LA FRASE

"NOSOTROS NO VAMOS A INTERVENIR PARA FIJAR NINGÚN PRECIO DE LA ECONOMÍA, SALVO LAS TARIFAS Y LOS SALARIOS." (LUIS CAPUTO)

jueves, 23 de noviembre de 2023

UN ERROR HISTÓRICO

 

Alberto Fernández termina su mandato como lo comenzó: defraudando a los que lo votamos, con tal de agradar a los que no lo hicieron. Rompiendo todas y cada una de sus promesas de campaña y hasta jactándose de eso, como acaba de suceder ahora con su promesa de no volver a pelearse nunca más con Cristina.

Algunos podrán decir que es fácil hablar ahora, con el diario del lunes y los resultados de su mandato presidencial a la vista, pero queda claro que su nominación para encarnar la candidatura presidencia del "Frente de Todos" en 2019 fue un error histórico, cuyas consecuencias estamos pagando y vaya uno a saber cuando tiempo lo haremos, y a que precio.

Hemos dicho acá muchas veces que -en nuestra modesta opinión- no era necesario que en aquel momento Cristina diera un paso al costado para ganar la elección porque con su candidatura se ganaba igual, atento el desastre del gobierno de Macri. De todos modos, aceptamos que es un argumento contrafáctico que puede ser fácilmente refutado precisamente por eso.

Lo que no admite refutaciones -en nuestro entender- es que el hombre es un personaje menor, que no estaba a la altura del desafío entonces, ni lo estuvo durante su mandato, ni lo está ahora, cuando en pocos días debe dejar la Rosada y parece estar pensando más en su futuro personal, que en el del país cuyo gobierno deja.

Un rosquero de la rosca autoreferencial de la política porteña, lobbista más o menos calificado o vocacional de intereses que no son los de las grandes mayorías nacionales, de los que oficiaba como mensajero frente a la política. Así fue con Néstor y también con Cristina cuando los acompañó en sus gobiernos como funcionario, y quizás por eso ella lo haya elegido en el 2019: como una oferta de paz a ciertos sectores del poder económico para transitar un gobierno sin la guerra constante por parte de esos sectores que tuvo que padecer en sus dos mandatos.

Otra vez: con los resultados a la vista hoy (pero que en buena medida se podían avizorar en 2019, con una simple lectura de nuestra traumática historia), está claro que si esa era la idea, fue otro error. El peronismo parece condenado, una y otra vez, a pagar costos en su búsqueda permanente del unicornio azul perdido de la burguesía nacional con la cual tejer una alianza policlasista.

Para colmo, el personaje en cuestión, que es minúsculo, se autopercibe como un gran constructor político, un eficaz comunicador o un agudo lector de la realidad, o todo eso junto. Y lo validaron en la fantasía un coro de alcahuetes sin votos que como funcionarios no funcionaron, y como candidatos eran una ancla pesadísima para cualquier lista que integraran. Un coro de paniaguados que militaba su reelección, hasta minutos antes del cierre de listas para las PASO y que la realidad los despertara de un sopapo.

Alberto Fernández no será seguramente recordado como un gran presidente, y es posible que en no mucho tiempo, ni siquiera se registre su paso por tan importante responsabilidad, que para colmo se ocupó concienzudamente de licuar en su peso político y gravitación institucional. Tanto que en el tramo final de su gobierno y de cara a las elecciones, hubo que convertirlo en un florero decorativo al que no se sabía bien donde ponerlo, porque donde estuviera molestaba.

Con lo que se cierra con su presidencia revirtiendo la tendencia de un ciclo de 20 años en los que fue precisamente el kirchnerismo el que vino a restablecer la autoridad presidencial, el peso institucional del Estado y la primacía de la política, como herramientas para justamente intentar frenar la lógica predatoria de los intereses económicos corporativos.

Sirva entonces el fallido como dolorosa experiencia de errores que no podemos volver a cometer, si alguna vez los argentinos nos vuelven a confiar la responsabilidad de gobernarlos. Porque Alberto se irá en días de la Rosada, pero la tentación de recrear ese modelo que él encarna es muy grande dentro del propio peronismo, tanto que ya hay algunos que se está ofreciendo a encarnarlo -en nombre del peronismo- para darle "gobernabilidad" a Milei, como lo hicieron con Macri.     

10 comentarios:

gustavo piazza dijo...

repasando la historia, es sorprendente cómo los argentinos nos arreglamos para desafiar la idea de dialéctica hegeliana, donde la historia transcurre siempre distinta.
en el caso de alberto, es hasta sorprendente su parecido con derqui, cuando después de sancionarse la constitución y elegirse a urquiza como primer presidente constitucional (lo de rivadavia no es válido, ninguna provincia aprobó su constitución y su presidencia fue votada por la embajada británica y nadie más) en el traspaso del poder desde el residuo federal (derrotado y exiliado rosas) al otra vez apoyado por los británicos unitario, (mitre), como transición se eligió a derqui, que se pasó la mayor parte de su "presidencia" leyendo novelas francesas y degustando cigarros paraguayos (según jm rosa) y los últimos seis meses de su mandato refugiado en una pensión de mala muerte en montevideo.

Anónimo dijo...

El peronismo no fue revolucionario y no fue nada.

ram dijo...

No fue un error, fue un HORROR que excedió todas las desconfianzas que se le tenían, También creo que Cristina pudo ganar en 2019 pero, ante la perspectiva de una oposición empeñada en hacerla fracasar, AF podía ser una opción de un gobierno menos presionado - bueno, la apuesta salió mal, el personaje ni se acercó a dar la talla, se blindó con funcionarios peores que él y si te he visto no me acuerdo con CFK y el kirchnerismo. ¿Qué podía salir mal?.
El coso quería tener un millón de amigo, obviamente ya no tiene ninguno (presentable, claro) y de la novelita de los "amigos" horacio y héctor, es elemental que le tomaran el tiempo y ninguna empresa o platudo le diera bola y le sacara todo lo posible y más, si hasta hilando finito, su "gran papel" en la pandemia fue la fiestita que las vacunas vinieron por gestión del Kici y la buena voluntad de Putin y los chinos con CFK y el Kato que, bicho raro en ese entorno, fue el funcionario que funcionó....
Ahora no se siente responsable de perder las elecciones. vamos si nunca se sintió responsable del gobierno.... vamos a pedirle éso ahora?

Anónimo dijo...

Che, quien fue le que eligió a este mamerto para candidato? Y a Scioli? Y a Massa?. Tres seguidas se mandó, lo tengo en la punta de la lengua, ya me va a salir. A todo esto, se sabe si sigue viva?

Anónimo dijo...

Por lo menos no gano Massa... A no, no era así.
Ahora no queda otra que esperar y ver.

PD: alverso sabe, sabe que nos descansa. Se caga de risa de los que lo votaron, hasta el último día se caga de risa.
Ahora se va a hacerce blanquear el ojete a Singapur con la nuestra, jubilación de privilegio y, sr presidente.

Todo eso le regaló CFK con tal de no ir en cana.

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

Creo recordar que Scioli era el "candidato del peronismo realmente existente" que pidieron la CGT y los gobernadores, por eso puso a Zanini en la fórmula. Eso sin contar donde terminó Randazzo.

buenapinta dijo...

Vamos por parte dijo Aristóteles, Descartes lo desarrolló en “El discurso del Método” y Jack lo puso en práctica.
Sin dármelas de sabiondo ni mucho menos le agradezco a Gustavo Piazza el brillante aporte que nos hace.
El anónimo que dice “El peronismo no fue revolucionario y no fue nada.”, no le pido, le suplico que “garre” los libros que no muerden, todos tenemos el derecho de hacer uso del “libre pensamiento, la libertad de expresión, y etc. etc.”, pero todo tiene un límite, ser tan bruto no se puede.
Perdonen si soy reiterativo, yo no estuve de acuerdo con Cristina en dos oportunidades. Y no quiero sobreabundar sobre estos temas pq ya los he abordad en otras oportunidades. Una, fue cuando, para mi pobre entender y saber, sobrevaloraba al “Rulo” Alfonsín. Y la segunda vez fue cuando lo bendijo a Albertico. Lógicamente, como gran estratega política, pegó un golpe maestro pq descojonó a propios y ajenos, y ganamos las elecciones, pero con el “maniquí de sastre” que pusimos de presidente nos fue como el orto, hablando mal y pronto.
Es cierto que con el “diario del lunes” todos somos los mejores d.t. Trabajé junto con un grupo de profesionales todos del mundo académico y de la empresa aportando ideas en temas energéticos y medio ambiente y en una oportunidad, a una alta dirigente de la Cámpora, que era el nexo que teníamos para aportar ideas, le dije que veía ciertas actitudes sectarias de parte del mencionado grupo. Le expresé que no fuera a pasar como decía Lilita, alias María Isabelina Carrió Menéndez Taretti, que con la Cámpora estaba naciendo una nueva “oligarquía”. Bueno. No fue para tanto y algo de eso hubo, y encima, algunos pecadillos cometieron y cometimos nosotros tb.

Anónimo dijo...

Todo razones, todo Zaraza, el generador de excusas no encuentra fin.
Por eso perdimos ahora y por eso perdimos con Scioli.
Tanta mentira que vino un loco a decir que nos va a cagar de hambre y en 40 años vemos que pasa, y la gente dijo "si quiero".

Anónimo dijo...

Me encantan todos los boludos estos que le señalan errores a Cristina. Yo quisiera verlos un rato que les armen 800.000 causas judiciales truchas, les enfermen a la hija, les allanen el departamento, les rompan las paredes de la casa, los condenen sin pruebas y para rematar les pongan una pistola en la cabeza y les gatillen dos veces. Y todo por una manga de cagones que cantaban "Si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar" y cuando la tocaron (un millón de veces), no hicieron nada.

Anónimo dijo...

¿Así que la culpable de la derrota es Cristina?
No se puede ser tan termocéfalo.
Los que señalan a Cristina, deben ser paracaidistas suecos que llegaron ayer.
O trolls del Milei. Cabezas de termo, funcionales al enemigo.