El video de apertura de Lula (en portugués, pero se entiende clarito lo que dice. Faria Lima es el distrito financiero de San Pablo, su equivalente acá sería la city porteña) se ha viralizado por estas horas en las redes sociales. Allí el ex presidente (y candidato a volver a la presidencia) expresa descarnadamente y aunque no lo diga con esas precisas palabras, una fortísima autocrítica a los errores que cometieron en su hora los gobiernos del PT, en especial el de Dilma Rousseff; privilegiando ciertos equilibrios macroeconómicos a las reformas que permitieran corregir las tremendas injusticias y asimetrías que tiene Brasil en su sociedad.
Es tan cierto que Lula (especialmente él) en sus mandatos redujo sustancialmente la pobreza e indigencia en el gigante sudamericano, como que tuvo siempre un ojo atento a hacer concesiones a las diferentes fracciones del capital, en aras de la gobernabilidad. De allí que en su momento no fuera solamente un ídolo para quienes simpatizan con las fuerzas populares y progresistas de América Latina, sino también para las derechas: recordemos como acá desde el PRO lo ponían como el ejemplo a seguir, contraponiéndolo con los "excesos fiscales" de los gobiernos de Néstor y Cristina.
En idéntico sentido, muchos teóricos de la "renovación autocrítica" del kirchnerismo (hoy parte sustancial del núcleo duro del gobierno nacional del FDT) subrayaban la importancia central del superávit fiscal, como condición de posibilidad inexorable para crecer. De hecho, esa es la política oficial imperante hoy, como se pudo ver el año pasado co el contrapunto entre Guzmán y Cristina cuando acaeció la derrota en las PASO, sobre la evolución del gasto en pleno año electoral.
Sin embargo, no se trata de discutir sobre la conveniencia de tener o no equilibrio en las cuentas públicas, sino de comprender los desafíos políticos que la realidad plantea a las fuerzas populares en la región, frente a los embates cada vez más duros de la derecha económica, mediática y política, en ese orden. Eso es lo que nos está diciendo Lula en el video: hay que asumir que se hace política (al menos en clave popular y democrática) para transformar las cosas y remover las injusticias, no para simplemente administrarlas tal como están.
Porque además esas ofrendas a la gobernabilidad no calman nunca a los insaciables dioses del mercado, ni consiguen ese objetivo, el de garantizar gobernabilidad. Allá por 2016 cuando se gestaba el "impeachmet" que culminaría con la destitución de Dilma, decíamos nosotros en ésta entrada: "Pero existe además otro aspecto a considerar en la situación de Brasil, que es el que más se escamotea en el análisis, y que es el de la agenda económica: cualesquiera sean las críticas (incluso valederas) que se hagan al gobierno de Cristina por no haber atendidos determinados desafíos que planteaba la economía o no haber avanzado con más decisión en la “sintonía fina”, lo que no podrá achacársele es haber cedido la iniciativa y producir un cambio sustancial del rumbo; adoptando la hoja de ruta del adversario.".
"Que es precisamente lo que sí hizo Dilma, con resultados políticos y económicos fatales: tras una durísima campaña electoral en la que el propio Lula arriesgó su capital político apostando a su reelección, y advirtiendo a los brasileños los riesgos que entrañaba el triunfo de Aécio Neves (al estilo de lo que acá se llamó “campaña del miedo” en la previa del balotaje que ganaría Macri), la candidata del PT terminó triunfando por escaso margen, para aplicar sin más en su nuevo mandato el programa económico derrotado en las urnas.".
"Programa que -por cierto, y de allí la razón de que se escamotee esta cuestión del debate del caso brasileño)- es en sus líneas generales exactamente el mismo que está aplicando acá Macri: metas de inflación, ajuste fiscal, suba de las tasas de interés, valorización financiera, repliegue del Estado, concesiones impositivas al capital concentrado. Programa que es el que más ha hecho por deteriorar la imagen de Dilma y su gobierno, muchísimo más que cualquier hecho real o sospechado de corrupción.".
Si se repasan los hechos acaecidos en Brasil después de la destitución de Dilma (incluyendo la persecución y cárcel al propio Lula), y a la luz de ellos se vuelve a ver el video de apertura, se concluirá en que Lula aprendió la lección. ¿Sucederá lo mismo con Alberto, que viene de perder unas elecciones pero se comporta como si las hubiera ganado, y centró toda la acción del gobierno en cerrar un acuerdo con el FMI, que justamente exige un ajuste fiscal para que cierren los números, aunque sea con la gente afuera?
Tuit relacionado:
Lo que consiguió Guzmán llevando el déficit fiscal del 2021 del 4,5 % del PBI que preveía el presupuesto al 3 % que resultó, es que el FMI le pida que en 2022 sea del 1,9 % y no del 3,1 % como plantea él. Un boludazo que nos hizo perder las elecciones: https://t.co/e0esciYFyk
— La Corriente K (@lacorrientek) January 24, 2022
3 comentarios:
¿también con nuevo apriete a nuestro Kicillof?
https://www.pagina12.com.ar/397431-la-gira-de-alberto-fernandez-nueva-escala-y-gobernadores-en-
Bágina/12 es el órgano oficial del PJ porteño y del "Portero más rico del mundo".
Capaz que algo sabe Lula del tema.
El Colo.
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