LA FRASE

"ME DICEN QUE ESTÁ VINIENDO PARA ACÁ EL MINISTRO CAPUTO, ASÍ QUE TRÁIGANME ESA REMERA QUE DICE "NO HAY PLATA"." (KRISTALINA GEORGIEVA)

martes, 3 de marzo de 2020

SILENCIOS


Omar Perotti ganó las elecciones provinciales del año pasado, pero no ganó el gobierno: debe cogobernar con el socialismo, que las perdió y se atrincheró en la Legislatura. Y debe gobernar con el presupuesto que le armó Lifschitz antes de irse, que no contempla su plan de gobierno, ni sus prioridades. Y cualquier intento de avanzar sobre esa realidad, será automáticamente atacado como la pretensión de gozar de "superpoderes", afectar la división de poderes y -como se animó a decir un lenguaraz periodístico del gobierno anterior, ex funcionario- será pasible del juicio político.

Al mismo tiempo, al gobernador que asumió en diciembre del año pasado (al que en campaña acusaron de haber privatizado el Banco Provincial), siempre lo animan las peores intenciones: quiere privatizar la recaudación y que vuelvan los ejecutores fiscales, privatizar el Laboratorio de Fármacos de la provincia, cesantear empleados públicos, defoltear las deudas del Estado o desconocerlas, romper contratos y quien sabe cuantas cosas más.

Y como si todo eso fuera poco, ni él ni su ministro de Seguridad pueden hablar de complicidades de la policía y la política con el delito organizado y el narcotráfico, o animarse siquiera a plantear que la provincia vive una situación excepcional y de emergencia en materia de inseguridad, que amerita tomar medidas excepcionales, para llevarles algo de tranquilidad a los santafesinos. 

Menos que menos sugerir que el socialismo tenga algo que ver con eso, aunque sea una de las razones por las que perdió las elecciones del año pasado; del mismo modo que tampoco puede decir que la situación financiera de la provincia es muy compleja, tanto que las empresas contratistas y proveedoras de servicios no cobran incluso antes de que a Perotti lo eligieran gobernador. Y tampoco pueden revisar nada de lo que haya hecho el gobierno anterior, aunque sea irregular, violatorio de las normas e incluso delictivo.

Por absurdos que parezcan, esos son los términos en los que están planteados desde diciembre en Santa Fe, los términos del debate político, por los hoy opositores y hasta entonces gobierno, y los principales medios (en especial el diario El Litoral), que son una y misma cosa. 

De allí que desde acá celebremos que el gobernador haya dicho en Rosario que el silencio sobre ciertas cosas (esas de las que el socialismo no quiere hablar) favorece al delito, porque la cuestión no es enojarse con lo que pueda decir Marcelo Saín, sino explicarles a los santafesinos si es verdad o no: ¿hay o no connivencia de la policía con el delito, en un grado tal que justifica depurar la fuerza para ponerla al servicio de lo que debe ser su rol? ¿hay o no complicidad de la política, o la hubo o no durante 12 años, con esa policía cómplice y socia del delito, hubo o no un jefe de policía preso por vínculos con el narcotráfico? ¿los muertes violentas en la provincia comenzaron en diciembre del año pasado, o vienen de antes, se incrementaron como reacción de las bandas organizadas a la depuración policial, u obedecen una ola de calor u otro factor desconocido?

¿Lifschitz se fue del gobierno dejando las cuentas en orden, o las empresas contratistas y los proveedores del Estado hacía meses que no cobraban, las obras estaban todas en marcha o ya estaban paradas, privatizó o no de nuevo el agente financiero de la provincia, trató o no de darle en concesión el puerto de Rosario, que tenía 13 años de vigencia por delante, a una empresa del grupo Vicentín hasta el 2057, le dio o no a Mundo Construcciones (la empresa del presidente de la Cámara de la Construcción de Santa Fe que ahora se la para de manos a Perotti pidiendo cobrar) la concesión por 30 años de la terminal de cargas del puerto de Santa Fe? ¿O no se puede hablar de nada de todo esto?

Que el socialismo y los medios que le responden y obran en tándem no quieran hablar de ciertas cosas se comprende: tienen el culo demasiado sucio como para sostener debates al respecto. Lo que es incomprensible es el silencio de buena parte del peronismo santafesino, que no cierra filas en defensa del gobierno al que militaron en campaña, y por el que trabajaron para desplazar al socialismo de la Casa Gris, tras 12 años.

Y lo apuntado es extensivo a cierto "progresismo" silvestre que por años apostrofó contra la corrupción policial y su connivencia con el narcotráfico, al que hoy pareciera que le da como vergüencita de bancar a un gobernador que puso a un ministro que van (ambos, no Saín solo como nos quieren hacer creer) con decisión a atacar ese problema. El mismo gobernador que no cede a la extorsión de la patria contratista, que hizo buenos negocios con el socialismo de "las uñas cortas y las manos limpias, sin un caso de corrupción"; y hoy reclama cobrarlos.

¿Es mucho pedir que los que se indignaban con el tráfico de pescado podrido del periodismo hegemónico contra los gobiernos del kirchnerismo salgan a decir "El Litoral miente" como decían "Clarín miente", o es más fácil indignarse cuando el "enemigo" está a 500 kilómetros de distancia y no acá, y te puede condenar al ostracismo mediático? Son preguntas que uno se hace nomás. Tuits relacionados: 

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Lo que es incomprensible es el silencio de buena parte del peronismo santafesino, que no cierra filas en defensa del gobierno".
Es verdad. Es incomprensible. Incomprensible.
¿Se volvieron socios del socialismo, socios de Nahuel, o le tienen miedo?
Al que le quepa el poncho que se lo ponga.
El Colo.