TAIANA, EL CANDIDATO DEL EVITA

En un acto con una impresionante movilización de la militancia de todo el país, el Movimiento Evita lanzó formalmente ayer en Ferro la candidatura presidencial de Jorge Taiana; que se suma así a la grilla de aspirantes a suceder a Cristina desde el propio kirchnerismo.

No faltará quienes señalen si es oportuno o conveniente seguir sumando candidatos de cara a las PASO del año que viene, a riesgo de dividir el voto en esa instancias; y eventualmente en la general. Sin embargo, hemos señalado aquí que la estrategia implícita de Cristina parece ser permitir que todos los que se sientan capacitados para saltar a la cancha lo hagan, al menos por ahora; y contener de ese modo las expectativas de las diferentes representatividades hacia el interior del kirchnerismo.

Claro que como también lo hemos señalado nosotros en diferentes oportunidades, cuando avancen las instancias que impone el cronograma electoral llegará el tiempo de las definiciones desde el propio liderazgo del espacio (indiscutiblemente en manos de Cristina, algo que el propio Taiana se encargó de reafirmar ayer); apelando a la inteligencia, la generosidad y la organicidad de los que puedan tener legítimas aspiraciones personales, o sectoriales.

Atributos (la inteligencia, la generosidad y la organicidad) que no les faltan justamente, ni a Jorge Taiana (cuya semblanza hiciéramos acá, y representa lo mejor de las tradiciones del peronismo), ni a los compañeros del Movimiento Evita que lo impulsan como candidato.  

Que coronaron con el acto de ayer un intenso trabajo militante que vienen desarrollando a lo largo y a lo ancho del país, en diferentes frentes: el territorial, el universitario o estudiantil, el de la economía popular, el de la formación y capacitación de cuadros técnicos y profesionales; entre otros.

Reivindicando para sí un espacio de autonomía dentro del dispositivo kirchnerista al cual tributan; desde el cual vienen siendo particularmente insistentes de un tiempo a ésta parte (a través de las llamadas "Asambleas Populares del Pensamiento Emancipatorio") sobre la necesidad de promover el debate interno en torno a las cuestiones pendientes para profundizar las transformaciones logradas en estos años, bajo los gobiernos de Néstor y Cristina.

En éste aspecto en particular (bajo el cual adquiere significación la candidatura de Taiana como visibilización de una estrategia política) nos queremos detener; porque nos parece de particular relevancia.

Del mismo modo que la existencia de un liderazgo indisputado -como el de Cristina- no excluye la posibilidad de debate interno en el kirchnerismo, la actualidad de la cultura de la trinchera y del aguante militante ante los ataques sistemáticos de que es objeto a diario el gobierno, no debería hacernos perder de vista la necesidad de elevar la mirada; para plantearnos no solo la necesidad de que éste proyecto político tenga continuidad, sino en que dirección, y con qué objetivos.

De allí que desde esa óptica no podamos sino acordar con los compañeros del Evita en la necesidad de pensar como "escribir el segundo tomo" del kirchnerismo (utilizando su propia metáfora), sin perder de vista la necesidad cotidiana de rodear a Cristina de apoyo militante para sostenerse frente a los embates de los que quieren dar marcha atrás en lo ya conseguido. 

Los compañeros del Movimiento Evita vienen poniendo de relieve la necesidad de avanzar en cuestiones acuciantes como el empleo informal o precario, la profundización de la distribución del ingreso, el modelo de producción y distribución de los alimentos, el rol del sistema financiero y su regulación por el Estado o el diseño de instrumentos más eficaces para disciplinar a los grandes grupos económicos.

Desafíos que parecen hoy (en un contexto crítico) difíciles de alcanzar, porque además la profundidad de las transformaciones en política está siempre directamente relacionada a muchos factores (el adversario también juega, como en el fútbol), entre los cuales ocupa un lugar principal la consolidación y cohesión de la fuerza propia; algo que hemos marcado como un déficit estructural del kirchnerismo.

Sin embargo también el enfoque en el que el Evita proyecta a la figura de Taiana invita a pensar si ese debate para encontrar el mejor modo (político, organizativo, técnico) de impulsar esas transformaciones pendientes no está en cierto punto en la lógica misma del actual proceso político; de modo que la disyuntiva entre defender lo conquistado o ir por lo que falta sea falsa; pues para poder conseguir lo primero, se vaya revelando cada vez más como imprescindible intentar avanzar en lo segundo.

Y más allá de la anécdota en sí de un lanzamiento más, ésa nos parece la discusión más interesante.