea a quienes hacen satelismo del gobierno yanqui), o no haya designado embajador en Caracas ante el gobierno de Maduro al cual reconoce como el único legítimo; con lo cual aun sigue en funciones el que designó el macrismo, con fluidos vínculos con la oposición.

Que la Argentina apoye la salida electoral en Venezuela (sin olvidar que a diferencia del de Añez, el de Maduro es un gobierno electo por el pueblo) y rechace cualquier injerencia externa o aventura militar golpista son excelentes noticias. Pero mucho mejor sería unificar posturas al interior del gobierno, y en lugar de pensar en reponer la estatua de Néstor que estaba en la UNASUR (gesto simbólico merecido por él), más productivo sería retomar en plenitud la línea que él fijó.

Eso implica por ejemplo que, si se apoyan las elecciones venezolanas y estas son juzgadas transparentes incluso por observadores internacionales independientes, no se puede seguir tratando implícitamente al gobierno de Maduro como si fuera la peste, solo para complacer a sectores de la opinión  pública interna que jamás nos votarán; o "loteando" la política exterior para dejar determinados asuntos en manos del massismo y sus guiños a la embajada, de dudosos resultados prácticos además.  

6 comentarios:

olga dijo...

Un mundo ideal eso,ideal,luego está la realidad cruda y dura.

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

Claro, en el mundo ideal Guaidó es presidente y Estados Unidos da lecciones de democracia y elecciones transparentes. En el real gobiernan Maduro y Trump, y ambos pueden ser reelectos.

Anónimo dijo...

Entrenla a Olga que está fresco.
El Colo.

Anónimo dijo...

Al margen de las internas en el fdt, pensar que Venezuela es un tema para este momento de la Argentina.. es un poco mucho.

Si cuando algunos se oponian (con un argumento flojisimo) a qué los congresistas y otros se bajen los sueldos (no entendí porque, no entendí que tenía que ver qué no lo hayan pedido con Macri, cuando es algo que debería haber pasado ya y si no pasó tiene que pasar lo antes posible), pensé que algo andaba mal.. ahora está claro que algunos militan con la panza llena.

Hoy, creo yo, lo único central es el tema cambiario. Si eso no se resuelve no hay futuro para el gobierno.

Antes de hablo de los que se quieren ir.. y si, si tenés un título que paga u$d80.000 al año como no vas a querés ir a ganar plata que acá no vas a hacer en 350 años laburando

190 el dólar.. la única verdad es la realidad

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

Mejor no hablemos de los otros temas que no son Venezuela.

Anónimo dijo...

Dale, vamo a darle a Venezuela entonces.
Que puede salir mal?