LA FRASE

"QUE DESDE LA VICEPRESIDENCIA SE SOSTENGA UNA AGENDA QUE NO SEA LA DEL GOBIERNO ES ALGO QUE NUNCA SE HA VISTO." (JULIO COBOS)

viernes, 31 de octubre de 2014

¿EL CASO ARRUGA SANTAFESINO?


Ayer por la tarde hubo en Rosario una marcha pidiendo la aparición de Franco Casco Godoy, un joven de 20 años que desapareció el 7 de octubre. Para los que no conocen en detalle el caso, viene bien esta síntesis de "El Ciudadano"; de la que surge que Franco llegó a Rosario a visitar a familiares sus tíos y el 6 de octubre tenía pensado volver a Florencio Varela (donde vive), para lo que había comprado el pasaje, y salió de la casa de sus parientes con todas sus pertenencias. Desde esa fecha, su familia le perdió el rastro aunque, días después y por averiguaciones de sus padres, salió a la luz que estuvo detenido en la comisaría 7ª.

Según la versión policial, Franco quedó detenido cerca del mediodía del 7 de octubre luego de un llamado telefónico de un vecino a la seccional. Luego de la denuncia fue trasladado, sin ninguna pertenencia ni documentos, a la comisaría por resistencia a la autoridad luego de intentar tirar un adoquín a un móvil. Esta versión indica que el muchacho fue puesto en libertad por orden de un fiscal pasadas las 21 del mismo día. El 13 de octubre Elsa vino a Rosario para buscar a su hijo. El padre del muchacho días antes había dado con el dato de que el muchacho estuvo detenido en la comisaría 7ª.

Elsa fue derecho a la seccional y allí le confirmaron que el joven había estado allí, pero cuando pidió ver el libro de guardia no se lo mostraron sino que se lo leyeron. La mujer añadió que el último lunes le mostraron en Fiscalía una foto de su hijo en la comisaría, en la que se lo veía “todo golpeado” –lo que fue confirmado por el fiscal a cargo del caso, Guillermo Apanowicz– y que la firma del libro de actas no era de él, lo que iba a ser peritado."

Las autoridades provinciales se hicieron eco rápidamente (para variar) de la versión policial del caso; e incluso dijeron contar con testigos que dicen haberlo visto con vida el domingo pasado, ingresando a un templo evangélico descalzo, sin remera; lugar en el cual lo asistieron (dándole supuestamente comida y unas zapatillas) y se habría ido.

Una versión que se daría de patadas con el macabro hallazgo de un cuerpo del que da cuenta hoy Rosario 12: "Pero a al caer la tarde, en plena audiencia judicial con todas las fuerzas de seguridad que buscan a Franco, presidida por el juez Hernán Postma, el jefe de la Prefectura informó sobre hallazgo de un cuerpo "de mediana edad, vestido solo con un vaquero azul". La noticia conmocionó, y se espera la confirmación de la identidad del joven que tiene en su antebrazo derecho un tatuaje con el nombre Thiago y no se descarta que haya estado tres semanas en el agua, habida cuenta de su estado de putrefacción. Franco Casco tiene un hijo con ese nombre.

El cuerpo encontrado está siendo analizado por los forenses, que ya han determinado que llevaba alrededor de tres semanas en agua (lo que sería coincidente con los tiempos de la desaparición de Franco), sin presentar fracturas ni disparos de armas de fuego, pero con la coincidencia apuntada del tatuaje. Aun antes de que se confirme oficialmente que se trata del joven desaparecido, lo increíble es que la investigación del caso siga estando a cargo de los mismos policías que están sospechados de haberlo sometido a un episodio de violencia institucional, dentro de la comisaría en la que estuvo detenido.

Y si se confirmara que lo es, es más grave aun; no sólo porque se confirmaría que lo que hoy es una desaparición terminaría en una muerte, sino porque los funcionarios políticos del gobierno provincial (y los judiciales, como el fiscal que interviene en la causa) que compraron la versión policial de los testigos que dicen haberlo visto hace menos de tres semanas en un templo evangélico, serían cómplices de una maniobra urdida para garantizar la impunidad de los policías implicados.

Incluso lo causa está hasta aquí plagada de irregularidades: a la ya apuntada de que la madre de Franco no reconoció como suya la firma del acta de soltura en la comisaría, la propia nota de Rosario 12 da cuenta de que a las audiencias no asistió la médica policial que constató las lesiones del chico en la dependencia policial; ni se sabe quien, por qué y en qué circunstancias tomó las fotos que dan cuenta de esas lesiones, que llegaron a la madre de Franco a través de Asuntos Internos de la policía provincial y del fiscal del caso (que dicho sea de paso, no se preocupó por averiguar nada de todo esto, al menos hasta ahora). 

Estas dudas son las que -hoy por hoy- tienen los familiares de Franco, y las que movilizaron a muchas organizaciones a marchar ayer, pidiendo un urgente esclarecimiento del caso; que tiene una escalofriante similitud con el de Luciano Arruga, que cobrara trágica actualidad hace poco con el hallazgo del cuerpo del joven desaparecido en 2009.

Dudas que ameritan una pronta respuesta por parte de la justicia, y de las autoridades políticas del gobierno provincial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una Provincia normal.
La policía santafesina desaparece gente.
La misma policía que en diciembre de 2013 se levantó en armas contra el gobierno provincial,que los recibió para "negociar",negociación con el gobernador a la que algunos policías entraron armados. No hubo sanciones.
Policía que tiroteó la casa de Bonfatti.Nunca se encontraron responsables. Sucede que el gobernador no habría cumplido su parte a cambio del dinero recibido de los sectores narcos durante su campaña política.Y la policia, socia y brazo armado de los narcos,cumple con su trabajo. Si hay financiación de campaña, tiene que haber mercado libre. Y allanamientos donde antes se avisa, y por eso nunca se encuentra a nadie.
Mientras el hermano de Binner se dedica a robar menores y a venderlos.Y la justicia provincial,tampoco encuentra responsables por la apropiación de menores.
En la Ciudad de Santa Fe, el año 2014 marcó el record de asesinatos, mientras el ejecutivo provincial se encarga por los medios solo de contabilizar cuantos patrulleros hay en las calles santafesinas.
Cambio de funcionarios de segunda línea en Seguridad, mientras se mantienen 50 funcionarios políticos en el área,aunque nunca fueron a trabajar.Los asesinatos siguen.
Una provincia normal.

Anónimo dijo...

Lamentablemente ya en la edición de hoy de página 12 confirman que es el joven Franco el muerto encontrado. Acierta el título: de la comisaría a la muerte.
Acierta también el blog cuando plantea la deliberada inactividad del Fiscal y la recurrente cómplice actitud de las autoridades políticas socialistas santafesinas de comprar la versión de la maldita policía provincial.