LA FRASE

"LE DIJE AL PRESIDENTE MILEI QUE ESTOY MUY INTERESADO EN INVERTIR EN SU PAÍS, ESPECÍFICAMENTE CONTRATANDO A LOS CIENTÍFICOS DEL CONICET, ARSAT Y EL PLAN NUCLEAR QUE SU GOBIERNO ESTÁ DESPIDIENDO." (ELON MUSK)

miércoles, 7 de diciembre de 2022

EL TRIUNFO DEL LAWFARE

 

El hecho político del año -más que la condena a Cristina, que estaba cantada de antemano- fue su propio anuncio de que el año que viene no será candidata a nada, lo que causó la esperable decepción de éste lado de la grieta, y abre interrogantes a futuro; no ya para el kirchnerismo el FDT, sino para el conjunto del sistema político.

Lo que algunos se apuraron a calificar como un "renunciamiento histórico" de Cristina en parangón con el de Evita es, al igual que lo fue aquel, una derrota popular: así como Eva estaba enferma pero no fue candidata por las presiones de las fuerzas armadas a Perón, CFK anuncia lo que anuncia en las condiciones creadas por lo que modernamente llamamos "lawfare", pero que no es más que el viejo y querido hábito gorila de condicionar la participación política del peronismo, y las opciones electorales del pueblo argentino. 

De hecho, la costumbre se remonta tan lejos como al propio origen del peronismo: ¿Qué fue el 17 de octubre sino la reacción popular frente al intento del régimen de excluir al coronel de la vida política, mientras se pedía -recordémoslo hoy, esas ironías de la historia- la entrega del gobierno a la Corte Suprema de Justicia?

Incluso con Perón y el peronismo proscriptos, cuando el gorilismo encerrado en su propio laberinto se vio obligado a conceder una salida electoral, Lanusse introdujo una cláusula proscriptiva en el Estatuto Fundamental de 1972 para cerrarle el paso a la candidatura de Perón, que saltó el "cepo" nominando a Cámpora. En las mismas condiciones Cristina -sin estar formalmente proscripta- dio un paso al costado para elegir a Alberto Fernández para encabezar la fórmula en las presidenciales del 2019. Nada nuevo bajo el sol.

Claro que el recordatorio del Día de la Lealtad original no es casual, porque nos remite a la respuesta que dio entonces el pueblo peronista, frente a la maniobra del régimen, y desde allí nos interpela: ¿Qué estamos dispuestos a hacer nosotros para crear las condiciones para que Cristina sea candidata -incluso contra su deseo- o para que "el pacto de la Argentina del 70 %" que pregona Larreta no se consolide con el inestimable apoyo de su patas judicial y mediática?

Porque a Cristina la tocaron, y no se armó (no armamos) ningún quilombo. Tanto la tocaron que en apenas tres meses intentaron asesinarla, y la condenaron con inhabilitación a perpetuidad para ocupar cargos públicos: los jueces quisieron así completar aquello en lo que Sabag Montiel falló. ¿Y nosotros qué?

A 12 años de la muerte de Néstor, no "florecieron mil flores", y las que amagaron florecer, las aplastaron los pisabrotes de siempre. No funcionó "Unidos y Organizados" porque no somos ni una cosa ni la otra, y Cristina tampoco tuvo a mano "los pibes para la liberación", salvo para alguna movilización ocasional, o para ocupar algún cargo público. Somos un montón de tolderías donde cada uno mira desconfiado al de la carpa de al lado, con incapacidad para construir entre todos una Cristina colectiva, que la haga a ella menos imprescindible.

Y conste que ni de cerca estamos diciendo que la decisión de Cristina de no ser candidata es un acto de cobardía suyo: ahí estaba esa mujer extraordinaria una vez más, frente a sus verdugos judiciales y a sus mandantes reales, desafiándolos desde su inmensa dignidad para que la metan presa si es su deseo, cuando termine su mandato y carezca de fueros. Como cuando dejó la presidencia, para peregrinar por los juzgados.

Cristina mencionó a Magnetto, por su nombre y apellido, como el verdadero (pero no el único) arquitecto de su desgracia. ¿Cuántos más en la política argentina se animan como ella, a llamar a las cosas (y a los hijos de puta que están detrás de todo) por su nombre? Si la respuesta es "ninguno", incluso de éste lado de "la grieta" es porque el "lawfare" como estrategia de disciplinamiento político ha funcionado a la perfección.

Cristina le habló al gobierno, al presidente, a su cobardía, su tibieza y su mediocridad, a su cada vez más ostensible complicidad (por acción u omisión) con su destino, a sus Biondi, Leuna, Kulfas, Guzmán y toda esa caterva de inútiles y operadores de la nada, o de Clarín dentro del gobierno. Pero también nos está hablando a nosotros, como en aquel 9 de diciembre del 2015 (cuando, como recordó, volvía a su casa sin cargo y sin fueros) cuando señaló proféticamente "va a pasar lo que ustedes quieran que pase": se puede reemplazar perfectamente "quieran" por "dejen", y aplica a la actual situación.

Pero el alegato de CFK es también una interpelación al conjunto del peronismo, a los portadores del peronómetro, a los eternos constructores del "post kirchnerismo", a los candidatos "de centro que captan voto blando por afuera", a los de "la ancha avenida del medio", a los que se sentirían gustosos firmando esa Moncloa del 70 % (es decir, sin el kirchnerismo), a los que acuñaron aquello de que "Sin Cristina es imposible pero con Cristina sola no alcanza", los que decían que había que dejar de hablar de Clarín y pelearse con ellos, a los eunucos políticos del piso bajo y el techo infinito que no juntan cinco votos por ellos mismos: es toda suya ésta muchachos, corrida ella de escena -al menos por ahora- por decisión propia, les llegó el momento de brillar y demostrar lo que tienen y lo que valen.

Hace unos años atrás, con Macri recién llegado al gobierno, decíamos acá que el kirchnerismo había representado la experiencia más democrática -en todos los sentidos- de nuestra transición democrática post dictadura. Invitamos a releer aquellas reflexiones, porque se nos ocurren de actualidad.

Con la pretendida inhabilitación a perpetuidad de Cristina para ocupar cargos públicos decidida por cuatro escribas del poder real como consecuencia de un proceso judicial bochornoso, y más allá de los avatares tribunalicios posteriores, nuestra democracia es bastante menos democrática. De hecho, si se tira del hilo de las cosas que señaló Cristina (todas corroborables en la realidad, sin que haga falta ninguna filtración de conversaciones privadas), se verá que, salvado el periódico ejercicio electoral, cada día queda menos democracia en lo que por convención seguimos llamando tal. Tuit relacionado: 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer Cristina dió una demostración de dignidad inmensa. Frente a todos.
No nos podemos permitir la tristeza, no le regalemos a los gorilas esa imagen, y tengamos la dignidad de resistir. En una de esas, la única persona en la que se puede creer, cambia la decisión de acá a 2023.
Para eso hay que mover las cachas.
El Colo.

Anónimo dijo...

El "poder" ya empezo a explicitar las razones de la condena a Cristina.
Leer la nota de hoy en Diario Ar, firmada por walter curia.
El titulo ya lo dice todo: "Un fallo que daña la imagen y angosta el futuro de Cristina"
A mi modo de ver este beneplacito por el fallo de causa vialidad incluye a sectores
del FDT, del gobierno de la CGT, a gobernadores.
Muchos se piensan herederos del peronismo.

Anónimo dijo...

Un mandato desperdiciado.
Histórico fail el de CFK. Ponerlo a Alberso de presidente interino para terminar en cana y con Massa cómo virtual presidente y mejor candidato para 2023.

La frutilla?
La cadena nacional de Alberto un dia antes para decir... Nada. Cómo siempre.

Ahora el consuelo es repetir que sabíamos cómo iba a terminar el juicio.
Máximo presidente?
100% de inflación anual.
Rompieron todo.

Anónimo dijo...

Lunes 12/12 a las 18,30 horas: HABLA CRISTINA en el Centro Cultural Kirchner.