LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 8 de agosto de 2014

A LA HAYA ROGANDO, Y CON EL MAZO DANDO


Los anuncios de Cristina ayer por la tarde confirman la misma línea que trazó el gobierno cuando la semana pasada se dio a conocer el segundo tramo del aumento anual a los jubilados que estipula la ley de movilidad: seguirá dando la pelea a los fondos buitres en todas las instancias que sea posible y con todas las herramientas legales y políticos a su alcance; mientras en paralelo despliega los instrumentos de gestión fronteras adentro para atemperar los efectos de la retracción de la economía sobre el consumo, el empleo y los salarios. 

Temprano por la tarde se conoció el reclamo interpuesto por la Argentina contra el gobierno de los Estados Unidos en la Corte Internacional de La Haya por la actuación de su sistema judicial en el culebrón buitre, comenzando por Griesa y llegando hasta la mismísima Corte Suprema yanqui; que se desentendió olímpicamente del asunto y convalidó de ese modo los desaguisados del venerable anciano.

Por supuesto que -a poco de conocida la noticia- comenzaron a circular las opiniones de los "expertos" sobre la viabilidad jurídica del reclamo argentino; que supone nada menos que los EEUU deben aceptar voluntariamente la jurisdicción de la CIJ, o proponer un mecanismo alternativa de solución pacífica de la controversia. Al respecto recomendamos la lectura de ésta nota de Página 12 de hoy, para contextualizar la cuestión.

Sin embargo es claro que la presentación del gobierno argentino debe ser analizado con más  detalle en su significado político: inscripta en la apuntada estrategia de combate integral al buitrerío, busca comprometer políticamente en el caso a la administración Obama, que si bien apoyó conceptualmente nuestra postura (incluso ante la propia Corte USA, en la causa "discovery" por la que los buitres procuraban autorización para embargar activos argentinos en el exterior), actuó con suma displicencia en el tramo final de la disputa.

Con toda certeza, presionada por los poderosos núcleos de intereses vinculados a la propia política norteamericana que los buitres son capaces de alinear a su favor; y con una relación de fuerzas complicada en el Congreso, donde por ejemplo sigue bloqueada la designación de embajadores en 46 países, entre ellos Rusia y la Argentina. 

Pero la presentación en La Haya es también una señal del gobierno argentino para Griesa, para el probable caso en que esté pensando en reiterar su insólita orden en futuros pagos de la deuda de acá a fin de año; claro que habrá que ver en que medida el juzgado comprende las implicancias políticas de la cuestión: las audiencias dejaron en claro que aun las estrictamente jurídicas, se le escaparon bastante a su percepción. 

En paralelo con la movida diplomática, Cristina lanzó ayer una serie de anuncios destinados al plano económico interno; de los cuáles acá hace una síntetis Tiempo Argentino: ampliación de los beneficios del Progresar, reformas en los Repro (ampliando su monto y plazo de duración), créditos subsidiados para la renovación de la flota de colectivos urbanos, cambios en el CEDIN para intentar que repunte el mercado inmobiliario. Mientras tanto, se conocen los efectos benéficos que está teniendo el Procreauto en el repunte de las ventas del sector automotriz.

Analizados cada uno de los intrumentos en particular, se pueden encontrar distintos grados de eficacia en las medidas (desde las que generaron más consenso como el PROGRESAR, hasta las más cuestionadas como los CEDIN emergentes del blanqueo), pero lo cierto es que muestran a un gobierno activo, atento a la evolución de las variables macroeconómicas y con la decisión de inyectar plata allí donde haga falta (en un contexto de dificultades fiscales); para apuntalar la actividad, el empleo, el consumo y los salarios. 

Es decir una línea política definida (más que un pomposo "macroplan" económico de los que suelen reclamar los "expertos"), que va en la línea tradicional del kirchnerismo y que apunta al grueso de su propia base electoral; de un modo directo o indirecto. 

Y una línea que incluso va profundizando las diferencias dentro del propio empresariado (el caso típico lo marcan las discusiones internas en la UIA), fracturando un bloque que de lo contrario presionaría por un plan alternativo (que incluya otra postura con los buitres, una nueva devaluación y un ajuste tradicional) con mayor fuerza y capacidad de imponerlo. 

Línea política que -según lo que marcan aun los encuestadores de la oposición- viene marcando un repunte de la imagen de Cristina, y distanciando con nitidez su liderazgo y preeminencia en el tablero político nacional; por encima de cualquier presidenciable eventual o concreto.  

Y que es -a nuestro modesto entender- el camino correcto a seguirse; porque como lo viene señalando reiteradamente Artemio López, el intento de tomar parte de la agenda opositora (como sucedió el año pasado luego de las PASO, con los cambios en Ganancias o las discusiones sobre las políticas de seguridad) sería un claro error; cuando lo que se impone es fidelizar al electorado propio de cara al 2015, como pre-requisito indispensable para pensar en ampliar el caudal.  

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