Leemos a "Sobrecito" Pagni en la tribuna de doctrina de hoy: "Rafecas también podría haber delegado la pesquisa en el fiscal, como hizo cuando tuvo que juzgar a Amado Boudou en el caso Ciccone. Pero prefirió cortar de cuajo toda sospecha. Ahora corresponde a la Cámara Federal evaluar si esa opción fue la correcta. Si los camaristas no lo hacen, se notará más la brecha que existe en Tribunales. Para ponerlo en términos de Cristina Kirchner: en el golpe judicial comienzan a aparecer "rebeldes" y "leales".
Sin embargo, en un fuero como el federal penal de la Capital, en el que buena parte de las decisiones se explican por factores ajenos a los expedientes, conviene recordar el contexto en el que Rafecas decidió sobre la Presidenta. El dato más obvio es que tuvo que resolver la situación de una imputada que está en condiciones de sacarlo de la Justicia desde el Consejo de la Magistratura.
El entorno de la decisión que favoreció a la Presidenta vuelve a advertir sobre un fenómeno inquietante que se verifica en la Justicia en su relación con la política: la culpabilidad y la inocencia no siempre dependen de las pruebas. La mayoría de las veces son el resultado de una azarosa guerra de facciones."
A confesión de parte, relevo de pruebas; gracias por la magia, pelado.
Te manda saludos Bonadío, que está investigando la causa Hotesur simplemente movido por el afán de hacer justicia: dice que a él no lo afecta en lo más mínimo tener como 20 pedidos de destitución en el Consejo de la Magistratura.
2 comentarios:
Los golpes blandos son tan serios como los autogolpes.
¿Se te van cayendo los ídolos, Marianote?: Pagni, Lilita. Por suerte te queda Mauricio
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