A propósito de los 80 años del que sería llamado Día de la Lealtad que se cumplen hoy, nos topamos en la última edición de "El Cohete a la Luna" con ésta maravillosa nota de Marcelo Figueras, cuya lectura recomendamos fervientemente. Tanto que -como decimos en el tuit que cierra el post- poco podemos agregar nosotros a lo que él señala allí con inspirada pluma.
Trazando un paralelismo entre aquel 17 y éste, Figueras encuentra diferencias, pero también semejanzas que en un punto resultan escalofriantes, porque dan cuenta de la tenaz persistencia de la Argentina anti-peronista (en aquel entonces aun no se los conocía como "gorilas", apelativo que vino después, en los días finales del primer peronismo) en intentar aniquilar a lo que Cooke calificaría con precisión como el hecho maldito del país burgués.
Hubo entonces, hace 80 años, trabajadores emergentes como sujeto político y como clase, tal vez sin plena conciencia de ello, pero que la fueron adquiriendo en el camino cuando el fracaso de las opciones políticas tradicionales para interpretarlos y representarlos los llevó a construir el suyo propio, y abrazar el que les ofreció Perón.
Alguien podría encontrar allí un paralelismo con los tiempos presentes, en los que los despojos sobrantes de la crisis de la sociedad salarial organizada en torno al trabajo registrado y sindicalizado vieron algo parecido en un experimento de la más cruda y reaccionaria derecha predemocrática; y sin embargo hay diferencia sustancial, que tiene hoy importancia crucial: aquellos trabajadores que coparon la plaza reclamando por la libertad de Perón no se quedaron solamente en si situación individual o de clase, sino que coreaban también "Patria Sí Colonia No", vinculando inescindiblemente sus reclamos de clase con el destino del país en su conjunto.
Y fue tan clarividente esa vinculación que aun hoy, 80 años después, sigue teniendo más vigencia que nunca; tanta que en estos tiempos neocoloniales los amos imperiales y las clases dominantes (principales y subordinadas) reclaman explícitamente una reforma laboral que retorne al país a los tiempos del pre-peronismo, para consolidar definitivamente el destino que tienen trazado para la Argentina, que no es otro que el que los trabajadores rechazaron aquel primer 17: una granja proveedora de materias primas, con mano de obra barata y sin derechos.
También hoy, como entonces, está secuestrado y excluido de la participación política plena el liderazgo popular (entonces Perón, hoy Cristina), y por los mismos intereses; demostrando la coherencia histórica de las oligarquías en dejar de lado todos los escrúpulos morales o institucionales para cumplir sus fines, apelando a todos los medios a su alcance, sean un embajador, un Secretario del Tesoro, un presidente yanqui, una comparsa de políticos con olor a naftalina como lo fue la Unión Democrática, su versión actual conocida como "Provincias Unidas", o un clown bizarro vendido como un outsider del sistema político tradicional como Milei.
No se podía disociar entonces (y los trabajadores que mojaron sus pies en la fuente no lo hicieron) la lucha por la defensa de los derechos de quienes viven de su trabajo, de la disputa por la construcción soberana de un país digno de llevar ese nombre, frente a los intentos coloniales de los imperios, con la imprescindible colaboración del cipayaje vernáculo.
Entre aquel y éste 17 podrán haber cambiado tantas cosas como los 80 años que transcurrieron, pero dos atravesaron las décadas: el peronismo (esa tenaz persistencia argentina como lo definió José Pablo Feinmann) y los intentos por borrarlo de la faz de la tierra, a lo que se redujo el programa político, social, económico y cultural de todas las dictaduras y democracias fallidas que padecimos y padecemos.
Entonces, hace 80 años, los trabajadores tomaron su destino en sus propias manos y ganaron las calles, y como dice Figueras: "Si hay una lección que deriva del 17 de Octubre y sigue siendo válida es que, como ya dijo el Indio, este asunto está en nuestras manos. Porque hoy vivamos Perón, Perón, pero en aquellos días Perón se había resignado a retirarse, a emprender una vida doméstica con Eva mientras escribía un libro con su versión de los hechos. No negaré que, cuando cambió el viento, el tipo estuvo a la altura de la historia. Pero el que marcó la diferencia, el que tomó el timón y enderezó el curso, fue el pueblo. Esta verdad no envejeció nada. Lo que resolverá la tensión entre las dos Argentinas y determinará la dirección en que el país se mueva será lo que nosotros hagamos en las calles - o lo que nos rehusemos a hacer.".
La luz de esperanza que se abrió en éste presente de oscuridad y oprobio -en especial después de las elecciones bonaerenses- se construyó antes en la calle que en las urnas, resistiendo al gobierno de ocupación colonial que padece el país. Pero el proceso -como en 1945, cuando el primer 17 construyó la salida electoral que llevó a Perón a la Rosada- es de ida y vuelta. Y en breve y sin dejar las calles, llegará otra vez el tiempo de las urnas, para vencer al mismo tiempo al escepticismo y a un nuevo intento de recolonizar al país, y degradar los derechos de sus habitantes.
Tuits relacionados:
A falta de 5 dias para otro 17, ya sabemos que decir al respecto. Imposible añadir o quitar algo a esta maravilla de @MarceloFigueras. https://t.co/xvfgd22qOJ
— La Corriente K (@lacorrientek) October 12, 2025
El silencio de Pullaro, Llaryora, Schiaretti, Randazzo, Pichetto, Carrió, Monzó, Torres y los radicales frente a la vergonzosa intromisión yanqui en nuestros asuntos internos es igual de repugnante que la obsecuencia explícita de Milei y Caputo. Nunca tan claro que son lo mismo.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 15, 2025
80 años después de Braden o Perón, los yanquis insisten en armar Uniones Democráticas. Las remakes de Hollywood los acostumbraron a ir a ver películas aun conociendo el final.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 15, 2025
Sentir una profunda vergüenza ante la obscena sumisión colonial de nuestro presidente y su gobierno no te hace peronista, sino simplemente argentino.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 15, 2025
80 años de bradenismo.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 14, 2025
Acá la palabra clave es "peronismo". Como en 1946. https://t.co/wHsJL5S5g7
— La Corriente K (@lacorrientek) October 14, 2025
Que timming Pichetto y los de Provincias Unidas para tirarle un salvavidas al gobierno con lo de las centrales nucleares, eh. Unos tiempistas del carajo.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 14, 2025
Y bien amigos, entendieron lo que tienen que hacer el 26 o hay que hacerles un dibujito?
— La Corriente K (@lacorrientek) October 14, 2025
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