Es notable como nuestra derecha insiste una y otra vez con el plan "Votáme ahora así te cago después de las elecciones". Y aún así siempre consiguen atrapar a muchos incautos.
— La Corriente K (@lacorrientek) April 21, 2025
Cuando se acercaban las elecciones legislativas de 2017 en las que pretendía revalidar su triunfo en el balotaje presidencial de 2015 y mejorar su representación en el Congreso, Macri implementó su propio "Plan Platita", administrando dosis homeopáticas del tan denostado populismo para llegar bien parado a las urnas: difirió los aumentos de las tarifas de los servicios públicos, avaló aumentos en las paritarias por encima de la inflación y rehabilitó programas del kirchnerismo para reactivar el consumo que antes había hibernado, como "Ahora 12".
Después, con los resultados puestos (que en buena medida obedecieron a que abandonó por un rato las políticas de ajuste con las que había llevado adelante la primera parte de su gobierno), reunió al establishment económico del país en el CCK para anunciar que había llegado el tiempo de profundizar las reformas: laboral, previsional y tributaria.
El resto de la historia es conocido: el intento de imponer la reforma previsional (que finalmente se aprobó) para modificar a la baja la fórmula para aumentar las jubilaciones generó una protesta masiva en el Congreso salvajemente reprimida, y el gobierno vio horadada su legitimidad al mismo tiempo que se caía su programa económico por su propia insustentabilidad, y la ida al FMI aceleró el declive, hasta el fracaso del intento de reelección del presidente.
Si nos vamos un poco más atrás, aun está en discusión para algunos si Macri engañó o no al electorado en el 2015 cuando prometió "conservar lo bueno y cambiar lo malo del kirchnerismo", pero en nuestra modesta opinión, la polémica la zanjó Milei cuando ganó las elecciones prometiendo aplicar la motosierra y cumplió. Podrá decirse que parte de sus votantes no comprendieron que la casta en realidad eran ellos, pero lo cierto es que el experimento libertario en curso es -ni más ni menos- que poner en acto aquello de Macri cuando decía que si volvía al gobierno haría lo mismo, pero más rápido.
Y lo mismo es, literalmente, eso: lo mismo, desde 1956 por lo menos. Pruebas al canto: nos dicen ahora que lo que el gobierno acordó con el FMI a cambio del salvataje financiero de su plan económico es una reforma laboral flexibilizadora (como si nunca hubiera habido una), otra previsional (y van) y profundizar el ajuste del gasto público (cuando no), especialmente eliminando toda forma de subsidio o segmentación de las tarifas de los servicios públicos.
O sea lo mismo de siempre, que es lo mismo que quiso hacer Macri, que es lo mismo que antes hizo Cavallo y lo mismo que considera Milei que hay que hacer. Pero eso sí: están diciendo que lo van a hacer después de las elecciones (como lo intentó Macri en el 2017) y si las ganan, admitiendo así implícitamente que si lo hicieran antes, podrían perderla. O como dijo Menem en 1989, "si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie".
Lo cual nos lleva al punto de la prostitución del sentido del voto, y en última instancia de la democracia misma, que subyace en la idea de que la gente vote lo que quiera, total después los gobiernos hacen lo que se les antoja...al FMI y los grupos de poder económicos internos y externos. O dicho de otro modo: si esas reformas son tan buenas que insisten en proponerlas como las únicas soluciones posibles, una y otra vez ¿por qué no se le plantean claramente al electorado antes de las elecciones, con todas las letras y mejor aun, por qué no se aplican ya, sin esperar a las elecciones?
Y si alguien (con razón) se apurara a decir que no lo hacen porque perderían porque esas políticas son impopulares (una afirmación que por lo menos habría que discutir, atento a los resultados de las últimas elecciones), volvemos al punto anterior: ¿Cuándo el voto cumplirá con la promesa implícita en él de expresar el sentir de la sociedad, para que la política tome nota y obre en consecuencia?
De lo contrario luego no nos sorprendamos después de la famosa "insatisfacción democrática" y sus consecuencias, que con los resultados del experimento libertario a la vista vienen siendo...profundizar el ajuste, le guste a quien le guste, "porque es el único camino posible" y listo. O dejemos de explicar las consecuencias, y ataquemos las causas, que hay que buscarlas por el lado de los que se benefician -siempre y en toda circunstancia- con esa insatisfacción y con el fracaso de la democracia en las expectativas que despertó.
En caso de duda, ver lo que está pasando ahora mismo, con el veranito financiero para otra temporada de bicicleta que se acaba de inaugurar con los fondos del FMI: se están prendiendo los que ya venían prendidos desde que comenzó el gobierno de Milei, que a su vez son lo mismos que se prendieron en el anterior paso de Caputo por el comando de la economía, en el gobierno de Macri. Los mismos a los que el gobierno del FDT les perdonó la vida en su momento, en plena pandemia y teniendo a la vista todas las pruebas del saqueo.
Tuit relacionado:
Resumiendo, estamos como antes del acuerdo: devaluación inicial que va a precios, inflación en alza, ancla cambiaria y manija al carry trade, plan aguantar como sea hasta las elecciones. Pero eso sí, con 20.000 palos verdes más de deuda y consumo en baja: https://t.co/ilggeAG3qg
— La Corriente K (@lacorrientek) April 23, 2025
1 comentario:
Como dice el post: "Los mismos a los que el gobierno del FDT les perdonó la vida en su momento, en plena pandemia y teniendo a la vista todas las pruebas del saqueo."
Ahí está el huevo.
Cuando vuelva un gobierno popular (cuando sea) hay que tener memoria y actuar sin contemplaciones. Sin que tiemble el pulso.
El Colo.
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