Si algo hay que reconocerle al hombre es que tiene coherencia, y nunca se confunde respecto al lugar donde supone que debe estar. Más tarde o más temprano, termina llegando ahí, como quiera que en ese momento se llame el "ahí": antes Menem, hoy Macri. Digamos que ésta vez vio algo que sí le gustó.
Hasta la modalidad del anuncio fue muy de su estilo, escaso en palabras: esta vez el que ofició de su vocero fue el mismísimo Macri, urgido por mostrar avances en su armado presidencial, sumando figuras que aportan votos; y por darle el envión final a Miguel Del Sel para ganar las elecciones provinciales.
Sus viudas, exponentes de esa criatura mítica que jámás existió llamada "reutemanismo" (siempre fue él, sus votos y su circunstancia) le precedieron en el salto al PRO y hace rato ya que rodean a Del Sel; al cuál el mismo le dio un velado empujón de apoyo en su primer intento por llegar a la Casa Gris, allá en el 2011.
Aun no está claro el lugar que ha de ocupar Reutemann en el dispositivo del PRO, pero todo indica que irá por otros seis años de banca y fueros en el Senado: asistió a la marcha del miércoles pasado en Buenos Aires no solo porque sabía que su presencia allí tendría mayor repercusión mediática; sino porque es plenamente conciente de que no puede protagonizar apariciones públicas en Santa Fe desde las inundaciones del 2003 (aun cuando sea en actos donde se moviliza su propio electorado), por temor a ser escrachado por los familiares de las víctimas y damnificados.
Compitiendo por un nuevo mandato en el Senado, juega sobre seguro (como ha sido su costumbre inveterada, en el deporte y en la política), pues sabe que obtendrá al menos la banca por la minoría. De allí que las especulaciones sobre que podría acompañar a Macri en la fórmula como vice parecen poco consistentes, porque sería jugar a todo o nada: tocar la campanita del Senado, o volver a su casa.
Sumado al hecho de que sin dudas su alianza con Macri es parte de un esquema mayor de armado opositor, en el que el sitial del compañero de fórmula del jefe de gobierno porteño parece reservado a alguien de la UCR, casi seguro Sanz.
En el contexto de esa misma movida (detrás de la cual está el "círculo rojo" representado por la AEA y el Foro de Convergencia Empresarial, con los que Reutemann tiene fluidos vínculos), la aparición del ex corredor en escena obliga a Binner a bajarse de una ya inverosímil candidatura presidencial, para competirle mano a mano por la banca en el Senado nacional; en espejo con lo que haría Cobos en Mendoza, y por las mismas razones.
Y la parábola de Reutemann de aquéllas fotos con Massa a esta alianza con Macri, marcan también el declive del Kennedy de Nordelta, cuyo armado santafesino es patético, y sobre el que arreciarán de ahora en más las presiones del mismo "círculo rojo" para que se baje; y compita por la gobernación bonearense en nombre de la nueva Unión Democrática.
La jugada del Lole provocará sin dudas mucha preocupación en la alianza de socialistas y radicales que gobierna Santa Fe, no solo porque compromete aun más las chances de Lifschiz frente al ex Midachi en la elección provincial, sino porque condiciona a futuro todos los movimientos de la UCR santafesina.
Si Del Sel llegara a ser gobernador en compañía de un radical pionero en postular acuerdos con el PRO como Boasso, y Reutemann fuera el senador de una fórmula Macri-Sanz, el margen de maniobra de los radicales que pretendan otra alternativa a futuro es escaso, máxime considerando que el fantasmagórico FAUNEN murió antes de nacer: la inverosímil alianza de Pino Solanas con Massa es más una constatación de esa muerte, que su causa.
Hasta la modalidad del anuncio fue muy de su estilo, escaso en palabras: esta vez el que ofició de su vocero fue el mismísimo Macri, urgido por mostrar avances en su armado presidencial, sumando figuras que aportan votos; y por darle el envión final a Miguel Del Sel para ganar las elecciones provinciales.
Sus viudas, exponentes de esa criatura mítica que jámás existió llamada "reutemanismo" (siempre fue él, sus votos y su circunstancia) le precedieron en el salto al PRO y hace rato ya que rodean a Del Sel; al cuál el mismo le dio un velado empujón de apoyo en su primer intento por llegar a la Casa Gris, allá en el 2011.
Opositor consistente al gobierno nacional desde el conflicto del campo del 2008, votó sistemáticamente en contra de los proyectos del Ejecutivo desde entonces, al igual que los radicales y socialistas con los que disputa votos en Santa Fe; y a los que acompañó en su reclamos judiciales contra la Nación.
Aun no está claro el lugar que ha de ocupar Reutemann en el dispositivo del PRO, pero todo indica que irá por otros seis años de banca y fueros en el Senado: asistió a la marcha del miércoles pasado en Buenos Aires no solo porque sabía que su presencia allí tendría mayor repercusión mediática; sino porque es plenamente conciente de que no puede protagonizar apariciones públicas en Santa Fe desde las inundaciones del 2003 (aun cuando sea en actos donde se moviliza su propio electorado), por temor a ser escrachado por los familiares de las víctimas y damnificados.
Compitiendo por un nuevo mandato en el Senado, juega sobre seguro (como ha sido su costumbre inveterada, en el deporte y en la política), pues sabe que obtendrá al menos la banca por la minoría. De allí que las especulaciones sobre que podría acompañar a Macri en la fórmula como vice parecen poco consistentes, porque sería jugar a todo o nada: tocar la campanita del Senado, o volver a su casa.
Sumado al hecho de que sin dudas su alianza con Macri es parte de un esquema mayor de armado opositor, en el que el sitial del compañero de fórmula del jefe de gobierno porteño parece reservado a alguien de la UCR, casi seguro Sanz.
En el contexto de esa misma movida (detrás de la cual está el "círculo rojo" representado por la AEA y el Foro de Convergencia Empresarial, con los que Reutemann tiene fluidos vínculos), la aparición del ex corredor en escena obliga a Binner a bajarse de una ya inverosímil candidatura presidencial, para competirle mano a mano por la banca en el Senado nacional; en espejo con lo que haría Cobos en Mendoza, y por las mismas razones.
Y la parábola de Reutemann de aquéllas fotos con Massa a esta alianza con Macri, marcan también el declive del Kennedy de Nordelta, cuyo armado santafesino es patético, y sobre el que arreciarán de ahora en más las presiones del mismo "círculo rojo" para que se baje; y compita por la gobernación bonearense en nombre de la nueva Unión Democrática.
La jugada del Lole provocará sin dudas mucha preocupación en la alianza de socialistas y radicales que gobierna Santa Fe, no solo porque compromete aun más las chances de Lifschiz frente al ex Midachi en la elección provincial, sino porque condiciona a futuro todos los movimientos de la UCR santafesina.
Si Del Sel llegara a ser gobernador en compañía de un radical pionero en postular acuerdos con el PRO como Boasso, y Reutemann fuera el senador de una fórmula Macri-Sanz, el margen de maniobra de los radicales que pretendan otra alternativa a futuro es escaso, máxime considerando que el fantasmagórico FAUNEN murió antes de nacer: la inverosímil alianza de Pino Solanas con Massa es más una constatación de esa muerte, que su causa.
Pero también la aparición de Reutemann en escena preocupa al socialismo, porque sabe que les compite en la captación del mismo electorado: nadie en su sano juicio puede suponer todavía que Binner represente una alternativa progresista (cualquier cosa que sea lo que eso signifique, en definitivas) de centroizquierda. Nadie excluido el Gabinete Joven, Donda y Tumini, a los que va llegando el momento de develarles que los Reyes Magos, son en realidad los padres.
La movida de Reutemann tiene también el mismo efecto "develador" para los que planteaban la unidad del peronismo santafesino en torno a su figura, como condición sine qua non para recuperar electorabilidad, y pensar en volver al gobierno de la provincia: el ombligo del senador es demasiado pequeño como para que en él quepan ambiciones tan grandes.
En nuestra opinión y al revés de lo que se dice en cuanto a que la jugada del Lole es consecuencia de su bajada de la candidatura a gobernadora, María Eugenia Bielsa sabía de antemano lo que venía, y por eso no fue de la partida; porque hasta en eso se parecen: siempre buscan imponer sus propios términos y jugar sobre seguro, y cuando no lo consiguen, se corren a un costado, esperando mejor oportunidad.
El pase de Reutemann a las huestes de Macri no deja de ser una buena oportunidad para el PJ provincial, para madurar políticamente y dejar de esperar todo en términos electorales de la providencial aparición de la campera roja; tanto como para dejar de lado gatopardismos que conducen a un discurso de "peronismo vergonzante", buscando seducir a un electorado -el de Reutemann- que nunca votará a un peronismo fiel a sí mismo.
Y siempre del lado lleno del vaso, la decisión de Reutemann da que pensar que no encontró espacio para él en la interna del FPV, ni siquiera jugando con Scioli; porque entendió que el motonauta (sobre el que muchos albergan -albergamos- razonables dudas) no le brindaba suficientes garantías a futuro.
Del mismo modo, tan sostenidad ofensiva mediática y judicial contra Cristina y el gobierno, y tanto empeño opositor por superar la fragmentación y juntarse a como dé lugar (sean los que siempre debieron estar juntos como Macri y Reutemann, o los que nunca se supuso que lo harían como Pino y Massa), demuestra que las potencialidades electorales del oficialismo están intactas.
El miedo no es zonzo, digamos.
Del mismo modo, tan sostenidad ofensiva mediática y judicial contra Cristina y el gobierno, y tanto empeño opositor por superar la fragmentación y juntarse a como dé lugar (sean los que siempre debieron estar juntos como Macri y Reutemann, o los que nunca se supuso que lo harían como Pino y Massa), demuestra que las potencialidades electorales del oficialismo están intactas.
El miedo no es zonzo, digamos.
1 comentario:
si Don Magnetto logra que massita se baje esto se pone sombrío...hay mucho hijo HDP, mucho cretino, mucho cerebro liso, mucho prejuicio y sobre todo mucha idiotez, en un basto sector de la sociedad que botara por el contrabandista que vive de Franco
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