El espectáculo que están dando Milei y los libertarios desde el inesperado sopapo electoral del domingo ya es motivo de memes: quien hubiera imaginado que los que venían a comerse la cancha enancados en el descontento social contra la política en general, terminarían entrampados en una encerrona que no saben como resolver, porque se metieron a jugar un juego que no entienden.
En efecto, mientras se trataba de hilvanar un discurso lleno de lugares comunes efectistas que pegaban certero con significantes vacíos -pero emocionalmente poderosos- sobre la insatisfacción ciudadana con los resultados de la democracia, todo iba de maravillas: envalentonados, suponían que no existía obstáculo que no pudieran vencer, daban por sentado un triunfo amplio en primera vuelta y hasta advertían de antemano que si -llegados al gobierno- encontraban obstáculos en el Congreso a sus reformas, no dudarían en plebiscitarlas "para que el pueblo decida".
Desde el domingo para acá, han entrado en una fase de descomposición con peleas de cartel entre cosplayers, gamers y dinosaurios procesistas (esa rara conjunción faunística que supo congregar "La Libertad Avanza"), acerca de quien tiene mayor responsabilidad en una debacle, que se puede medir en números con una sola cifra: hasta Schiaretti logró sumar más votos desde las PASO que el propio Milei, sobre unos casi 9 puntos porcentuales del padrón de mayor participación de un comicio al otro.
La crisis libertaria se traslada al conjunto de la oposición, en especial a "Juntos por el Cambio", que cruje en sus estertores como coalición política, porque mientras discuten a cielo abierto que hacer en un balotaje altamente incómodo para ellos -porque quedaron afuera-, ponen en debate el destino de la alianza, el liderazgo de Macri (que es cuestionado hasta en el PRO) y el destino futuro de los partidos que lo componen.
Pero volvamos a Milei: es muy gracioso ver el espectáculo bizarro de ofrecimientos de cargos en un eventual gobierno a -literalmente- cualquiera (incluyendo a la izquierda), como la pretensión de hacer "tábula rasa" con la campaña de agravios y descalificaciones sistemáticas que dispensó el candidato a presidente a diestra y siniestra, a todo el arco político sin excepción, nominado como "casta".
Lo que sucede es algo que, a diferencia de las contingencias de un resultado electoral, es algo bastante fácil de prever: la política es una cosa seria y compleja, no un juego de video en la computadora, ni una timba financiera con "derivados", ni un juego de rol en una convención de cómics. Y así como supone el desafío de intentar transformar la realidad preexistente (algo que Milei y los suyos se ufanaban de poder hacer, con solo desearlo y sin que hubiera obstáculo que se los impidiera), también implica ser capaz de adaptarse todo el tiempo a las dificultades que impone a cada paso, y superarlas.
Algo difícil de hacer para estos púberes eternos que aun viven con los padres, que es lo que en el fondo son estos tipos: gente necesitada como nadie de contención y afecto, que no pudo metabolizar esas carencias en términos psicológicos aceptables. Y así pasaron del "plan motosierra" a la aclaración puntual y vergonzante de que los despresitigiaron con una campaña del miedo, porque ellos en realidad no pensaban hacer nada de lo que dijeron expresamente y para quien quisiera oírlos, que iban a hacer si llegaban al gobierno.
Y pasaron también de despotricar contra la casta, a pedirle la escupidera a lo peor de esa casta que hasta ayer insultaban (como Patricia Bullrich), mendigando votos para una elección que de repente se les hizo cuesta arriba. Aun suponiendo que tuvieran éxito en esa empresa, y que uno crea que la gente vota lo que le dicen los dirigentes de determinado espacio político (algo que está por verse, o en todo caso es un privilegio de ciertos liderazgos excepcionales, como el de Perón...o el de Cristina), la pregunta es si lo que ganarían por un lado, no lo perderían por el otro.
O dicho de otro modo, si el pibe de Rapi lo seguiría votando a Milei cuando compruebe que, contra todo lo prometido, el legendario león se volvió herbívoro. Tuits e imagen relacionados:
Pensar que éste cotolengo de desarrapados mentales se comía la cancha hasta el domingo a la noche. https://t.co/gYCTPJMol9
— La Corriente K (@lacorrientek) October 24, 2023
Los libertarios intransigentes leones indomables combatientes de la casta fuerzas del cielo descubriendo el valor de tomarse un cafecito con gente a la que hasta cinco minutos detestaban y querían liquidar en lugares.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 24, 2023
Cualquier político profesional se come un sopapo como el que se comieron los libertarios el domingo y empieza a analizar fríamente como remontarlo. Estos orcos alimentados a paja entran en pánico y entran a decir y hacer cualquier pelotudez, creyéndose Machiavello.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 24, 2023
2 comentarios:
El indigente mental de Milei no me preocupa. Ya lo enterraron sus dueños.
El tema son los casi 8 millones de descerebrados que lo votaron.
El Colo.
¿"león herbívoro"?, vamos, no jodan, si el chiflado es el gatito mimoso del malandra calabrés. Seamos justos y paguemos gustosos el copyright a la Bregman y disfrutemos (sin dejar de buscar el voto) esta pelea del barro entre esperpentos.
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