El déficit de la Caja de Jubilaciones es uno de los motivos que aduce el socialismo cada vez que tiene que acompañar alguna decisión antipática (o sea, todas) del gobierno de Macri: lo hacen porque la nación se los va a financiar.
Incluso ahora -cuando Lifschitz acaba de convocar a la Legislatura a extraordinarias- uno de los temas a tratar es la ratificación del enésimo convenio donde la ANSES se compromete a hacerlo.
Sin embargo, lejos está de cumplir: veíamos acá como la mayor parte de ese déficit es solventada por el propio Estado provincial, con recursos de Rentas Generales; como lo prevé por otro lado el artículo 81 de la Ley 6915, desde hace décadas.
Y el decreto cuya imagen encabeza el post demuestra que la cosa sigue igual: incrementa en más de 837 millones de pesos los aportes del Tesoro a la Caja, para enjugar su déficit; que al 30 de noviembre pasado (último dato disponible) era de 5941 millones, y se proyecta en el presupuesto 2019 a los casi 7586 millones.
Sin embargo, eso no significa que a la Caja le falten recursos propios, como se puede ver en éste otro decreto de abajo, dictado por el gobernador el mismo día que el primero:
Para que se entienda: la Caja incorpora a sus recursos propios (aportes personales de los empleados públicos provinciales, y la contribución patronal del Estado empleador) por casi 1007 millones de pesos; como resultado de los aumentos salariales otorgados a los activos, que deben ser trasladados a los pasivos. Sin embargo, para poder pagar normalmente las jubilaciones y pensiones necesita cada vez más aportes del Tesoro.
Ambos decretos coinciden en algo: las mayores erogaciones de la Caja son consecuencia de dos factores: el traslado a los pasivos de los aumentos salariales otorgados a los activos (o sea, la movilidad), y la incorporación de más beneficiarios al organismo, o sea, se jubila más gente.
Y en éste rubro nos queremos detener: hace poco las propias autoridades de la Caja decían que este año había un aumento del 40 % del número de gente que culmina el trámite y obtiene su jubilación, y lo atribuían al temor de la gente por un cambio del régimen jubilatorio en paralelo con el que alienta el gobierno de Macri en el orden nacional, que les represente tener que trabajar más años para jubilarse, hacerlo con un haber menor, o las dos cosas juntas.
Un temor -diremos por nuestra parte- que el propio gobierno provincial no ha hecho más que alimentar, insistiendo una y otra vez con que el gobierno nacional financie el déficit de la Caja, siendo que éste pone invariablemente como condición que para eso Santa Fe "armonice" su régimen previsional con el nacional. Un tiro en el dedo gordo del propio pie, digamos.
A menos que el tiro sea deliberado, para poder cumplir con la meta prevista en el presupuesto provincial para este año, de eliminar 6590 cargos de la planta de personal en lugar de cubrirlos; conforme a los compromisos que asumió Lifschitz cuando firmó los pactos fiscales con el gobierno de Macri.
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