LA FRASE

"LE DIJE AL PRESIDENTE MILEI QUE ESTOY MUY INTERESADO EN INVERTIR EN SU PAÍS, ESPECÍFICAMENTE CONTRATANDO A LOS CIENTÍFICOS DEL CONICET, ARSAT Y EL PLAN NUCLEAR QUE SU GOBIERNO ESTÁ DESPIDIENDO." (ELON MUSK)

miércoles, 24 de julio de 2019

¿Y DÓNDE ESTÁN LOS VOTOS?


El mapa cuya imagen encabeza el post muestra con distintos colores quien ganó en cada provincia la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2015: en celeste el FPV (Scioli-Zannini), en amarillo “Cambiemos” (Macri-MIchetti). En lila Jujuy donde se impuso Sergio Massa, y en verde San Luis, donde el triunfador fue Adolfo Rodríguez Saá por “Compromiso Federal”.

Como ven, el triunfo de Macri se asentó en la zona central del país, aunque luego en el balotaje logró sumar a La Pampa, La Rioja, Jujuy y San Luis entre las provincias en las que triunfó. Para su triunfo fue decisiva Córdoba, donde obtuvo en primera vuelta el 53,22 % contra el 19,26 % de la fórmula del FPV que quedó tercera, ocupando Massa-Saénz con el 20,41 % el segundo lugar.

Se podría hacer una primer lectura simplista de los datos y decir que a diferencia del 2015, hoy tanto Sergio Massa como los Rodríguez Saá (al menos Alberto) juegan por dentro del “Frente de Todos”, que en consecuencia sumando esos votos ganaría la elección; pero bien sabemos que en política las sumas no son siempre directas y lineales.

Lo que sí deja claro el mapa es que hay zonas en las que a Macri se le hizo muy difícil hacer pie entonces (el NOA, el NEA y la Patagonia), y no advierte como podría revertir ese panorama en las elecciones de este año, habida cuenta de los efectos que sus políticas de gobierno han producido en todo el país, incluidas esas regiones. Además, claro está, de contar el FDT con el plus de tener en la fórmula a Cristina, que en las provincias que las conforman obtuvo incluso cifras por arriba del 54,11 % global que alcanzó como candidata a presidenta en 2011, algunas muy por encima: ver el desagregado acá.

Pero por volumen electoral y peso específico en el padrón, es la zona centro, con el posible agregado de Mendoza y Tucumán, la región del país que terminará decidiendo la elección: solo sumando la provincia de Buenos Aires y Córdoba representan casi el 46 % del padrón general. Y mencionamos esos dos distritos porque cada uno a su modo, ambos fueron claves para el triunfo de Macri en el 2015: mientras en Córdoba logró en la primera vuelta una diferencia a su favor del 33,96 % (que representaron unos 737.000), en la PBA perdió solamente por el 4,48 % (unos 428.000 votos).

Si consideramos Scioli ganó la primera vuelta por el 2,93 % (737.000 votos de diferencia en todo el país, los mismos que obtuvo Macri de ventaja, solo en Córdoba) y que le faltaron un 7,92 % de votos más para llegar al 45 % que le permitiera ganar en primera vuelta, y comparamos esa elección con la actual, veremos que ampliando la diferencia obtenida entonces por él en Buenos Aires y reduciendo la desventaja que sufrió en Córdoba, Alberto Fernández y Cristina verían notoriamente incrementadas sus chances de resolver la elección en primera vuelta.

Aunque en realidad la comparación que hay que hacer es la contraria, considerando por un lado el contexto político, económico y social actual (o sea, los cuatro años de gobierno de Macri) y otros datos relevantes, como los resultados de las elecciones provinciales, y la perfomance en ellas de los candidatos de la hoy extinta marca “Cambiemos”: siempre hablando de la zona centro, en el 2015 el actual oficialismo se impuso en la primera vuelta en Entre Ríos por el 0,12 % de los votos, y en Santa Fe por un 3,52 %.

¿Alguien puede asegurar hoy que Macri repetirá esa perfomance, cuando en un caso (Entre Ríos) los candidatos de “Cambiemos” perdieron por más de 23 puntos con un peronismo unificado incluyendo al massismo, y en el otro (Santa Fe), quedaron terceros a 22 puntos porcentuales del frente encabezado por el PJ (también incluyendo al massismo), que ganó la elección después de 12 años de gobiernos socialistas? Otro tanto se puede decir de Córdoba: aun perdiendo allí la fórmula FF como es muy posible que suceda, ¿alguien puede asegurar que hoy lo haría por casi 34 puntos de diferencia como en el 2015, sin dividir como entonces el voto con Sergio Massa?

Y queda para el final (por su volumen e importancia) el caso de la provincia de Buenos Aires: con una diferencia de apenas el 2,93 % a favor de Scioli en todo el país (y con lo ya apuntado respecto a Córdoba), el entonces candidato del FPV ganó en la PBA por un 4,48 %: hoy, hasta las encuestas más favorables al gobierno están dando que la diferencia a favor de la fórmula FF en el distrito bonaerense son mucho más que esa cifra.

La pregunta que hay que hacerle entonces a los macristas (incluyendo a los medios que intentan instalar la hipótesis de una elección cabeza a cabeza) ¿de dónde exactamente van a salir los votos a Macri y Pichetto para que eso sea efectivamente así?

2 comentarios:

ElGauchoGPS dijo...

De una lluvia, como las inversiones

ram dijo...

Todo muy bonito, pero las elecciones del 2015 fueron esencialmente limpias, ahora tienen el plan F - por el fraude - con el que sencillamente las cifras pueden irse al carajo. Y no creo en brujas pero que las hay....