Marcos Galperín fue "el" modelo del empresario exitoso a imitar que Macri nos propuso a los argentinos, y es -en más de un modo- el empresario garca promedio y macrista, por antonomasia.
Amante del libre mercado, quejoso de las regulaciones públicas, del pago de impuestos y de lasleyes laborales, con más inversiones oscuras y fuera del país que en blanco y adentro, gran aprovechador de los huecos legales y de la inacción del Estado: un verdadero chanto, puesto como el ejemplo del "emprendedor" que todos podemos ser, desde lo más alto del poder político, durante los últimos cuatro años.
Años en los que fue animador de cuanto encuentro empresarial hubo para arrimarle apoyos del sector a Macri mientras destrozaba al país con políticas que gente como él pidió en vano durante los 12 años kirchneristas, y aplaudió a rabiar durante el macriato, mientras el país se hundía.
Fue de lo tantos que le pedía a Macri pisar el acelerador a fondo con las "reformas estructurales", y profundizar aun más el ajuste. Incluso lanzado ya el domador de reposeras a la reelección, fue uno de los creadores del famoso grupo de Whatsapp VIP que nucleaba a muchos de los empresarios más poderosos del país, en apoyo de la candidatura oficial.
Tanto fue su entusiasmo que (al igual que Cristiano Ratazzi y como muestra la foto) se ofreció gustoso a fiscalizar la elección para "Juntos por el Cambio" para que no quedaran dudas de donde estaba parado. Lo que no le impidió -al día siguiente de las PASO y cuando ya la paliza electoral que recibió Macri anticipaba su irreversible derrota- ir a tocarle el timbre a Alberto Fernández, pidiéndole pista y favores, para sostener sus negocios y privilegios.
Como por ejemplo tener una financiera/banco virtual intermediando en la oferta y demanda de dinero sin someterse a las regulaciones del Banco Central para las entidades financieras (algo que el actual gobierno se apresta a revertir), o pedir que el Estado (esta vez sí) regulara a favor suyo a las plataformas digitales para impedir la llegada de Amazon al país, o favorecerse indebidamente con los beneficios impositivos de la ley de "la economía del conocimiento"; algo que -una vez más- el nuevo gobierno suspendió y puso en revisión justamente por esos abusos; y anunció en extraordinarias el envío de un proyecto al Congreso, para modificar la ley.
Por si todo eso fuera poco, obtuvo un préstamo del Banco Nación en condiciones irregulares por 4000 millones de pesos, escándalo hoy asordinado por el caso Vicentín, que es casi cinco veces esa cifra. Nasda de eso le impidió ser figura estelar de los coloquios de IDEA, para quejarse por la corrupción política, o dar lecciones de emprendedurismo y coso.
Con ese currículum en vista, no es de extrañarse que el hombre haya tenido acceso a información privilegiada durante el macrismo, por sus estrechos vínculos con el propio presidente de la nación. Información que le permitió por ejemplo poner a salvo a sus inversores del "reperfilamiento de deuda" decidido por Macri en los días finales de su gobierno, como cuentan acá en La Politica Online; desprendiéndose de más de 1300 millones de pesos en títulos públicos, justo antes de que el macrismo los "reperfilara".
Información privilegiada que no tuvieron ni siquiera los gobernadores de las provincias aliadas al entonces oficialismo, que quedaron empernados con títulos públicos como tanta gente común; y cuyo uso por parte del amigo Galperín puede hasta tener ribetes delincuenciales, que algún juez o fiscal con media pila podría investigar. Aunque no figure en ningún cuaderno de ningún chofer.
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