LA FRASE

"LA CANTIDAD DE PERROS DEL PRESIDENTE ES UNA DE LAS CUATRO O CINCO COSAS EN LAS QUE LOS ARGENTINOS NOS TENDRÍAMOS QUE PONER DE ACUERDO." (MANUEL ADORNI)

miércoles, 15 de junio de 2022

CUESTIÓN DE CONFIANZA

 

Que hay sectores del macrismo operando en los mercados para crear turbulencias financieras y sacar provecho de ellas, no caben dudas. Que el "reperfilador" Lacunza asusta a los traders con que el gobierno hará lo que hizo él cuando fue ministro (defoltear la deuda en pesos), tampoco.

Tampoco hay dudas que el sector financiero sigue teniendo la sartén por el mango, y el mango también; porque éste gobierno -como todos los anteriores- se lo han permitido. Y también es muy cierto que hay que ser muy necio para no ver una corrida especulativa que intenta forzar una aceleración del ritmo de devaluación de la moneda, que en éstas circunstancias sería fatal no ya para la economía, sino para la suerte del gobierno.

Pero no es menos cierto que el gobierno se ha colocado a sí mismo en una posición de debilidad (política y financiera) para resistir este tipo de maniobras, sea por medidas que tomó, o por otras que no quiso tomar. Un ejemplo: si se financia tomando deuda en el mercado local en pesos (lo que no está mal) y esa deuda se ajusta por el CER, algo debe hacer para resolver los altos niveles de inflación; y ese algo tampoco puede ser subir las tasas, porque eso engordaría el negocio de los bancos, en desmedro de los niveles de actividad económica.

También está la alternativa de pisar el gasto (que ya se reveló inviable en términos electorales el año pasado: nadie gana elecciones ajustando), o de financiarse vía impuestos de los sectores con mayor capacidad contributiva, algo que al gobierno claramente no le gusta, y solo amaga hacer (que no es lo mismo que hacer) cuando la dinámica de la discusión interna en el "Frente de Todos" lo fuerza a ello. Pasó con el impuesto a las grandes fortunas, pasa con el gravamen a las rentas inesperadas, y no pasó ni pasará con las retenciones; aunque el contexto inflacionario y fiscal haga aconsejable aumentarlas. 

Que el plan Guzmán de arreglo de la deuda (primero con los acreedores privados, luego con el FMI) era insustentable se dijo acá hace mucho, cuando muchos elogiaban la experticia del ministro en las negociaciones. El principal interrogante era -y sigue siendo- de que colchón iba a salir la lana (o sea, los dólares) para atender el pago de los vencimientos de la deuda renegociada, sin incurrir en nuevos endeudamientos que por lo demás el país tiene vedado, al no acceder (por suerte) a los mercados voluntarios de deuda.

Ya el acuerdo con el FMI implicó (aunque Guzmán lo negara hasta el final) un nuevo endeudamiento, para "calzar" las remesas de fondos con el endeudamiento contraído por Macri y poder pagar éste, sin mengua en las reservas del Banco Central, necesarias para contener cualquier corrida especulativa contra el peso, además de atender otras necesidades de la economía como las importaciones.   

Pero otra vez: nadie puede alegar su propia torpeza en su defensa. Porque el mismo Guzmán que vendió su estrategia de "estabilizar y tranquilizar la economía" a partir de los acuerdos por la deuda (que harían bajar el riesgo país, recreando la confianza de los inversores), rifó 30.000 millones de dólares de dos años de alto superávit comercial, para dárselo al precio oficial a las empresas que -presuntamente- contrajeron préstamos en el exterior, "para que limpiaran sus balances" de esas deudas. Así que si ahora Pesce está flaco de municiones, a llorar al campito.

Y esa estrategia (la de generar confianza) está fracasando, como fracasó cada vez que se intentó en el pasado: "los mercados" solo tienen confianza en un gobierno afín o directamente propio (como fue el de Macri), y veces ni siquiera eso. La búsqueda de su confianza se parece mucho a aquello de Pugliese de "Les hablé con el corazón, y me contestaron con el bolsillo", y ya sabemos como terminó aquello.

Como no alcanzaba con denunciar los abusos especulativos de los empresarios con los aumentos de precios, tampoco alcanza con denunciar conspiraciones de la city, u operaciones del macrismo: hay que tomar medidas concretas, ya, para que no puedan tener éxito; porque el gobierno se ha colocado -por sus indecisiones y su tibieza- en una situación de debilidad política, en la que no resiste una corrida que provoque o fuerce una devaluación, que acelere aun más una inflación que es alta.

Un buen principio sería reconocer que la estrategia de seducción de Guzmán, como el "ofertismo" de Kulfas han fracasado en toda la línea, si no en los indicadores macroeconómicos (que por cierto no han "derramado"), en el propósito político de la seducción: restarle belicosidad o poder de fuego a las distintas fracciones del capital local y extranjero que apostaron por Macri, dos veces, y quisieran ver a la derecha de nuevo en el gobierno. Tuits relacionados:  

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿ Cual fuè la respuesta del "mercado" a Guzman y su búsqueda de generar confianza?
Riesgo país de 2125 puntos.
No más preguntas.
El Colo.