LA FRASE

"SI HAY QUE TOMAR ALGO CUENTEN CONMIGO." (MARIO BARLETTA)

sábado, 31 de diciembre de 2011

PARA FESTEJAR CUANDO LLEGUEN LAS DOCE...


...hagan clik acá, y sigan las instrucciones.

¡Feliz 2012 para todos!

DESPEDIDA DE AÑO

Anoche estuvimos con Barricada cubriendo la despedida de año de Radio Nacional Santa Fe y la Coalición para una Radiodifusión Democrática, que se realizó en las amplias instalaciones de la Asociación de Prensa de Santa Fe.

Al menos amplias van a quedar (según nos comentaron las autoridades de la Asociación, que nos pidieron por favor que aclaremos que ellos no son un sindicato) cuando concreten el plan de expansión que tienen en mente; avanzando sobre los terrenos contiguos del estacionamiento de la Casa de Gobierno, y los fondos de la residencia del gobernador Bonfatti.

Al parecer se han tomado al pie de la letra las expresiones del gobierno provincial sobre tener un diálogo fluido con la prensa: Pablo Giménez y los demás dirigentes de la APSF piensan conversar diariamente mano a mano con Antonio, con unos mates por encima de la medianera.

La organización del evento estuvo a cargo como siempre de la eficaz Romina Mansilla (que sonó hace poco para un cargo en la AFIP, por sus aptitudes para recaudar fondos), a quien vemos en esta placa con su atuendo a lo Lola Flores, instantes antes de iniciar el show de baile flamenco con el que nos deleitara:


Al igual que sucede en el kirchnerismo, la convergencia de peronistas y gente proveniente de otras tradiciones políticas siempre trae aparejados algunos roces, superados por el deseo de compartir cosas en común.

Así por ejemplo hubo quienes pugnaron porque se entonaran las estrofas de la marcha partidaria y finalmente lo lograron, mientras otros simulaban conocer la letra con un movimiento de labios.

Con Barricada nos dedicamos a anotar prolijamente en un cuaderno la nómina de éstos últimos, no con el afán de tomar represalias sino de organizar un curso de capacitación para que la aprendan: después de todo Mercier hizo lo mismo durante años, y mal no le fue.

Otra muestra de los desacoples enre peronistas y progresistas, estuvo en el menú: los choripanes (excelentes los chorizos, seguramente de don Eduardo Castro) fueron servidos en pan para pebetes, un sacrilegio solo comparable al uso a esos fines de pan lactal, por la gente del Partido Obrero en la Facultad de Sociales de la UBA.

Y que decir de la cerveza, servida en vasos de plástico (informamos a los organizadores que la palabra "liso" deviene justamente del vaso de vidrio largo y sin estrías usado para servir el chopp) y caliente: este cronista fue testigo de los durísimos reproches de la negra Romina a otros miembros de la APSF, con epítetos tales como "te dije que los porrones había que ponerlos en el freezer a las diez de la mañana, pelotudo".

En fin, hechos como estos (que en otro contexto pueden provocar enfrentamientos que terminen empañando un festejo) nos mueven a la reflexión sobre la necesidad de impartir cursos acelerados de populismo básico, para aquellos sectores que se han sumado desde el 2003 para acá acompañando al kirchnerismo; así como nosotros hemos aprendido a decir "buenas noches a todos y todas", y cosas por el estilo: ninguno nace sabiéndolo todo.  

Respondiendo al clamor popular, llegaron los discursos (la dirigencia no siempre responde exactamente a lo que el pueblo pide, pero esa es otra historia), y en esta placa podemos ver el momento en que hizo uso de la palabra el director de Radio Nacional, Daniel Ríos; detrás de un blíndex estratégicamente ubicado por sus colaboradores, en previsión de la agresión de algún inadaptado, como consecuencia de los acontecimientos recientes que son de dominio público (a no escandalizarse: el propio Perón debió apelar al recurso allá por el 74´):

  
En cambio y pese al insistente pedido de la concurrencia, declinó hacer uso de la palabra Soledad Mizerniuk, quien se limitó a decir -para sustentar su negativa- "ah no, yo si no están transmitiendo por televisión para todo el país, no hablo"; lo cual -es menester decirlo- fue recibido con agrado por parte del público: sus palabras de agradecimiento al recibir el premio de la AFSCA estuvieron apenas a seis segundos del récord alcanzado por aquel legendario discurso de don Alejandro Romay al recibir un Martín Fierro a su trayectoria. 

Llegó el momento del consabido brindis, encabezado por un descontrolado Marcelo Delfor de ATE (quien como suele ser su costumbre, insistió toda la noche con armar pogo a cada rato) que lucía una provocativa remera, como pueden ver en esta otra placa:


Y hablando de remeras, en la misma toma se puede advertir a Mario Hugo (a) "El Oso" Sosa (quien al menos hasta el momento de retirarse este cronista del lugar, no había intentado cantar) luciendo una que decía "Música por la identidad", lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿cuándo hará cierta gente música para el oído?

También aparece destacada en la foto la pareja Soledad Mizerniuk-Nicolás Lovaisa, los "Exitosos Pells" de Radio Nacional: obra en poder de Barricada otro registro fotográfico que los muestra en actitud más subida de tono, no acorde a este blog familiar.

En cambio estuvieron ausentes de la velada (como es habitual) las estrellas de la radio Juan Carlos Bettanin y Claudio Cherep: al parecer habrían sido convocados a Buenos Aires por Tristán Bauer y María Seoane, para grabar un institucional junto a figuras de su talla, como Alejandro Dolina, Mario Wainfeld, Eduardo Anguita y Eduardo Aliverti.

En representación de "Ni un paso atrás" estuvo en cambio Javier Gatti, quien está realizando encubierto una investigación sobre el proxenetismo en las playas de Miami en el entorno cercano a Ricardo Fort; y llegó al evento ataviado con la ropa que usa para su misión periodística.

Vemos en esta otra foto al estado mayor de Radio Nacional departiendo con su director, quien parece preguntarle a Gustavo Castro (aun bajo el impacto de haber concluido tras cinco años el ciclo "ADN", con un programa que será seguramente de culto y le abrirá a él y sus compañeros del envío las puertas de todos los canales) "che, contáme como es eso de estar desocupado":


En cuanto a la musicalización de la velada, las amenazas del Comando "Carlitos "Pueblo" Rolán" hechas públicas en el programa "Entre el ruido" parecen haber surtido efecto: hacia la mitad de la noche Charly García fue reemplazado por Los Palmeras y Los del Fuego, cuando Diego Meloni se hizo del comando de la consola.

Y hablando de Meloni: le birló a Barricada la cámara fotográfica para registrar por su cuenta instantáneas de la reunión, pero las tomas que obtuvo están siendo rigurosamente analizadas por el propietario (por sus altas condiciones morales, considerado el Miguel Paulino Tato de la blogósfera); porque al parecer el novel chasirete estaría tratando de conseguir trabajo como tal en Play Boy, y se empeñó en captar bustos y nalgas femeninas; cosas que nada hacen a lo que fue en definitivas una fiesta familiar.

Fiesta familiar no exenta de hechos periodísticos (no podía ser de otro modo, considerando el lugar y los asistentes): allí pudimos enterarnos que la familia Víttori (propietaria del diario El Litoral y la señal Cable & Diario) habría decidido hacerle a sus empleados un inesperado regalo de fin de año, y pagarles el aguinaldo en tres cómodas cuotas.

Lo que motivó la protesta de éstos (hay gente que no entiende que la medida tiene el sano propósito de evitar el recalentamiento de la economía que no hace más que alimentar la espiral inflacionaria), al punto que una delegada del diario propuso en la asamblea celebrada al efecto, que todos expresaran su repudio a la patronal poniendo el emoticón con la carita enojada en sus cuentas de Facebook.

Como vemos, la avaricia de Gustavo Víttori lo está exponiendo al avance del Partido Obrero y sus radicales métodos de protesta dentro mismo de sus empresas, allá él si no sabe advertir el peligro.

Y hablando de Víttori: el empresario socio de Clarín organizó un brindis de fin de años para el personal, que molesto por no cobrar en tiempo y forma sus haberes optó por no concurrir al convite.

Y don Gustavo entonces donó los manjares que había preparado a una institución de bien público, aparentemente la Casa Cuna.

Que no se diga que el hombre no tiene responsabilidad social empresaria y espíritu navideño. 

IMPACTANTE REVELACIÓN


Lo que es tener fuentes confiables en las alfombras del poder, eh: no cualquiera se entera antes -como Mariano Obarrio de La Nación- que el vicepresidente estaría pensando en darle un vuelco rotundo al rol del cargo, para obrar de acuerdo a las instrucciones de la presidenta.

En fin, otro atropello más del kirchnerismo a las instituciones, dejando atrás la autonomía del vicepresidente, que supimos conseguir con Julio Cobos.

¿Qué vendrá después, eh?

¿Los ministros dejarán de ser autónomos, y deberán obedecer a las órdenes de la presidenta?

Ya lo dijo Morales Solá: estamos entre Chávez y Putin, o sea perdidos en el océano o en alguna parte del Africa, según como se tome el punto medio en la distancia que hay entre Venezuela y Rusia.

Joderse viejo, por ser una manga de negros cabeza que no saben lo que votan: esto con Carrió y Adriancito Pérez, o con Ricardito y González Fraga, no pasaba.

Y ni te digo si ganaban Altamira y el "Chipi" Castillo: ahí tenías asegurado desde el mismo día de la asunción dos gobiernos, que siempre serán mejor que uno.

A ver si aprenden a votar para la próxima: con la Constitución en la mano, en la parte esa que dice que el vicepresidente puede hacer lo que se le cante, sin andar consultando todo el tiempo con el presidente, porque para algo a él también lo votó la gente.

BAJEN UN CAMBIO MUCHACHOS


El deseo de los medios opositores al gobierno de instalar la idea de que vivimos en una dictadura totalitaria que persigue todo atisbo de oposición o crítica ya llega a límites ridículos. 

Las declaraciones de Estela de Carlotto las podemos ver acá en el mismo sitio, y están mayoritariamente referidas a la oposición de Abuelas a la ley antiterrorista impulsada por el gobierno; con lo cual sólo con mucha mala leche se puede extraer de allí lo que dice el título de LPO.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo no es funcionaria del gobierno nacional, de modo que no puede expresar su opinión, y de lo que está hablando es de la cobertura periodística que hacen los medios de los casos policiales.

En ese contexto, basta repasar los casos Pomar, Candela o la muerte del bebé de Ayacucho para coincidir con Estela: los exabruptos y desaguisados mediáticos en materia de casos policiales están a la orden del día, y no existen visos de una auto regulación que aporte racionalidad en la materia.

Y las reflexiones del senador Fuentes en el transcurso del debate de la ley sobre papel de diarios (que extraídas de contexto no permiten saber a cuento de que las hizo) parecen ir en la misma línea: no es la primera vez que se lanza como hipótesis que el modo como los medios reflejan los hechos policiales influye en otros hechos delictivos, sea en las metodologías, o en el efecto imitación.

En otros casos como en los suicidios, el hecho está empíricamente corroborado por estudios: si hay personas con tendencia a quitarse la vida expuestas a un bombardeo mediático sobre casos de suicidio, es probable que se vea reforzada su determinación de hacerlo.

De ahí a extraer una política oficial del gobierno dirigida a imponer la censura previa a los medios en materia de información de hechos policiales, hay un enorme campo de distancia; que sólo se puede saltear en el marco de esta gigantesca operación de auto-victimización que vienen llevando adelante en forma sistemática los accionistas mayoritarios de Papel Prensa, porque están afectados sus intereses.  

Por momentos daría la impresión (desde un sicologismo berreta) que ciertos medios y ciertos periodistas tienen una secreta pulsión por ser efectivamente censurados, arrestados por orden del gobierno o hasta agredidos físicamente, algo así como el "síndrome Cabezas", o una forma nueva de sadomasoquismo: "pegáme y decíme que me calle", o algo por el estilo.

Probablemente tenga que ver con mejorar un poco la autoestima en el caso de cierto periodismo pseudo progre (el caso emblemático sería Lanata), que viene haciendo un papel más que pobre desde el 2003 para acá; o con el deseo de tener algún recuerdo de "maltrato por la diktadura" del que vanagloriarse en las reuniones sociales, como los recuerdos del luto obligatorio o las afiliaciones compulsivas del primer peronismo que han ido pasando en algunas familias, de generación en generación.

Pero como la fuerte sospecha (si no certeza) es que detrás de tanto humo "libre expresionista" lo que hay es una defensa cerrada de ciertos privilegios derivados de negocios oscuros (desde Papel Prensa en la dictadura hasta las radios y los canales durante el menemismo), lo mejor sería que bajaran un cambio muchachos; y empezaran a hacer periodismo en serio, o por lo menos intentarlo.

LAS FRASES DEL MES


1. “No hay razones para confiar en que el kirchnerismo les mantenga los subsidios a quienes realmente los necesitan: a mí, por ejemplo, me sacaron la publicidad oficial.” (Luis Majul)

 
2. “Es verdad, con el corralito sólo se podían extraer 250 pesos por semana, pero no se le pedían a la gente tantos papeles como ahora para comprar dólares. (Domingo Cavallo)

3. “Fertilidad asistida, muerte digna, identidad de género: al final, en el Congreso en lo único en que se ponen de acuerdo es en llevarnos la contra a nosotros.” (Jorge Bergoglio

4. “Nosotros no vamos a justificar la violencia contra nadie, pero seamos francos: ¿quién no tuvo alguna vez ganas de pegarle a una maestra?” (Mauricio Macri)

5. “Evidentemente Cristina leyó mi columna en Perfil, y pidió que le tome el juramento Cobos, nada más que para hacerme quedar como un boludo.” (Jorge Lanata)

6. “Recibí el llamado de presidencia para tomarle el juramento a Cristina, pero voy a consultar con mi agenda porque creo que ese día tengo una maratón.” (Julio Cobos)

7. “¿No dijo Altamira que iba a pelear sin desmayo por una banca para la izquierda en el Congreso?, bueno, yo hago lo mismo, pero con desmayo.” (Raúl Castells)

8. “El decreto que crea el Instituto es muy claro en cuanto a los personajes olvidados de nuestra historia que tenemos que investigar, y no dice nada de Elisa Carrió.” (Pacho O’Donell)

9. “Los de la Cámpora que digan lo que quieran, que yo le voy a poner el pecho a las críticas.” (Victoria Donda)

10. “La comprendo perfectamente a esta chica Donda, yo tampoco acepté nunca que me consideraran sólo una cara bonita.” (Graciela Fernández Meijide)

11. “Empezamos con el pie izquierdo: le vamos a tener que hacer multas al auto de Cristina y a todos los de la comitiva oficial, porque agarraron por Avenida de Mayo a contramano.” (Mauricio Macri)

12. “Que no me saquen los subsidios del INCAA, porque me vuelvo loco.” (Pino Solanas)

13. “Los cantitos contra Victoria los organizó Fuerza Bruta.” (Pablo Marchetti)

14. “El problema con el kirchnerismo no es que la hija le entregó la banda a Cristina, sino que Cristina no quiere entregar la banda.” (Sergio Bergman)

15. “Sentado ya el total paralelismo de la Cámpora con Montoneros, no es descabellado pensar en este movimiento de la policía bonaerense como un nuevo Navarrazo.” (Mariano Grondona)

16. “Quiero darle la bienvenida a Hugo Moyano en nombre de los que resistimos al régimen kirchnerista.” (Elisa Carrió)

17. “Luego del papel para diarios, ¿cuál será el próximo objetivo del kirchnerismo: controlar la producción de papel higiénico y que tengamos que pedirle permiso a Moreno para ir al baño?” (Luis Majul)

18. “Nosotros adherimos parcialmente a los asuetos que dio la presidenta porque -como dice Cachanosky- no queremos fomentar la cultura de la vagancia.” (Mauricio Macri)

19. “Me gustaría hacer la segunda parte de “Gasoleros”, contando la historia de un camionero interpretado por Moyano.” (Adrián Suar)

20. “Mi gobierno cayó por una conjura del FMI, el PJ y la UCR que me querían reemplazar por Tinelli.” (Fernando De La Rúa)

21. “Como no me avivé de pedir la Gendarmería para ocupar la AFA.” (Daniel Vila)

22. “Los senadores son unos terribles hijos de puta, pero el más hijo de puta de todos votó como nosotros queríamos.” (Gerónimo Venegas)

23. “Por más amplia que sea la ley antiterrorista, no abarca las simples pelotudeces, así que Quebracho zafa por la quema del arbolito.” (José Sbatella)

24. “Tengo información de que Diego Capusotto no haría más el personaje de Bombita Rodríguez por temor a que le apliquen la ley antiterrorista.” (Luis Majul)

25. “Yo no festejo la Navidad porque toda mi vida fui ateo, aunque hay que reconocer que eso de transformar el agua en vino, tiene su encanto.” (Rogelio Alaniz

26. “Más que a los periodistas, a mí me interesa saber si la ley anti terrorista se aplica a los manteros de calle Florida.” (Mauricio Macri)

27. “Tiene razón Macri, yo estaba tranquilo mirando dibujitos y me sacaron del gobierno, o sea que me volteó Tweety.” (Fernando De La Rúa)

28. “Seguimos bajando el empleo en negro, fíjense que el Grupo Clarín lo blanqueó a Lanata.” (Carlos Tomada)

29. "Tranquilos chicos, no es para tanto; hace años que vengo soportando tres o cuatro operaciones diarias." (Cristina Fernández de Kirchner)

30. “¿Ven que es como yo dije, que el exceso de poder enferma?, esto a Ramón Puerta no le pasó.” (Nelson Castro)

31. "¿Así que autorizaron el ingreso de tropas extranjeras al país?, bueno, llamen a la embajada y que mande los marines, así terminamos con esto." (Héctor Magnetto)

viernes, 30 de diciembre de 2011

HOY TERMINA ADN


Hoy es el último programa de "ADN", ciclo periodístico que se venía emitiendo desde hace más de cuatro años en la pantalla de Cablevideo Santo Tomé, conducido por Maximiliano Ahumada y Juan Manuel Berlanga, y con la participación como columnista de Gustavo Castro; todos ellos gente amiga de este blog y de la Corriente Kirchnerista de Santa Fe.

También participaba el "Gallego" Eduardo González Riaño, pero si se llega a enterar que lo consideran amigo de algo cercano al peronismo, nos comemos un juicio.

Lo cierto que -como dice la canción- todo tiene un final, todo termina; y lamentablemente no veremos más por la pantalla chica (un televisor de 14 ", blanco y negro) a estos muchachos, que se esforzaban por hacer un periodismo distinto al de los medios tradicionales de Santa Fe.

Bueno, se esforzaban todo lo que se puede esforzar cierta gente, pero con poco les alcanzaba para superar a un Delicia, un Colussi, un Coni Cherep, no hablemos ya de un Alaniz.

Hablando en serio: una lástima que a partir del año próximo ADN ya no esté al aire, aunque a Gustavo Castro lo podemos seguir escuchando todos los días en "Entre el ruido" (de lunes a viernes de 9 a 12) por Radio Nacional Santa Fe 8AM 540), y a Maxi y Juan Manuel, leyéndolos en "Entrelíneas", la revistan que dirigen desde hace unos años.

Evidentemente falta mucho aun por hacer en la tarea de construir una comunicación alternativa, que democratice las voces y la palabra, que rompa con el discurso hegemónico; que no sólo existe en los grandes medios porteños.

Prueba de ello es que gente joven, con ganas de laburar y de aportar una mirada distinta de la realidad -como los que hacían ADN, González Riaño excluido- encuentra cerradas las puertas para aportar lo suyo: los dueños de los medios se resisten a admitir -parece- que los tiempos cambian, y que hay que tener un poco más abierta la cabeza.

Se dirá en este caso -como en tanto- que es la línea editorial del medio, o la necesidad de renovar la pantalla, pero no podemos dejar de pensar desde acá que la salida del aire de "ADN" tiene mucho que ver con el compromiso periodístico de quienes lo hacían, y de su visión ideológica: Basta comprobar que hay otros comunicadores-empresarios (ayer contestatarios, hoy cómodamente apoltronados en la cercanía del poder político) que tienen cada día más espacio y cabida; incluso en el mismo canal de cable por el cual se emitía el programa.

Pero así como este ciclo se cierra para Maxi, para Juan Manuel, para Gustavo -buena gente además de periodistas, por sobre todo- seguramente se abrirán otras puertas; porque mal que les pese a algunos, hay muchas cosas cambiando en esta Argentina que nos toca vivir, y para bien.

Es cuestión de perseverar y tener fe, creyendo que se pueden hacer las cosas de otro modo: como ellos lo demostraron con creces todos estos años. 

NUEVA CAMPAÑA PUBLICITARIA DEL FAP

Después de las agresiones de las que fue objeto Victoria Donda por parte de los inadaptados de la Cámpora, los estrategas publicitarios del Frente Amplio Progresista (en especial la gente del socialismo) diseñaron una nueva campaña para cambiar un poco la imagen, y evitar que vuelvan a cosificar a Vicky; apostando al mismo tiempo a ampliar su base electoral.

En exclusiva Nestornautas les muestra el trailer del primer spot que saldrá a la luz en breve (filmado en el Parque Independencia de Rosario, la Barcelona argentina), protagonizado nada menos que por el colorado Liberman (quien blanquea así su adhesión al progresismo de centro izquierda) y un irreconocible Pablo Marchetti, a quien sus asesores de vestuario le recomendaron abandonar las ojotas.

Como podrán ver, el corto está en la línea de los consejos para una vida sana de Binner, que, como todos sabemos, es lo que hoy se entiende por progresismo:    



LA PERSEVERANCIA DEL ODIO


Por Raúl Degrossi

Cuando se conoció la noticia de la operación de Cristina muchos pensamos automáticamente en aquellas pintadas nocturnas en los tapiales de la década del 50' por la enfermedad de Eva; y bastó que revisáramos los titulares de Clarín y La Nación o las redes sociales para comprobar que -con otros textos, con el mismo odio- habían vuelto.

Dejemos de lado la reacción de los dueños de Papel Prensa -en que la defensa de los intereses amenazados exacerba las pulsiones opositoras-, para concentrarnos en la reacción de la gente común, que se expresa habitualmente en los comentarios de las ediciones digitales de los diarios, o las redes sociales como Twiter o Facebook.

Y ya que empezamos con el recuerdo de Evita, no se trata simplemente de un brote de misoginia; porque el mismo odio visceral -que de eso y no de otra cosa hablamos- se pudo advertir hace poco con la muerte de Iván Heyn, o más atrás con la del propio Néstor Kirchner.

El odio explícito, brutal y ciego, que se expresa con toda su carga de pasión innoble que no se detiene ni siquiera ante el más cierto y común de los hechos humanos como la muerte, o su cercanía o probabilidad: por el contrario, la festeja, la desea o la anticipa.

Todos hemos sentido alguna vez odio por algo o por alguien, pero cuando ese odio se descarga sobre una figura pública, sin dejar de ser un sentimiento personal e intransferible, se convierte en un fenómeno social con explicaciones y proyecciones políticas.

Y por irracional que parezca (en tanto subordina y anula a la razón), el odio tiene siempre causas, motivos, razones; que a quien odia le parecen suficientes para odiar, o que lo llevan a hacerlo, sean o no valederas para otros.

Esa circunstancia no cambia cuando el odio se manifiesta como un fenómeno social, en todo caso llama a interpretar sus causas en clave política: los que odiaban a Evita o a Perón, como los que odian a Cristina u odiaron a Néstor, más allá de cuestiones personales, de gustos o posturas estéticas, odian por motivos políticos.

O en todo caso, esos gustos y posturas que llevan a odiar tienen un sentido político; nos guste o no; y hay que tratar de trascender la condena moral del odio como expresión de lo peor de la condición humana -aunque implique sublimar los propios odios que despierta ese odio- para encontrar ese sentido.

La historia argentina -como la del mundo en general- es pródiga en odios, pero no creo equivocarme si digo que el odio que despierta el peronismo es uno de los más arraigados y persistentes: una obstinación de muchos sectores de nuestra sociedad; por decirlo en palabras de José Pablo Feinmann, tan en boga estos días; que cae sobre Cristina hoy, como cayó sobre Evita ayer, porque ambas están inscriptas en esa gran tradición política nacional que es el peronismo.

Y no se trata de victimizar o autoexculpar al peronismo: muchos lo odian por autoritario, prepotente, soberbio, violento o corrupto; y el peronismo ha sido eso muchas veces, incluso en perjuicio de los propios peronistas. 

Sucede que sospecho (más aun: tengo la certeza) de que el peronismo no es odiado por esos motivos (usados en todo caso como excusa para indultar al odio), sino por lo que ha sido capaz de hacer para transformar a la sociedad argentina en un sentido de justicia, de equidad, de ampliación de derechos, tanto en el 45' como hoy en su fase kirchnerista.

Por eso cuando se disputa poder dentro del dispositivo kirchnerista apelando al peronómetro, o poniendo en duda las credenciales peronistas de Néstor y Cristina (o poniendo las de él por encima de las de ella en ese plano, que hay de todo al respecto) analizar el odio que despiertan en el gorilismo (el tradicional y el revivido) puede ser una buena medida: la irracionalidad aparente del odio suele tener a veces una intuición más certera que muchos análisis desapasionados.  

Bien dicen que el peronismo es capaz de reinventarse permanentemente a sí mismo, mientras el antiperonismo permanece incólumne, eternamente fiel a su esencia: odiar al peronismo; que representa para ellos en muchos casos intereses concretos lesionados, pero por sobre todas las cosas la subversión de ciertas jerarquías sociales implícitas o explícitas, aunque ese trastocamiento del orden social no implique una desmejora concreta de su situación relativa: por el contrario, muchos de los odiadores del peronismo (igual pasa hoy con el kirchnerismo) se han contado entre sus más grandes favorecidos.

Aunque el tema da para mucho, diré que esta incapacidad de lo que Arturo Jauretche definió con su genialidad acostumbrada como el “medio pelo”, para comprender incluso su propia situación, es también fruto de la herencia de un imaginario cultural que se remonta a la masiva inmigración europea de fines del siglo XIX y principios del XX; que marcó a fuego la creencia en el esfuerzo propio  individual como el único motor posible del ascenso social y el progreso económico, sin alcanzar a percibir claramente en que medida las condiciones generales y objetivas del país favorecen o perjudican, en cada coyuntura, ese ascenso y ese progreso.

Por otro lado el odio que despierta el peronismo (desde el que se explican las reacciones al conocerse la enfermedad de Cristina, o la muerte de Néstor) está vinculado a los cambios concretos que produjo, y a los que se supone podría producir: es una potencia que está más allá incluso de la potencialidad transformadora concreta del propio peronismo en sus diferentes encarnaduras históricas.

De allí que lo que para alguno sean tibias conquistas o logros de un reformismo pequeño burgués (como las leyes sociales del primer peronismo, o la asignación universal) para otros son avances intolerables sobre privilegios que creen eternos, por razones de clase, cultura, educación o valores inducidos desde la misma familia.

El peronismo representa para ellos intentos, posibilidades o logros concretos en orden a acortar distancias sociales "naturales" por la mano torpe del Estado; y por eso odiaron a Evita, o la odian a Cristina.

Y esos odios viscerales que se expresan en el deseo de muerte, o en la satisfacción por la desaparición física de alguien (como pasó con Kirchner) crean un abismo político entre sectores sociales, que desafía a la política para intentar sortearlo, o superarlo.

Tomen nota que no dije acercar o eliminar: tengo claro que no existe en ninguna sociedad del mundo un modelo político o un proyecto de país que contenga "a todos": eso es una expresión de circunstancias, imposible de lograr en la vida práctica; porque para que entren "unos" -las más de las veces- deben ceder espacios "otros"; en todo caso la discusión es como hacer para incluir a "muchos".

Pero si tenemos en claro porque odian, o porque nos odian, y si convenimos en lo dicho antes al respecto, hay allí una interesante hoja de ruta a la hora de discutir entre nosotros como profundizar el modelo: si no podemos hacer que dejen de odiarnos, asegurémonos de que lo hagan por las razones correctas.

Y no estoy incitando al odio, ni a la crispación, ni al enfrentamiento, sino todo lo contrario: a dejar de concentrarnos en quienes nos odian, para encontrarle una aplicación política productiva a las razones por las que lo hacen, profundizando todo lo que implique ampliar derechos, acortar distancias, trastocar jerarquías, lesionar intereses si es necesario, para tener un país más justo, con mayores posibilidades para la mayor cantidad posible de argentinos.

Aunque con eso nos aseguremos que muchos nos sigan odiando, incluso más que antes. 

AVALES


La imagen que ven corresponde al listado de avales y garantías del Tesoro provincial que contiene el Presupuesto provincial 2012 recientemente aprobado por la Legislatura.

El documento es exigido por la Ley 12.510 de Administración, Eficiencia y Control del Estado, para contabilizar cuáles son las operaciones de crédito público (es decir de endeudamiento)  no contraídas por el Estado provincial, pero que son avaladas por el mismo; que asume así la obligación como si fuera el deudor principal: si este no paga, los servicios del préstamo respectivo le son debitados a la provincia de Santa Fe de los recursos que le corresponden por la coparticipación federal.

La excepción sería Aguas Santafesinas S.A., porque si bien es una empresa del Estado provincial, se trata de un sujeto jurídico diferente pues está constituida como Sociedad Anónima. 

La mayoría de los préstamos son contraídos en moneda extranjera (mayoritariamente en dólares), y por eso al pie de la planilla se incluye la conversión a un determinado tipo de cambio, de los montos de deuda contraídos en cada caso.

Como se puede ver en los resaltados del gráfico, el principal deudor avalado por el Estado provincial es la Municipalidad de la ciudad de Rosario: los préstamos contraídos durante los gobiernos de Binner como intendente, y en las dos gestiones de Miguel Lifschiz, representan el 63,36 % del total de las deudas en moneda extranjera avaladas por el Tesoro provincial.

Pero si se consideran solamente las deudas de terceros avaladas por el Estado provincial (es decir, excluyendo a Aguas Santafesinas que es una empresa de su propiedad), los compromisos de la Municipalidad de Rosario representan el 81,91% (el 82,66 % si solo se contabilizan los avales a municipios y comunas). 

Deudas que además son constantemente refinanciadas por el mismo gobierno, tanto por el de Jorge Obeid en su momento, como -sobre todo- del de Hermes Binner; como nosotros lo demostramos acá.   

Y la refinanciación no es gratis para las arcas provinciales, porque la provincia paga los servicios de deuda de acuerdo a la financiación original del préstamo, y luego recupera lo pagado cobrándolo al deudor principal (por ejemplo la Municipalidad de Rosario, en hasta seis cuotas, sin intereses).

Cuando en estos días se discute en la provincia sobre el déficit de la gestión Binner (negado por el gobierno hasta que ya no pudo tapar el sol con la mano), y como pesará esa herencia en el endeudamiento del Estado provincial (con un enorme crecimiento de la deuda flotante con proveedores y contratistas) de cara al gobierno de Bonfatti, se suele soslayar la larga y prolífica historia del socialismo rosarino en endeudarse, ya desde los tiempos de su prolongada administración municipal en Rosario.

Estos préstamos que están avalados por la provincia son, justamente,  parte de la deuda en dólares contraída por los gobiernos socialistas de Rosario en los 90', cuando el 1 a 1 provocó un festival de endeudamiento en dólares; del cual las diferentes gestiones municipales del partido de la rosa participaron con gran entusiasmo e irresponsabilidad.

Total, si tienen problemas, el Estado provincial los saca del pozo.

La misma irresponsabilidad con la que ahora piensan pedirle a la Nación que los autorice a endeudarse con el pretexto de hacer obras públicas; lo que no les impide llenarse la boca hablando de la refinanciación de la deuda de otras provincias que dispuso Cristina.

jueves, 29 de diciembre de 2011

PARECE QUE TODOS LOS CAMINOS DEL SOCIALISMO CONDUCEN A ENDEUDARSE


En su nuevo rol de consultor externo -asumido desde el 11 de diciembre- parece que Hermes está empeñado en revelarse como un estadista, que sobrevuela las disputas políticas cotidianas para concentrar su mirada en el más alla.

Ahora la emprende contra la decisión de Cristina de prorrogar el período de gracia a las provincias que tienen deudas con la Nación, en el marco del Programa Federal de Desendeudamiento; y nos dice que no es el camino correcto, aunque reconoció que el gobierno nacional ayuda a las provincias.

Para Hermes la solución pasa por el federalismo (tremenda revelación, la descubrieron hace poco unos arqueólogos que se toparon con la Consitución de 1853), y con que le resuelvan a Santa Fe los reclamos por los que -dicen los socialistas- les estarían debiendo 8000 millones de pesos.

Y se queja, y hace pucheritos como cuando era gobernador, y se atribuye una prolijidad en las cuentas públicas (que dejó a Santa Fe afuera de estos problemas de pedir que la Nación le refinanciara deudas, como la mayoría de las provincias); que en realidad fue mérito de los gobiernos anteriores al suyo.

Porque concretamente a él los números le dan francamente la espalda: hace poco demostramos acá que -pese a gozar de una excepcional situación de bonanza en las cuentas públicas, Binner redondeó una gestión mediocre, y terminó endeudando a la provincia al compás de un crecimiento desmesurado de los gastos corrientes. 

Aunque ahora Bonfatti pretenda hacernos creer que están endeudándose para ejecutar obras públicas:

   
Lo cual es desmentido de plano no por nosotros (aunque acá dijimos hace poco lo poquito que hizo el socialismo en materia de obras), sino los propios decretos que ellos firmaron.

Como éste de Binner, por el cual dispuso ad referéndum de la Legislatura, una ampliación de 1405 millones de pesos al Presupuesto provincial de éste año:



Clarito: primero dijeron que no se endeudaban, pero resultó que sí; y cuando no les quedó más remedio que admitirlo, nos quieren hacer creer que es para ejecutar obras públicas, cuando hace menos de un mes dijeron y firmaron (los dos: Binner y Bonfatti) que era para pagar sueldos; pedaleando pagos a los proveedores y contratistas.

Este es el camino que al parecer propone el socialismo: mucho gasto al pedo, deuda que crece, obras que no se ven.

No parecen un panorama que los autorice a andarle proponiendo a nadie (en particular a Cristina) cual es el mejor camino para resolver las cosas.

Actualización:


¿En qué cabeza -aunque sea pelada- cabe que éste sea un momento oportuno para que un Estado salga a tomar deuda, con la situación financiera internacional como está y las tasas que habría que pagar por el riesgo que implica un Estado insolvente, que no está pagando sus deudas corrientes, como pasa en Santa Fe?

Deuda que por supuesto tendría el aval del Estado nacional, que tendría que pagarla si Santa Fe no pudiera.

Por no mencionar que el reclamo provincial que está en la Corte es el del descuento del 15 % de la precoparticipación que va a la ANSES (que implica poco más de la mitad de la cifra que da Bonfatti): a esta altura del partido, si hay algo que no se le puede pedir al socialismo, además de que haga alguna obra, es que tenga precisión en las cifras de las cuentas públicas.

Y por no decir tampoco que en 2007, cuando Hermes Binner asumió el gobierno, la provincia había aprobado la Ley 12.668 creando el Sistema Provincial de Grandes Acueductos, autorizando al Estado a endeudarse en hasta 400 millones de dólares con préstamos internacionales para ejecutarlos; y lo que hizo el Frente Progresista fue tirarla al canasto, y no poner un caño durante cuatro años.

Es decir que hizo justamente lo que Bonfatti dice que no se puede hacer: decirle a dos millones de santafesinos que no tienen agua potable segura, que seguirán sin tenerla en lo inmediato. 

LA REPÚBLICA PERDIDA DEL PROFESOR ROMERO


 Por Raúl Degrossi

Al parecer acicateado por el renovado debate con los revisionistas, Luis Alberto Romero ha decidido salir seguido a la palestra aportando su saber al relato opositor, disfrazado de contrahegemónico; y como si implícitamente tomara postura en la disputa de Moyano con el gobierno por el peronómetro, traza permanentes simulitudes entre el gobierno de Cristina y el peronismo histórico, como en ésta columna publicada en La Nación

No me interesa detenerme en el análisis político que hace Romero de la actualidad, sino en las referencias históricas del artículo, porque son muy reveladoras de una manera de interpretar el pasado; sobre todo ahora en que, desde una óptica pretendidamente científica y objetiva, despojada de la pasión política, se cuestiona el supuesto intento del gobierno por imponer un "relato oficial" de la historia argentina.
 
Dice Romero: "La Constitución de 1853 consagró, junto con las libertades básicas, la forma republicana de gobierno. El núcleo del régimen republicano se halla en la división de poderes, y se fundamenta en la soberanía de la ley, verdadera Arca de la Alianza de nuestro contrato político. La Constitución fija una meta y un ideal, al que el país se aproximó razonablemente en la segunda mitad del siglo XIX. Restémosle el ejercicio de fuerza que un Estado apenas en gestación hizo para consolidarse y afirmar su monopolio de la violencia. Restémosle, quizá, la cuota de presidencialismo que desde Roca se agregó a un régimen que ya era presidencial. Fuera de eso, el saldo sigue siendo favorable: el régimen resultante fue republicano."

Probablemente apremiado por el espacio de la columna, simplifica con un trazo de brocha gorda sesenta años de historia argentina, porque  "el ejercicio de fuerza que un Estado apenas en gestación hizo para consolidarse y afirmar su monopolio de la violencia" no debe restarse al modelo diseñado por la Constitución de 1853 -como propone Romero- porque está en su propia naturaleza: ese modelo lo pensó Alberdi, pero lo construyeron Mitre y Sarmiento (sobre todo después de Pavón), avasallando las resistencias interiores a sangre y fuego -lo que involucró el genocidio del Paraguay en complicidad con Brasil- de un modo ciertamente poco republicano; pero altamente funcional a los intereses del régimen dominante, que sin ese despliegue de la fuerza (anterior al de Roca en la Campaña al Desierto) no hubiera podido consolidar su poder.

Y es curioso que Romero reivindique la Constitución del 53' y reniegue del presidencialismo exacerbado de Roca, porque fue el propio Alberdi (el padre intelectual del texto constitucional) el que le dedicó a ese poder (al que llamaba "gobierno") las tres cuartas partes de sus "Bases"; y el que consideró hacia el final de sus días a Roca -por su modo de ejercer el poder presidencial- como el verdadero intérprete del espíritu constitucional.

Toma nota Romero del hecho conocido de que la república liberal que añora, se fundaba en la práctica sistemática del fraude electoral (de hecho, la Constitución no lo alentaba pero nada hacía para impedirlo, y las cuestiones democráticas le eran ajenas, por aquello de "el pueblo no delibera ni gobierna de su artículo 22); y luego de la mención correspondiente de la reforma electoral de Sáenz Peña acota que "el aluvión ciudadano y las nuevas prácticas políticas pusieron en tensión el régimen republicano y lo hicieron chirriar".

Claro profesor, no podía esperarse otra cosa porque ese régimen republicano que usted venera y añora no estaba pensado, sencillamente, para ningún aluvión ciudadano; como que estableció la elección indirecta del presidente (el cargo más importante de todos, según el mismo Alberdi), y promovía la masiva afluencia de inmigrantes que cambiarían nuestras costumbres (y no se molestaban en nacionalizarse para votar); en consonancia con el "Dogma Socialista" de Echeverría (para que vean que no fue Binner el primero en vaciar de contenido a la palabra "socialismo")  y su curiosa idea de la soberanía popular, y el "Facundo" de Sarmiento, verdadero texto fundante de la pedagogía política del nuevo Estado, mucho más que las mismas "Bases" de Alberdi.   

Acusa Romero a Yrigoyen de "maltratar un poco las instituciones existentes" y decretar "intervenciones federales hasta un día antes o un día después de los períodos de sesiones", obviando el hecho elemental de que ese Congreso (al que Romero dice que el Peludo "ninguneaba") era un asamblea de fraudulentos; razón por la cual el líder radical (que ensayaba una tras otra tentativa revolucionaria con apoyo militar, y descreía de las intenciones del régimen al ofrecer una salida electoral) no le reconocía legitimidad (y ciertamente no la tenía) para cumplir el rol que le asignaba la Constitución. 

Curiosamente (o no tanto) acto seguido en su racconto de la historia nacional, se zambulle Romero en la época peronista, obviando la tristemente célebre "Decada Infame": al parecer nada hay que objetar de los años de "fraude patriótico" sistemáticamente ejercido para impedir la libre expresión de la voluntad popular, porque el Congreso funcionaba, y hasta existía una ficción de debate y participación opositora: Alfredo Palacios podía decir sus encendidos discursos citando a los clásicos, y Lisandro De La Torre investigar las maniobras de los frigoríficos ingleses, jugando al Parlamento inglés en un país semi colonial.

Y es claro que la sustracción de ese período no es casual, sino que responde a las convicciones íntimas de Romero, que ubica en el ascenso del peronismo al poder, el fin de la República en la Argentina; que sólo volvería en 1983 con Alfonsín. 

Queda así el peronismo en la incómoda compañía de las dictaduras, que vaya uno a saber por que no comprendieron las afinidades que lo unían con él (de acuerdo al fresco que pinta Romero) y se empeñaban en voltearlo cada vez que era gobierno, y en no permitirle participar en elecciones libres, mientras tanto.

Este pobre -y bastante simplista, por cierto- discurso "institucionalista" (credo oficial del Estado en la primavera alfonsinista, a la que Romero añora) queda expuesto con crudeza en éste párrafo: "Desde entonces y hasta 1983 las instituciones republicanas no se recuperaron. Las dictaduras militares, además de ignorarlas, trabajaron por la "unidad de discurso". Los breves regímenes constitucionales -con la excepción del de Illia, un oasis en el desierto- le dieron poca relevancia al Congreso (aún con cómodas mayorías) y prefirieron negociar con los factores de poder reales: las Fuerzas Armadas, los sindicatos, los empresarios, la Iglesia.".

Cabría preguntarle a Romero por que razón una dictadura se preocuparía por prestarle atención a las instituciones republicanas, cuando es justamente la negación de la República; y habría que informarle además que las dictaduras en la Argentina hicieron cosas algo más graves que ignorar la división de poderes y el rol del Congreso; aunque él como historiador no debería ignorarlo.

Como no debería ignorar que el "oasis en el desierto" de Illía también se sustentó en la proscripción electoral del peronismo, y que fue ese mismo gobierno el que se empeñó (bajo presión militar, pero con la convicción gorila de su canciller Zavala Ortíz, ex aviador del 55') en impedirle a Perón el regreso al país en 1964. Probablemente porque hubiera generado (en palabras de Romero) "un aluvión que hubiera hecho chirrirar al sistema republicano".

Sorprende en el contexto (viniendo de un autodenominado exponente de la "historia social") la contraposición entre el Congreso y los factores de poder "reales" (empresarios, sindicatos, fuerzas armadas, iglesia); porque pensar que el Congreso como tal (es decir el Poder Legislativo pensado por la Constitución) sea un "poder" más allá de la divisoria trazada por Montesquieu a mediados del siglo XVIII, tiene bastante olor a naftalina; por no decir que se saltea la presencia de actores sí que fundamentales del proceso político como los partidos.

En el relato de Romero todo se dirime en el tablero de la disputa por respetar o no los valores republicanos (o lo que él entiende por eso): no hay fuerzas sociales en pugna, no hay intereses económicos, no hay disputa por la renta o el modelo de desarrollo, no hay cambios sociales; no hay nuevos actores reclamando participar de la representación política, ni viejos o perpetuos actores intentando una y otra vez hegemonizarla.

Las instituciones de la República (nacidas al parecer de un repollo, sin anclaje alguno con el contexto histórico político) serían mágicas, y capaces de absorber todas esas complejidades. si el Congreso funciona correctamente y se reúne y los legisladores debaten ampliamente, todo tiene solución, o mejor aun: no existen los problemas. 

Justamente de esa concepción "republicana" (aunque anterior a la Revolución Francesa, no digamos ya a los profundos cambios sociales del siglo XX) es hija la zoncera de cuestionar (como también lo hace Romero en la nota, en referencia al primer peronismo) que el Poder Ejecutivo imponga sus proyectos en el Congreso, valiéndose para eso de sus mayorías legislativas cuando las consigue.

Campea en la palabra de Romero aquélla "república perdida" de Luis Gregorich (primero libro y luego película), que fue como dije el credo político oficial de Alfonsín hasta su muerte; y que reconoce orígenes mas antiguos aun dentro del propio radicalismo: la vertiente representada por Mitre y Alem (idealista y bastante en las nubes de Ubeda de la política real, aunque el primero fuera alguien que ejerció el poder con decisión en su momento), y contrapuesta con la visión más pragmática de Yrigoyen, que no casualmente se entendía mejor con Roca, que con muchos hombres de su partido. 

Sólo desde allí se puede entender que Romero homologue el efecto que tuvieron sobre el Estado las políticas impulsadas por el menemismo desde 1989, con las que caracterizan al proceso abierto por Néstor Kirchner en el 2003.

Aunque en la prolija operación que intenta Romero por descarnar la historia, al final se le terminan viendo las patas a la sota: primero le saca a la democracia y la voluntad popular a la república (si están contrapuestas, no hay síntesis posible y es preferible que impere la segunda, aunque haya que negar la primera, parece decirnos el profesor); y luego le saca el "gobierno" (que sería una especie de demonio íncubo dispuesto a deslofrar al Estado) al "Estado" (una criatura mítica creada por el orden juríidico, al parecer no atravesada por ninguna otra determinación compleja de la realidad, según Romero).

Y queda entonces (apelando a San Agustín, citado por Benedicto XVI) una "gran banda de bandidos"; nos dice el profesor; con una cercanía -para nada sorprendente- con el discurso moralista de Lilita Carrió, una brújula poco confiable si de tratar de entender procesos históricos va la cosa.

Curioso: aunque hablando del advenimiento del radicalismo, Romero casi reprodujo la tristemente célebre expresión "aluvión zoológico" que hiciera famoso a aquel oscuro diputado radical -Ernesto Sammartino-, que también decía que los peronistas -como Panurgo- conocían las mil y una formas del hurto.

Lo que hace pensar si estamos en presencia de un cúmulo de actos fallidos, o tiene Romero una auténtica afinidad espiritual con ciertos sectores, que lo llevaría a lamentar la pérdida de la república; pero más todavía la muerte de la mona Chita.