La captura de pantalla con los datos del escrutinio cuando se llevaban escrutadas el 99,04 % de las mesas y la diferencia entre Scioli y Macri es del 2,84 % (con el 99,08 % seguía bajando, al 2,82 %) es para poner en contexto estas líneas escritas en caliente, con la bronca y el dolor de la derrota.
Una derrota que estaba en las posibilidades (de hecho, era la posibilidad más concreta) pero que terminó siendo por cifras muchos menores a las que anunciaban (¿u operaban para convencer a los indecisos y que la militancia bajara los brazos?) la mayoría de las encuestadoras; que hablaban de una diferencia de entre 6 a 10 puntos, y otras auguraban aun más, así como que Macri superaría el 54 % de Cristina en el 2011; como si pudieran comparar las circunstancias mediando o no balotaje.
Como por arte de magia, desaparecieron el fraude y el clientelismo (incluso en Tucumán, donde Macri volvió a perder), y pasamos de ser un país bananero a una democracia escandinava; por obra y gracia de unos 708.000 votos de diferencia en un universo de casi 26 millones de sufragantes; y la "dictadura que se aferraría al poder con uñas y dientes y apelaría a cualquier artimaña para conservarlo" aceptó la derrota sin chistar, como debe ser en democracia. Y como no lo hacen ellos: ahí andan todavía Cano y Costa interponiendo artilugios tribunalicios en sus respectivas provincias, tratando de llegar a la Corte.
Como si no fuera poco que no exista el más mínimo atisbo de autocrítica opositora respecto a la sarta de pelotudeces que dijeron hasta horas antes del comicio y en plena veda, ahí anda Carrió diciendo que la diferencia fue mucho mayor, y les birlaron votos en el correo.
Es que como ya lo habían anticipado sus voceros mediáticos, la diferencia final no era un dato menor o irrelevante: cuando hacían circular encuestas con cifras mayores a los 10 puntos de diferencia estaban buscando instalar un triunfo rotundo, que legitimara el ajuste. Porque la comparación con las cifras de Cristina en el 2011 tenían ese propósito: ellos sí pensaban (y piensan) en serio que un 54 % de los votos autorizan a "ir por todo".
Pero no vamos a pumearla esquivándole el bulto a la cosa: digna o no, una derrota es una derrota, y la victoria le confiere -en democracia- al ganador el derecho de ejecutar su programa de gobierno; ese que nunca se avino a explicar claramente en campaña, y que muchos de sus votantes prefirieron ignorar cuando se filtraba por errores no forzados de algún referente de "Cambiemos".
Se perdió y perdimos todos, aunque no todos hayamos tenido la misma cuota de participación y responsabilidad en la derrota: la militancia hormiga que protagonizó en las últimas semanas una conmovedora "campaña desde abajo" que no alcanzó para ganar, pero que acaso contribuyó a evitar una derrota aun peor no se merecía perder, y dejó todo de sí por el triunfo.
Lo que nos deja un dato a futuro que no puede soslayarse en la larga y necesaria tarea de la reconstrucción del campo popular tras la derrota; cuando muchos de los dirigentes que le sacaron el culo a la jeringa durante la campaña están pensando como acomodarse bajo el sol de la gobernabilidad macrista. La gente de a pie movilizada en la calle marcó cual es el camino a seguir en el futuro.
Lo que nos deja un dato a futuro que no puede soslayarse en la larga y necesaria tarea de la reconstrucción del campo popular tras la derrota; cuando muchos de los dirigentes que le sacaron el culo a la jeringa durante la campaña están pensando como acomodarse bajo el sol de la gobernabilidad macrista. La gente de a pie movilizada en la calle marcó cual es el camino a seguir en el futuro.
Pero lo cierto es que se perdió, y los pases de facturas internos deberán quedar para otro momento, cuando la cabeza esté más fría y cuando no se corra el riesgo cierto (como se corre a partir de ahora) de que traten de empiojarle a Cristina los días finales de su mandato, porque quieren que el kirchnerismo tenga un final aleccionador: quieren que un proceso político que gobernó más de 12 años el país sin un sólo día de estado de sitio deba irse en medio de un golpe económico, un caos social y en helicóptero. En eso andan, para después poder justificar el ajuste en "la pesada herencia recibida".
Al candidato Scioli nada (o casi nada) queda que reprocharle, o por lo menos no más que a otros protagonistas de la campaña. En todo caso sí carga en el debe con las deficiencias de su gestión en la provincia de Buenos Aires, donde una diferencia mayor pudo haber dado vuelta el resultado: se podría decir que Scioli fue mejor candidato que gobernador; pero insistimos, más adelante llegará el momento de analizar en detalle los factores que condujeron a la derrota.
De hecho, en el discurso de aceptación de la derrota estuvo -a nuestro entender- muy claro cuando enumeró los logros de este proceso político que debemos comprometernos a trabajar para que se mantengan: en modo Scioli, fue tanto como haber dicho "nunca menos"; lo que no es poco como señal a futuro, y hacia el peronismo.
Al candidato Scioli nada (o casi nada) queda que reprocharle, o por lo menos no más que a otros protagonistas de la campaña. En todo caso sí carga en el debe con las deficiencias de su gestión en la provincia de Buenos Aires, donde una diferencia mayor pudo haber dado vuelta el resultado: se podría decir que Scioli fue mejor candidato que gobernador; pero insistimos, más adelante llegará el momento de analizar en detalle los factores que condujeron a la derrota.
De hecho, en el discurso de aceptación de la derrota estuvo -a nuestro entender- muy claro cuando enumeró los logros de este proceso político que debemos comprometernos a trabajar para que se mantengan: en modo Scioli, fue tanto como haber dicho "nunca menos"; lo que no es poco como señal a futuro, y hacia el peronismo.
La gente (o una buena parte de ella) "quería cambiar" y cambió, aun sin saber en que consiste realmente el cambio que propone Macri, o sabiéndolo y aceptándolo, lo mismo da. Y esa idea del "cambio" terminó prevaleciendo sobre cualquier otra consideración; e intentar contrarrestarla fue como remar en dulce de leche, como lo pudo comprobar cualquiera que encarara algún mano en los tramos finales de la campaña, tratando de sumar votos.
Lo que nos remite a un tema mucho más complejo y al que nunca terminamos de encontrarle la vuelta: cuando repetimos que "con el kirchnerismo volvió la política" suponíamos (erróneamente) que hay una sola forma en la que una sociedad se politiza, y por eso elegimos desde el principio (mucho antes de la elección de ayer) polarizar con Macri en términos ideológicos; sin medir el grado y las formas de politización real de la sociedad.
Al errarle en eso -por no encontrar la estrategia más adecuada para enfrentar una forma de politización que es la que propuso Durán Barba y aplicó a pie juntillas Macri- terminamos derrotados en las urnas por el rival con el que desde siempre quisimos confrontar.
Al errarle en eso -por no encontrar la estrategia más adecuada para enfrentar una forma de politización que es la que propuso Durán Barba y aplicó a pie juntillas Macri- terminamos derrotados en las urnas por el rival con el que desde siempre quisimos confrontar.
Quedan por delante días muy difíciles ya en lo inmediato, desde acá hasta el final del gobierno de Cristina: la legitimación electoral de una restauración neoliberal -que es lo que se viene en la Argentina, con proyección regional- es un desastre político de una magnitud que todavía hoy no se puede percibir, o dimensionar.
Tanto como la magnitud y densidad del bloque de poder alineado detrás de Macri, bloque que se sacó del todo la careta los últimos días de campaña ante la ola triunfalista, para poder después participar del reparto: desde los medios que vertebraron todos estos años a la oposición y le editorializaron su discurso, hasta la Corte Suprema y los jueces adictos a "Cambiemos" que vienen sacudiendo al gobierno con fallos a cambio de los cuáles se quedarán (llave en mano) con el manejo del Consejo de la Magistratura y el Poder Judicial, abortando de antemano cualquier tentativa de reformas en ése antro corporativo y antidemocrático.
Sin olvidarnos de los grandes grupos económicos que reclamarán cada uno su porción del botín devaluador y ajustador: los bancos, las privatizadas de servicios públicos, los grupos exportadores y con posición dominante en la formación de precios, las patronales del campo y los fondos buitres.
Como símbolos del nuevo tiempo que se viene, veíamos como un ex juez de la dictadura condenado por violaciones a los derechos humanos solicitó fiscalizar la elección por "Cambiemos", y Cristiano Rattazzi efectivamente lo hizo, en una mesa en La Matanza: es gente que bien sabe que "pertenecer tiene sus privilegios".
Frente a eso habrá que superar rápido el mal trago y volver a dar la pelea desde el lugar de la oposición, ése que otros ocuparon con comodidad estos 12 años, a sabiendas de que no necesariamente existirán "oficialistas" sociales con los que confrontar: el "oficialista" -se sabe- fue una creación del kirchnerismo. Es cuestión de sentarse a esperar nomás cuanto tardan muchos en decir que no lo votaron a Macri.
Les ganamos de mano: nosotros podemos decirlo ya mismo, hoy.
Sin olvidarnos de los grandes grupos económicos que reclamarán cada uno su porción del botín devaluador y ajustador: los bancos, las privatizadas de servicios públicos, los grupos exportadores y con posición dominante en la formación de precios, las patronales del campo y los fondos buitres.
Como símbolos del nuevo tiempo que se viene, veíamos como un ex juez de la dictadura condenado por violaciones a los derechos humanos solicitó fiscalizar la elección por "Cambiemos", y Cristiano Rattazzi efectivamente lo hizo, en una mesa en La Matanza: es gente que bien sabe que "pertenecer tiene sus privilegios".
Frente a eso habrá que superar rápido el mal trago y volver a dar la pelea desde el lugar de la oposición, ése que otros ocuparon con comodidad estos 12 años, a sabiendas de que no necesariamente existirán "oficialistas" sociales con los que confrontar: el "oficialista" -se sabe- fue una creación del kirchnerismo. Es cuestión de sentarse a esperar nomás cuanto tardan muchos en decir que no lo votaron a Macri.
Les ganamos de mano: nosotros podemos decirlo ya mismo, hoy.
18 comentarios:
generalizar es un error.
no es "la gente"... es cada zona puntual con sus particularidades.
como es posible que haya habido un 71,51 de voto al pro en cordoba?
fue la mayor diferencia en todas las provincias.
por ejemplo cuanto paga el boleto de colectivo el ciudadano cordobes frente al del gran bs as?
hablar de "todos perdimos" es errar el analisis. hay que mirar provincia por provincia para entender el voto de cada una.
Nunca pensé que "lagente" podría ser tan irresponsable.
Después de 12 años te vota casi la mitad no está tan mal. Empate técnico que le dicen.
Estimado el "todos" no es una referencia geográfica sino política. Los compañeros que ganaron en sus distritos hoy no están celebrando mucho que digamos.
Compañeros, creo que puede ayudarnos en el análisis perder unos minutos escuchando este extraordinario reportaje:
http://www.victorhugomorales.com.ar/la-entrevista-decide-joe-goldman/
En todas las zonas rurales Macri ganó ampliamente. En varios distritos bonaerenses(que tenían intendente del FPV) por el 70%. Es evidente que el campo repudió a este gobierno.
Pero algo interesante es que el supuesto plan escondido de macri fue expuesto estas semanas hasta el hartazgo, y la gente lo votó.
Así que en cierto modo recibió un mandato para ejecutar todas esas cosas (privatizar todo, arancelar los hospitales y universidades, darle a Singer el doble de lo que pide, endeudar irresponsablemente al país, boletear la ley de medios, reprivatizar todo lo estatizado, sacar la AUH, llevar el dolar a 25 y varias maldades más) que ustedes, dijeron que iba a hacer,convalidado por el 51%del pueblo.
Nos pusieron a nuestro candidato los poderes que deciamos enfrentar...
Asi nos fue...
Tu sinceridad Marianote nos ahorra un par de post, aunque contradice la teoría de Pagni: era necesario un triunfo contundente para tomar medidas "antipáticas". El tema es que van a hacer con el 49 % que no votó eso. Igual daría para preguntarse cuáles habrían sido las diferencias si el plan "no quedaba expuesto". Y el voto del campo (lo hemos dicho varias veces acá)es perfectamente racional, consistente con sus intereses. Pero el resultado dejó muy en claro que "el campo" y "el país" no son lo mismo, como ustedes pretenden.
Habría que explicarle al Sr. MarianoT que nos limitamos a repetir las cosas que Macri y sus amigos dijeron que iban a hacer.
Habrá que ver si le da el cuero.
Buenas CKSF,
Alguna vez leí en lo de Artemio "a lo oscuro por lo más oscuro".
Para este caso, se inserta en la evolución de las transformaciones en el poder judicial. Con nuestro gobierno habíamos llegado a una impasse y este destrabe actual, si bien a priori beneficia a la corpo judicial, la mete en un intríngulis que puede salirle mal si se les sale la cadena a unos cuantos.
Ejemplos:
- Aprietes de familiares de ministros de la Corte, como pasó con el periodista de Rafaela recientemente
- Pedidos de prisión preventiva para CFK por parte de Bonadío u otros y rápidamente desestimados por las cámaras.
El parate del Consejo de la Magistratura sigue siendo una realidad y ya el kirchnerismo no podrá ser acusado de querer copar todo. Mientras, se pelearán entre los miembros de Cambiemos y los cargos disponibles seguirán sin cubrirse. Eso los obligará a actuar y las cagadas que se manden no nos las podrán adosar.
Saludos y fuerza!
Andrés
Lo que hay que explicarle a Marianote es que "el campo" y "el país" no sólo no son lo mismo si no que son exactamente lo contrario. Y que donde se encuentre Marianote, muchos vamos a estar en la vereda de enfrente siempre.
Fue un error pensar que gran parte del pueblo estaba politizado, creo que el politizado fue el kirchnerismo,la gente que adhirio a esta propuesta de Nestor y Cristina de empoderarnos.Los demas se dejaron seducir por ese manual de autoayuda como vos decis,o filosofia new age o pastor evangelista como le digo yo. La prueba esta en las respuestas que da la gente cuando explica porque vota a Macri. Es un cumulo difuso de argumentos que no tienen nada de politizados( que el gobierno es intolerante, que todos son corruptos,que no se puede mas(?),que en el mundo nadie nos quiere y que a la vez no existimos en ese mismo mundo,etc. Una sarta de boludeces muy bien articuladas por los medios que no dieron descanso al modelo( hay que reconocer que laburaron mucho).Tengo que confesarles que a pesar de la derrota electoral termine el dia de ayer muy feliz. Pueden tildarme de idiota, pero senti que despues de la poca diferencia de votos habia algo que no les salio del todo bien a los que no nos quieren.Tengo el presentimiento de que esto va a ser algo que vamos a poder superar. No puedo explicarlo muy bien pero es algo que siento. Creo que la militancia y los militantes de "entrecasa" como yo, debemos seguir unidos, trabajando para el pais y para volver pronto. Saludos!
Mariano T: No T entiendo; decis que Macri explico su plan de gobierno hasta el hartazgo y despues decis que esas"maldades" que iba a hacer las anunciaba el gobierno?.Aclarame en que quedamos, lo piensa hacer o no? Porque soy medio lela y no entendi. Y lo del campo me hace acordar a cuando la rural abucheo a Alfonsin.Todo dicho.
Es facil. Los kirchneristas expusieron en detalle un supuesto plan económico de macri. Y la mayoría lo votó igual.
Yo tengo la misma sensación, Norma.
Saludos,
Andrés
Exacto tractor, lo que no habilita a nosotros (y solo a nosotros, no a ninguno de ustedes) a quejarnos cuando lo ponga en práctica. Va a estar divertido
En realidad cualquiera esta habilitado. Teniendo en cuenta que estas políticas que ustedes exp,icitaron con tanto detalle fueron votadas por la mayoría del pueblo.
Es un pelín sicótico el razonamiento: decís "el tipo explicó en detalle (según nosotros) que los va a cagar, lo votaron, los caga, se pueden quejar porque los cagó con previo aviso". Una variante neurasténica del "yo no lo voté", algo así como "me forreó ¿y qué?"
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