MILAGRO NO VINO DE UN BARCO

 

Resulta inexplicable que al día de la fecha continúe la espúrea persecución a la compañera @SalaMilagro. Más de 5 años de detención arbitraria y hostigamiento permanente pareciera no alcanzar al espíritu vengativo de @GerardoMorales.

— Andrés Larroque (@larroqueandres) June 12, 2021

Que poco hablamos últimamente de Milagro Sala ¿no? La hemos olvidado, como si ya no nos molestara que siga presa política del régimen de Morales. El que, por el contrario, sigue hablando de ella, tanto que la ha convertido en la consigna central de su campaña para las elecciones legislativas en Jujuy.

La cárcel de Milagro -que lleva casi 2000 días- sigue siendo tan injusta y política como cuando Morales la hizo detener, en los albores del gobierno de Macri. En ese sentido es también una presa política de éste gobierno, que ya lleva un año y medio de mandato.

Cuando Alberto Fernández tenía apenas una quincena como presidente, escribimos acá: "El mismo Alberto Fernández que hace un tiempo pasó las fiestas con Milagro Sala en su cárcel jujeña, y que acaba de pasar Navidad con los pobres que acampan en San Cayetano; al que la subsistencia de presos políticos le crea un imperativo que debe resolver. Porque de lo contrario implicaría consentir que las arbitrariedades del régimen macrista subsistan aun después de que este fuera barrido en las urnas, y llegara al poder un gobierno nacional y popular.

Con comprensión de las dificultades que cada caso puede tener en sí mismo, a punto tal que el de Milagro Sala excede a la jurisdicción federal; aun cuando por sí mismo bastaría para disponer la intervención al Poder Judicial jujeño, una extensión del brazo de Gerardo Morales. Pero sin falsos cálculos electoralistas, pensando si una foto con tal o cual "suma o resta".

Sin complejos ni vergüenzas, ni pruritos basados en rencillas de gabinete del pasado, en tiempos kirchneristas, o cosas por el estilo: si hablamos de cerrar la grieta y le tendemos la mano aun al peor de nuestros enemigos que no dudará en morderla (como Clarín), no podemos negársela a compañeros que están padeciendo cárcel por lo que hicieron bien cuando formaron parte del gobierno o lo acompañaron, y no porque hubieran cometido delitos.".

Hoy Alberto no habla de Milagro, tampoco lo hace su abogada, a la sazón ministra del Ejecutivo nacional. ¿Será porque "resta", o no es conveniente? Si habla, como dijimos, Gerardo Morales, porque supone que le conviene atizar el racismo de la sociedad jujeña en su beneficio electoral.

Frente a la invisibilización, los compañeros de la Tupac (perseguidos ellos mismos por el macrismo mientras otros tomaban mate con Carolina Stanley) preparan carpas en Plaza de Mayo en señal de protesta, para que la causa de Milagro no quede en el olvido. Y hacen bien en hacerlo, y en hacerlo allí: la prisión política (no "detención arbitraria", ni ese tipo de eufemismos) de Milagro interpela más al "Frente de Todos" como coalición política, que al sátrapa jujeño que ha demostrado con creces que disfruta con su cautiverio, y lo usufructúa políticamente.

Y nos interpela porque pone en cuestión muchas cosas: el rol de las organizaciones sociales, hasta donde son o no parte de la coalición que triunfó en octubre de 2019, el balance de la experiencia kirchnerista (el olvido de Milagro se corresponde con el de De Vido, D'Elía y Boudou) y el rumbo futuro del FDT; Massa, por ejemplo, solo habló de Milagro para justificar que estuviera detenida, por sus alianzas locales con Morales. 

Nos lleva a pensar cuan cierto es que queremos hacer reformas en la justicia y cuan profundas son esas reformas, cuando la inicua prisión de Milagro se prolonga -entre otros responsables- por culpa de la desidia de la vergonzosa Corte Suprema de Justicia de la nación.

La cárcel de Milagro Sala habla de muchas más cosas que la propia Milagro, y acaso eso explique algún silencio que hace ruido. ¿Cómo podremos convencer y convencernos de que somos capaces de remediar las injusticias sociales que causó el macrismo, si parecemos de tener vergüenza de reparar las injusticias que padecen los nuestros, y actuamos c(o dejamos de actuar, para ser más precisos) como si se lo tuvieran merecido?