MIRÁ QUIEN HABLA

Leemos en lo que parece ser una reedición del show del chiste al concejal Mastropaolo (el mismo del video de apertura) preocupado porque PAMI Santa Fe no ha entregado los famosos bolsones de comida.

Más allá de lo cómico que nos resultan los comentarios de alguien que siendo responsable de la ANSeS local militó y justificó la caída de las jubilaciones y pensiones durante el macrismo, conviene aclarar que el atraso real no llega a 15 días y es producto de la cuarentena. Simple.

El monto por el bolsón de febrero les fue depositado a los Centros de Jubilados y fue entregado en forma correcta. Durante la primera quincena de abril PAMI depositó los fondos para el Bolsón de marzo y ocurrió que algunos Centros pudieron retirar el dinero del banco y otros no ya que se decretó la cuarentena. Por lo tanto no hay atraso de 45 días como dice el concejal.

El dato final que corrobora esto es que las propias federaciones de jubilados pidieron a las autoridades de PAMI que "lo de los bolsones lo dejemos para otro momento; no queremos exponer a los viejos por esto".

Hasta acá fue una respuesta seria tomando como serio al concejal y como que es verdad que le preocupan que los jubilados no hayan recibido un Bolsón, cuyo monto debe rondar los $400 por afiliado, cuando el gobierno de Alberto Fernández lleva entregado a los jubilados dos bonos de $4000. 

Pero no hay que tomar en serio al concejal porque su real interés no son los jubilados ni su principal encono con la obra social no es este, sino lo que el PAMI ha hecho con el geriátrico San Pablo de nuestra ciudad.

Repasemos lo que escribió un tiempo atrás nuestro amigo Gustavo Castro sobre la empresa en cuestión: "En consecuencia, el Pami Santa Fe resolvió el 16 de mayo de ese mismo año aplicarle al geriátrico una sanción económica. Y allí es donde quedó la huella de Mastropaolo y sus intereses coincidentes con Vucasovich, que años después tendrían corroboración política en la Legislatura: el actual jefe de Anses Litoral firmó un recurso interpuesto el 20 de agosto de 2013 ante el Instituto para solicitar que se levante la multa o se disminuya su importe. No resultó: luego llegó la suspensión, medida que consiste en cortar el flujo de afiliados al establecimiento.

En posteriores auditorías y diálogos con el personal de la obra social de los jubilados, como así también en charlas con los trabajadores del establecimiento, el jefe de Anses Litoral se siguió presentando como “administrador”. Lo siguió haciendo hasta 2016 inclusive, cuando la nueva conducción del Instituto, ya con nuevo gobierno, resolvió levantar las sanciones tras el compromiso del geriátrico de mejoras en diversos aspectos.

Y sigue la nota de Castro: "Esa evolución no se mantuvo en el tiempo. En una inspección del 5 de abril de 2017 se volvieron a detectar “focos infecciosos y/o insectos”, problemas con la “correcta limpieza en dormitorios y baños”, incumplimientos en la “descontaminación de ropa potencialmente contaminada”, falta de “higiene personal”. El déficit mayor se comprobó en el área de nutrición: “no cubre el aporte energético”, “no cubre las recomendaciones nutricionales”, “no aporta suficiente calcio, hierro y vitamina C”, “no incluye carnes blancas mínimo 3 veces por semana”, “no hay adecuación correcta a los estados patológicos y fisiológicos”, “no hay higiene de estructura física, instalaciones y equipamiento”, entre otros puntos. La síntesis: “el total de los puntos obtenidos sobre lo evaluado es de 49%”, con lo cual el resultado fue “deficiente”.

Es por demás de obvio que a Mastropaolo lo que le interesa es una vendetta contra PAMI y abrir el paraguas ante posibles nuevas sanciones o suspensiones que seguramente vendrán una vez que se realicen las auditorías correspondientes. 

Eso, y que si hubiera internas dentro del PRO, él estaría en la línea Larreta, de abandono a los geriátricos. Aunque pensándolo bien, capaz que en eso en el PRO están todos de acuerdo. Video relacionado con la temática: