LA FRASE

"LOS KIRCHNERISTAS ME DESTROZARON EL AUTO, NI EL GUIÑO ME ANDA." (MARGARITA STOLBIZER)

domingo, 15 de junio de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

sábado, 14 de junio de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

viernes, 13 de junio de 2025

DEFENDER A CRISTINA ES DEFENDER EL SALARIO

 

En "Peronismo: filosofía política de una persistencia argentina" y analizando las miradas que sobre el peronismo se hicieron desde la izquierda, transcribe José Pablo Feinmann la opinión de Milcíades Peña cuando dijo: "El peronismo no modificó la estructura tradicional del país, es decir las relaciones de propiedad y la distribución del poder existentes. Sindicalización masiva e integral del proletariado fabril y de los trabajadores asalariados en general. Democratización de las relaciones obrero-patronales en los sitios de trabajo y en las relaciones ante el Estado. Treinta y tres por ciento de aumento de la participación de los asalariados en el ingreso nacional. A eso se redujo la "revolución peronista"." (las comillas son originales de Peña, y tienen un claro sentido despectivo).

Y agrega Feinmann por su parte: "¿Treinta y tres por ciento de aumento en la participación de los asalariados en el ingreso nacional? Milcíades, hoy, eso, sería más que el Palacio de Invierno." Decimos nosotros: visto el peronismo desde las clases dominantes, entonces también lo fue; tanto que haberlo hecho le valió a Perón varios intentos de golpe y magnicidio durante su mandato, el bombardeo de una ciudad abierta e indefensa provocando la muerte de civiles inocentes, su derrocamiento, exilio, proscripción y pérdida hasta de sus haberes como militar retirado, la penalización del uso de su nombre, la calumnia y la difamación, la persecución judicial, el robo, ultraje y ocultamiento del cadáver de Evita, y el impedimento para volver al país durante 17 años.

Para el pueblo argentino, la osadía del peronismo de poner en cuestión el reparto de la torta -y modificarlo- significó la cárcel, la persecución, los fusilamientos de junio del 56', la prohibición de votar a quien querían votar y, antes que nada, retroceder en aquello en lo que con Perón había avanzado: la redistribución del ingreso, entre otras cuestiones, pero esa es la central, porque es la que hace a lo que el propio Perón llamaba la víscera más sensible. Y no solo de los trabajadores, sino también de los empresarios.

Ni siquiera el segundo peronismo, el del retorno de Perón al país, caotizado por la interna, mereció paz del sistema: el golpe del 76' puso en marcha un plan de exterminio sistemático para que a nadie se le ocurriera en el futuro repetir la experiencia. Y también para moldear definitivamente una sociedad post peronista donde no exista memoria ni registro de su experiencia histórica. Es decir, el mismo plan de los "libertadores" del 55', el mismo que ensayó Macri y el mismo que hoy vehiculiza Milei, como simple marioneta de los dueños del país. 

Si alguno encuentra en lo relatado hasta acá semejanzas o pertinencia y aplicación a lo que le está pasando a Cristina, es porque la hay: haber conducido durante 12 años y medio de gobierno al punto más alto de participación de los trabajadores en la distribución del ingreso nacional, les valió a Néstor primero y a Cristina después la persecución mediática y judicial que ni siquiera se detuvo ante sus hijos, el ultraje de haber revisado sus casas hasta taladrando las paredes buscando bóvedas y fortunas ocultas, la privación de su jubilación de ex presidenta y un intento de asesinato en vivo por televisión, hasta culminar en vergonzosa condena confirmada esta semana por la Corte, que terminará con ella presa y posiblemente vejada mediáticamente, para solaz de la Argentina gorila, que tolera -y aplaude, y vota- corrupciones reales. 

Valga el relato histórico de ambos procesos - el del peronismo original y el de su fase kirchnerista- para poner en contexto las críticas a su naturaleza reformista (dicho esto con sentido despectivo, como lo decía Milcíades Peña), que no se puede siquiera discutir si se oculta el dato esencial: la naturaleza intrínsecamente criminal del poder económico en el país, o como decía Walsh, nuestra oligarquía temperamentalmente inclinada al asesinato.

La dicotomía o la antinomia peronismo-antiperonismo tiene ya 80 años de persistencia en el país, no tanto porque sea un intento de parte del peronismo de simplificar la explicación de los problemas del país y la causa de todas sus convulsiones políticas y sociales, sino porque -como decía Cooke- es la forma argentina en que se expresa la lucha de clases, aunque el peronismo no se haya definido nunca como clasista y aunque la divisoria a un lado y otro de la línea no se corresponda siempre con la ubicación de clase de cada uno, cualquiera sea el criterio que se adopte para definir y delimitar a éstas.

Si gobierna el peronismo y resulta fiel a su sentido histórico, la participación de los trabajadores en la renta crece, y cuando gobiernan el antiperonismo (cualquiera sea el sello de ocasión que adopten), decrece. Y esos son datos constatables, no una simple opinión. Por eso Menem fue el único peronista que les gustó a los gorilas, tanto que lo votaron.

Datos tan constatables que hay que buscar allí el origen de todas nuestras convulsiones políticas, y los límites concretos que el poder real de la Argentina ha definido hace tiempo para nuestra democracia post dictadura. En todo caso lo que hizo la experiencia peronista reciente en su fase kirchnerista fue recordárnoslo, al retomar la senda histórica del primer peronismo. Cuando el peronismo es más fiel a sí mismo (como pasó con Néstor y Cristina), más enfurece a la Argentina gorila. 

Para el poder real, la democracia es un juguete con el que nos permiten distraernos, siempre que respetemos el manual de instrucciones para su uso: hay cosas (como el bolsillo) con las que no se jode; o dicho de otro modo: la democracia (como el peronismo) es esa fiesta que se tenía que terminar porque era insostenible, de la que tanto nos hablaron.

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jueves, 12 de junio de 2025

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miércoles, 11 de junio de 2025

"NO VIENEN POR MÍ, VIENEN POR USTEDES"

 

Para sorpresa de nadie, los fascinerosos togados de la Corte Suprema confirmaron el fallo condenatoria contra Cristina, lo que implica su detención y la inhabilitación a perpetuidad para ocupar cargos públicos, que era lo que en realidad interesaba. La resolución tiene los mismos fundamentos que todas las que produjo la podredumbre judicial en esta causa inicua, es decir ninguno.

Condena, inhabilita y detendrá a Cristina el mismo Poder Judicial que semanas antes demostró cuan dispuesto está a auto-depurarse como soñaba Alberto Fernández durante su gobierno, cuando sus representantes en el Consejo de la Magistratura -ese cueva de lauchas fruto de los delirios de Alfonsín- archivaron toda investigación sobre la excursión a Lago Escondido all inclusive, que está en la raíz de las persecuciones contra Cristina y otros dirigentes del peronismo.

El país alcanza así un triste récord de degradación institucional al nivel de una descomposición casi fatal, y una merma en sus estándares democráticos, tal que nuestra democracia solo conserva su nombre. En éste contexto, sostener la esperanza en su futuro y la fe en que sus instituciones pueden dar respuesta a las demandas de la sociedad es algo rayano en la locura.

Y sin embargo, no hay que dejar de ver que la creciente apatía ciudadana que se manifiesta en los índices récords de ausentismo electoral que se vienen registrando constituye en uno de los soportes decisivos de un régimen de oprobio, que medra en el vaciamiento de la democracia, y la ampliación de los márgenes del autoritarismo más allá de cualquier límite derivado del estado de derecho. 

De hecho, con su fallo de ayer los cortesanos acaban de otorgarle carta blanca para la persecución de los opositores políticos y sociales, y toda forma de disidencia; algo que no toda la dirigencia política (con honrosas excepciones como la izquierda, que estuvo a la altura de las circunstancias) no alcanza a entender en su cabal plenitud: pensemos cuantos de ellos promovían hasta hace semanas la "ficha limpia", que significa poner en mano de delincuentes como el triunvirato cortesano, nada menos que los límites de la competencia electoral para captar el voto ciudadano.

Cristina lo dijo en 2015 cuando dejaba el gobierno, y lo volvió a decir cuando la condenaron: iba a pasar lo que nosotros quisiéramos (por permitirlo) que pase, y no venían por ella, sino por nosotros. Ni siquiera por los peronistas o kirchneristas, sino por la inmensa mayoría de los argentinos, sus sueños, su futuro, sus empleos, sus derechos, sus salarios. Incluso los de muchos que hoy festejan el fallo inicuo como nosotros festejábamos la conquista de derechos, o el logro de dignidades. Y obviamente también lo hicieron para aleccionar a cualquiera que se atreva en el futuro a meterse con el poder real.

A Cristina ya no le podíamos pedir nada desde aquel fatídico 27 de octubre del 2010 en que perdió a Néstor, pero se lo seguimos pidiendo, incluso después de que escapó a la muerte por milagro. Y aunque no podíamos pedirle nada, lo dio todo, hasta su libertad. Ahora es tiempo de devolverle algo, y demostrar con hechos que su sacrificio no fue en vano.

La pelota está ahora en nuestro campo y en el de la sociedad, como ella misma lo señaló en su discurso: son tiempos de redoblar la militancia, la organización y el trabajo para acompañar, explicar, contener y representar a todos los que ven como la motosierra de Milei está destrozando sus vidas, y hasta han perdido las ganas de ir a votar. Sin perder de vista que fue el vacío de representación que generó la frustración del gobierno del FDT el que, complementado con el indispensable aporte del voto gorila, llenó Milei y nos trajo a éste presente de oprobio.

Claro que la tarea no será fácil, y exigirá de nosotros distinguir la paja del trigo: con casi 10 años transcurridos desde la última vez que Cristina gobernó la inmensa mayoría de los argentinos -incluidos muchos que jamás votaron al peronismo, ni lo harían-  ha visto empeorada sustancialmente su situación desde entonces, desde cualquier ángulo que se la mire. Y aun así, hay muchos que no quieren que nosotros los representemos, o se sienten representados por este gobierno: es ilusorio creer que hay algo que decirles a ellos, o que podemos sostener con ellos la convivencia que impone el pacto democrático, cuando sostienen que nuestro exterminio es su principal -si no único- objetivo.

Los que decían que preferían comer tierra con tal de verla a Cristina presa ya se dieron un gusto, si no es que se están dando los dos, al mismo tiempo: a partir de hoy habrá que ver -como advirtió CFK- si su sueño húmedo realizado de verla presa y proscripta les alcanza para llegar a fin de mes, o si la tierra les apetece.  Porque con Cristina candidata o fuera de la cancha electoral, el modelo de Milei es insustentable desde todo punto de vista, y precisamente que hayan apurado su condena y proscripción no hace más que demostrarlo. 

Como pasó con Perón -no hay que temerle a la comparación, porque el odio gorila es el mismo y atraviesa generaciones-, el peronismo se enfrenta a una etapa de resistencia porque sacaron a su líder natural de la cancha electoral, pero no del centro del dispositivo político opositor ni del corazón de millones de argentinos. Tendrá que encontrar -como en aquella resistencia- las formas y la organización para seguir la lucha, en una democracia que -como entonces- tiene como dijimos antes de tal solo el nombre, y le parece compatible con lo que ese nombre conlleva impedir que millones de argentinos voten libremente por quien quieren que los represente. 

El régimen (no ya el gobierno de la marioneta presidencial, que es solo su fachada) ha abierto una caja de Pandora al sacar del escenario electoral al principal elemento ordenador de la política nacional de los últimos 20 años, en un contexto de apatía política y anomia ciudadana, con una crisis económica cuyas manifestaciones sociales cualquiera puede comprobar a diario en carne propia, y a las puertas del estallido de otra burbuja financiera de endeudamiento y fuga de capitales.

Con la condena de Cristina confirmada, han gastado su bala de plata y ya no les quedan excusas, ni nadie a quien echarle la culpa de su fracaso. Porque fracasar van a fracasar seguro, más tarde o más temprano. De lo contrario no estarían apelando a un nuevo conejo de la galera a cada rato, para sostener la ficción del dólar barato y la fiesta del consumo de unos pocos, en un marco de privaciones de la generalidad de la población. 

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martes, 10 de junio de 2025

PARADOJAS ARGENTINAS

 

lunes, 9 de junio de 2025

HAY MORATORIAS Y MORATORIAS

 

En la última sesión de la Cámara de Diputados de la nación obtuvo media sanción un proyecto presentado por el bloque de Unión por la Patria para prorrogar la moratoria previsional, y permitir que a las personas que sus empleadores no les hicieron los aportes se puedan jubilar, como sucedió con regímenes similares aprobados durante los gobiernos de Néstor y Cristina.

La iniciativa tuvo 111 votos a favor, 100 en contra y 15 abstenciones, con 30 diputados ausentes y uno que no registró el sentido de su voto. Como pueden ver siguiendo este enlace en la página de la Cámara, la totalidad de los legisladores que corresponden a los partidos que forman en Santa Fe "Unidos" (La Unión Democrática que gobierna la provincia) con la excepción de los socialistas Fein y Paulón le restaron su apoyo a la iniciativa: Barletta, Figueroa Casas y Laspina votaron en contra, al igual que Chumpitaz, hoy borocoteado a LLA. Giorgi se abstuvo y Núñez y Razzini estuvieron ausentes. 

Apenas un par de días después (el viernes 6) Pullaro dictó el Decreto 1165, cuyas imágenes ilustran el post, que está disponiendo una contribución del Tesoro provincial al IAPOS por casi 564 millones de pesos mensuales desde enero de éste año, o lo que es lo mismo, de 7300 millones anuales.


Como lo señala el decreto, esa contribución tiene dos fines: compensarle a la obra social de la provincia los menores aportes personales respecto al conjunto de sus afiliados que hacen ciertos grupos especiales de beneficiarios (personas con discapacidad, ex combatientes de Malvinas y bomberos voluntarios), y la contribución patronal que les correspondería como empleadores y que directamente no hacen un grupo de Municipios que tienen sus propias Cajas jubilatorias y son adherentes al IAPOS.

El decreto no discrimina cuantos de esos 7300 millones de pesos que aportará el Tesoro corresponden a cada una de las categorías, lo cual es muy importante: mientras en el primer caso (beneficiarios con aportes diferenciales) la asistencia financiera tiene lógica porque acceden al mismo nivel de prestaciones que el resto de los afiliados, en el segundo es como mínimo cuestionable: mientras la provincia -con el argumento de que a la obra social no le cierran las cuentas- les aumenta exponencialmente a sus trabajadores los aportes al Servicio Complementario (vulgarmente conocido como "IAPOS" solidario) y el valor de los coseguros (bonos asistenciales y órdenes de consulta), financia con su bolsillo (o sea, con el nuestro) el incumplimiento legal de ciertos municipios negreros, para con sus propios empleados.  

La medida de Pullaro responde a lo dispuesto en su momento por el artículo 63 de la ley de presupuesto, votada a fines del año pasado:


En el Decreto 1165 no hay la más mínima mención a como se cumplirá con la parte de la ley que dispone que el Poder Ejecutivo debe convenir con los municipios beneficiados con el "ayudín" de la provincia, el recupero de los fondos.

Lo que sí menciona el decreto (como pueden ver en una de las imágenes de arriba) es cuáles son esos municipios: Rosario, Venado Tuerto, Rufino, Cañada de Gómez, Esperanza y Santa Fe, todos ellos gobernados -vea señora que casualidad- por intendentes de "Unidos para Cambiar Santa Fe". A menos que no sea una casualidad, y justamente agregaron ese artículo en la ley de presupuesto para éste año, para tirarles una soga a los negreros que ya no estaban pagando entonces la contribución patronal, lo que explicaría en parte porque el gobierno de Pullaro hablaba de déficit del IAPOS, y trató de enjugarlo metiéndoles la mano en los bolsillos a los afiliados, como hizo con la Caja de Jubilaciones.

Indultar a los negreros dijimos: exactamente lo mismo que hicieron en la Cámara de Diputados de la nación los que se negaron a prorrogar la moratoria previsional, como si fuera culpa de los trabajadores que sus patrones no les hayan hechos los aportes que correspondían por ley.

sábado, 7 de junio de 2025

PRESOS O MUERTOS

 

Los días posteriores al anuncio de Cristina de su candidatura en la provincia de Buenos Aires los medios hegemónicos redoblaron la presión sobre la Corte Suprema para que confirme su condena, la metan presa y quede impedida de presentarse a elecciones. En respuesta la Corte rechaza la recusación de Cristina contra Lorenzetti con el voto del propio recusado, y el juez que estaría encargado de ordenar su detención en caso de que la condena sea confirmada, visita las dependencias de la Policía Federal donde la detendrían.

Mientras Cristina hablaba en Corrientes, detenían ilegalmente sin orden judicial y por orden de Milei (dato confirmado por el jefe de la Federal) a Juan Grabois, por ocupar el edificio del Instituto de Investigaciones Históricas "Juan Domingo Perón", que Milei disolvió decreto violando incluso la propia ley bases, en la que estaba excluido. Los bienes del lugar fueron tirados en basurales (como los pulmotores y frazadas de la Fundación Eva Perón tras el golpe del 55'), pese a que el Partido Justicialista ofreció hacerse cargo de ellos, y al momento de subir estas líneas, Grabois sigue detenido.

En los días venideros se cumplirán nuevos aniversarios de los fusilamientos de junio del 56' tras la revolución de Valle, y del bombardeo a la Plaza de Mayo para matar a Perón en el 55', que le costó la vida a centenares de argentinos. La casa que Grabois tomó es lo que queda de la residencia presidencial donde Evita -cuyo cadáver robarían los libertadores- pasó sus últimos días, y que fuera dinamitada por la Fusiladora.

A Cristina la quieren poner presa, porque falló el intento de asesinarla, que les hubiera ahorrado trabajo. Desde el 55' para acá (e incluso antes), los gorilas han intentado todo contra el peronismo: fusilamientos, torturas, proscripciones, desapariciones, robo de bebés y suplantación de su identidad. Como dijo Cristina, nos quieren presos o muertos.

Y como hemos dicho otras veces, lo que nunca intentaron contra el peronismo -ni lo harán- fue hacerlo innecesario, eliminando las cusas que le dieron origen: por el contrario, desde hace 80 años (más incluso) su plan económico es hambrear a los argentinos y saquear el país en beneficio de sus intereses y los de sus amos extranjeros, y su plan político (desde que existe) es exterminar al peronismo, porque perciben que es el único que les pude impedir y hacerlo. Ayer con Perón, hoy con Cristina.

Cuando Casación confirmó la condena contra Cristina por la causa Vialidad, dijimos acá: "No podemos seguir jugando a que: a que hay democracia, a que tenemos instituciones, a que rige la Constitución, a que nos preocupan la pobreza o la desigualdad, a que seguimos siendo un país soberano, o con los atributos de tal. Hay que intentar algo distinto y alguien tiene que hacerlo, por nosotros, por el país, por su futuro y el de la inmensa mayoría de sus habitantes.".

"Hay que dejar de llorar proscripciones y persecuciones -que existe, quien puede dudarlo-, y forzar al régimen a desnudarse, y verse obligado a instrumentarlas realmente para defender sus privilegios: ya no tiene sentido desconocer -o actuar como si lo hiciéramos- los liderazgos naturales instalados en el corazón de los argentinos y ofrecer sustitutos que no están a la altura del desafío, simplemente porque ellos y sus jueces dicen que Cristina no puede ser candidata. Y si no somos nosotros (solos o acompañados por otros que piensen más o menos parecido) los que lo intentamos, ¿Quién?"

Y en el último aniversario del golpe genocida, decíamos: "...el atentado contra Cristina (y sobre todo las reacciones posteriores de buena parte del arco político y del sistema judicial) habían dejado claro que no estaba tan extendido y generalizado como pensábamos el consenso democrático respecto a la erradicación de la violencia (incluida la supresión física del adversario). El despliegue represivo actual del gobierno de Milei (un presidente elegido por el voto que no cree en la democracia) para frenar la protesta social contra su gobierno es simplemente la confirmación de que tal suposición sobre la amplitud de ese consenso era errada.". 

No es contra Cristina, ni contra el peronismo (aun cuando sean sus blancos históricos y actuales): es contra la democracia. Tuits relacionados:

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