En una entrada anterior, analizábamos la inversión promovida en educación por el Estado nacional durante los gobiernos de Néstor y Cristina, a partir del 2003.
Como prometimos en ese momento, vamos a revisar un poco los números en esa materia del gobierno del Frente Progresista encabezado por Hermes Binner a partir de diciembre del 2007, con una aclaración: en la página oficial del gobierno están disponibles las Cuentas de Inversión de los ejercicios 2008 y 2009, no así todavía la del 2010, por lo cual en algunos casos nos referiremos a lo efectivamente ejecutado (gastado) en Educación por el Estado provincial, y en otros a lo previsto en el Presupuesto votado por la Legislatura. De todos modos, los números arrojan elementos muy interesantes para el análisis.
En el año 2007 (último del gobierno de Jorge Obeid) el presupuesto ejecutado por el Ministerio de Educación de la provincia representó el 29,07 % del total del gasto público provincial; y sobre el total de lo invertido en el área, el 74,20 % se lo llevó el gasto en Personal (sueldos y contribuciones a la seguridad social) y otro 22,90 % la partida Transferencias, que involucra los subsidios a las escuelas privadas (destinados al pago de sueldos de sus docentes), las partidas de comedores escolares y copa de leche, y las becas que entrega el Instituto Becario provincial para los alumnos de menores recursos.
Más de 8 de cada 10 pesos gastados en Transferencias corresponden a los subsidios a las escuelas particulares para el pago de sueldos; lo que determina que un 92 % o más del presupuesto en Educación de cada año, se destine al pago de haberes y cargas sociales. Veamos ahora que pasó en los años del gobierno de Hermes Binner:
Año Porcentaje de Educación sobre total gasto público provincial
2008 28,23 %
2009 28,53 %
2010 25,03 % (*)
2011 25,07 % (*)
Como vemos, la tendencia de asignación de recursos para la educación por parte del gobierno provincial es decreciente respecto de la anterior gestión, e incluso dentro del propio mandato de Binner.
Otro indicador relevante es determinar que variación hubo entre lo presupuestado originariamente en el área y lo que finalmente se terminó ejecutando, siempre medido sobre el total del gasto público provincial: en el año 2008 era del 25,94 %, y en el 2009, del 26,15 %; es decir que en ambos casos se gastó más de lo previsto, lo que implica que no existía una intención originaria del gobierno del Frente Progresista de aportar más recursos a la educación, sino fue forzado por las circunstancias.
Y lo demostramos con otro indicador, que es el que refiere a la participación de la partida Personal en el total de los gastos en Educación, en el Presupuesto y en su ejecución: en el 2008 era del 72,06 % y terminó siendo del 73,34 %, y en el 2009 se previó una incidencia del 71,86 % y terminó siendo del 74 %. El aumento del gasto educativo se resume en los mayores gastos en Personal, a partir de los incrementos salariales que el gobierno debió acordar a partir de la presión de los gremios estatales, tanto de docentes como no docentes,como así también a la creación de nuevos cargos.
Y aun en este último caso, las cifras que pueden consultar aquí son reveladoras: entre diciembre del 2007 y abril de éste año, la planta de personal (cargos ocupados, con sueldos liquidados) de la Administración Central dependiente del Poder Ejecutivo aumentó un 5,5 %, pero la de personal docente de las escuelas públicas provinciales lo hizo menos, exactamente un 3,39 %.
Pero vamos a aportar más argumentos a nuestra idea, midiendo cuanto se incrementó el gasto público provincial de un año al otro de la gestión de Hermes Binner, y cuanto creció en el mismo lapso la inversión en Educación, tomando en cuenta para eso lo ejecutado en un año, y lo planteado en el Presupuesto del siguiente, por una sencilla razón: eso revela las prioridades que una gestión le asigna a un determinado rol del Estado, en este caso la educación, al formular su Presupuesto.
En ese sentido, los datos oficiales del propio gobierno provincial revelan que el Presupuesto 2009 contemplaba un aumento del gasto público para ese año del 20,04 % sobre lo ejecutado en el transcurso del año 2008, pero en el caso de Educación ese incremento fue apenas del 11,22 %, es decir poco más de la mitad.
Al año siguiente la historia se repitió, pero aun peor: el Presupuesto 2010 contemplaba un aumento de los gastos estatales provinciales del 19,33 % respecto a los ejecutados en el año 2009, pero en el caso de Educación la pauta de incremento fue de apenas el 4,68 %, es decir poco más de la cuarta parte del alza global. Desde luego que estas cifras explican el descenso porcentual de la educación, en el conjunto de la inversión pública del gobierno de Binner.
Es probable que la Cuenta de Inversión del 2010 -cuando esté disponible- refleje un porcentaje mayor del 25,03 % previsto en el Presupuesto al igual que en años anteriores: en este documento se puede acceder a la discriminación de lo gastado en subsidios a la enseñanza privada el año pasado (con destino en su casi totalidad al pago de sueldos del personal, y un porcentaje menor a comedores escolares y copa de leche), que ascendió a $ 1.329.097.000, es decir un 31,7 % más que lo previsto en el Presupuesto.
Como los docentes privados tienen sus salarios equiparados -como mínimo- a los de las escuelas públicas por la Ley 6427, eso puede indicar el nivel de desfasaje entre lo presupuestado y lo ejecutado el año pasado en Educación; considerando además lo ya dicho: más del 92 % del gasto del área se destina a sueldos.
Lo que no es probable es que el gobierno de Binner haya revertido la tendencia, que revela que no forma parte de sus prioridades asignar mayores recursos a la educación, a menos que sea forzado a ello. Y terminamos con otro ejemplo:
El año pasado el Instituto Becario provincial tenía asignados fondos para becas a estudiantes de menores recursos por 4,3 millones de pesos, un monto casi igual a lo gastado en el stand oficial en Expoagro, y equivalente al 0,08 % del presupuesto total del Ministerio de Educación.
De ese escasísimo monto, el gobierno de Binner, a través de la gestión de su ministra Rasino, invirtió apenas el 52,72 % (poco más de dos millones de pesos), y transfirió a este ejercicio el saldo no invertido, como podemos ver en este decreto. Algo que ya había sucedido en los años 2008 y 2009, como vemos en este otro. Es decir que a la escasa decisión política de asignar recursos a la educación, le suman la inoperancia para gestionar.
Misma inoperancia que demostraron cuando en muchas escuelas provinciales no se pudo absorber el aumento de la matrícula por la obligatoriedad de la enseñanza secundaria -establecida por la Ley Nacional de Educación aprobada por el gobierno de Kirchner- y por el impacto de la Asignación Universal por Hijo, por falta de bancos.
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