LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 6 de febrero de 2018

SE ESTÁ HACIENDO COSTUMBRE ESTO DE INAUGURAR COSAS QUE NO ESTÁN TERMINADAS, CUANDO LOS ARTISTAS TIENEN FECHA LIBRE


Como pueden ver en la imagen de apertura (sacada de acá), Lifschizt estuvo recorriendo ayer las obras del acuario de Rosario; que se inauguraría este viernes por la noche, con un espectáculo musical.

Sin embargo, tal parece que en la obra (en la que nos informan que se invirtieron más de 200 millones de pesos) se repite el modus operandi que ya vimos en el caso del CEMAFE, de inaugurar cosas que no están terminadas.

Y si no nos creen, vean este decreto firmado por el propio Lifschitz el jueves 1º de este mes, o sea cuatro días antes de ir al acuario, y 8 días antes de la fecha fijada para su inauguración: 


La obra se comenzó en 2011, y su cuarta y última etapa debió haber estado terminada originariamente para agosto del año pasado, pero como también es habitual en la obra pública santafesina, tuvo varias prórrogas.

La última de ellas -conforme señala el decreto- llevaba la fecha de inauguración del acuario al 20 de febrero, o sea 11 días después del día en el que lo inauguraran.

La obra del acuario rosarino tiene varias curiosidades, a saber:

* Aunque fue ejecutada en cuatro etapas y con cuatro licitaciones independientes, las cuatro las ganó la misma empresa: Dinale S.A., adjudicada mediante los Decretos 1965/11 de Binner, 1088/14 y 3596/14 de Bonfatti, y 500/17 de Lifschitz: tres gobernadores socialistas que coincidieron en favorecer en la misma obra (en sus distintas etapas) a la misma empresa.

* Las adjudicaciones siempre estuvieron por encima del presupuesto oficial, según los porcentajes de sobreprecios que se indican en cada caso: 12,80 % (primera etapa), 11,82 % (segunda etapa), 24,58 % (tercera etapa) y 11,31 % (cuarta etapa). El "diego" y algo más, digamos.

* En las cuatro etapas hubo "trabajos adicionales" y "complementarios" que fueron encareciendo la obra, y estirando los plazos de ejecución, según este detalle: la primera etapa debió finalizar en mayo del 2011 y terminó en abril de 2014, la segunda debía concluir en febrero del 2015 y se extendió hasta noviembre de ese año; la tercera etapa debía terminarse en octubre del 2015 y duró hasta marzo del 2017, y la cuarta y última etapa debía concluirse en agosto del 2017, y lo haría recién en febrero de este año.

* En las tres últimas etapas hubo otorgamiento por parte de la provincia de anticipos financieros a la empresa contratista (es decir, cobrar antes de empezar los trabajos), en una obra que se debería haber concluido en 35 meses de plazo (que se hubieran cumplido originalmente en agosto del 2014), y terminó extendiéndose por 77 meses, hasta febrero de éste año.   

* A los más de 200 millones de pesos que la provincia dice haber invertido en la obra se llega (además de por los "adicionales de obra" y "trabajos complementarios") por las redeterminaciones de precios, y por otros "chiches" anexos; como los "dispositivos lúdicos interactivos" analizados acá y acá.

Pero volvamos al decreto que firmó Lifschitz apenas días antes de visitar el acuario, en el que dispuso una fecha de finalización de obra que no será la de la inauguración, prevista para el viernes ):


Inquieta saber que la cuarta etapa (es decir la que se está ejecutando ahora, y permitiría inaugurar la obra) correspondería al “Sistema de soporte de vida” de las especies exhibidas en el acuario: si eso recién estará terminado para el 20, ¿el 9 lo inauguran sin peces, les piden que aguanten la respiración 11 días o hay riesgo de que palmen en el medio del acto?

¿O la explicación es más sencilla, y lo inauguran ese día porque -al igual que pasó en el CEMAFE- es cuando tenían fecha libre los artistas contratados para la ocasión?

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