LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 27 de octubre de 2011

KIRCHNER, SEGÚN MAJUL


(*)

Néstor Kirchner era apasionado y también resultaba apasionante. (a diferencia tuya, que resultás desopilante) Obsesivo, desconfiado y paranoico, (un alma gemela tuya)  vivía las 24 horas del día haciendo política y pensando en el poder. (pensándolo mejor no: vos vivís haciendo huevo, sin pensar) Además, era un peronista clásico. Del tipo de los que piensan que para llegar a lo máximo en la Argentina se necesita mucho dinero y un estómago de acero. (claro, porque los del PRO piensan que hay que vivir en la miseria, y ser inflexibles ideológicamente) O ser capaz de tragarse muchos sapos antes de llegar a la cumbre y mantenerse allí todo el tiempo posible.(igual que vos para seguir en el canal América: te bancás que cualquiera te pasee cuando le hacés un reportaje, con tal de tener pantalla: no será La Cumbre, pero a Capilla del Monte llegaste)
El domingo pasado su compañera de toda la vida lo definió como uno de los mejores cuadros políticos que dio la Argentina y como un hombre de una voluntad inquebrantable. La primera cualidad la confirmará, en su momento, la historia, (aunque muchos como vos le ahorraron el trabajo, y la desecharon de antemano) por más que ahora se la quiera apurar con mausoleos, libros y películas. (o se la quiera sepultar con libros, como los que escribís vos, que no conseguís que nadie los use para una película) Pero la segunda era evidente y le permitió forzar, en 2009, la aprobación de varias leyes clave después de caer derrotado por primera y última vez en toda su vida política.(¿y no hubo ningún hecho anterior al 2009 en el que Kirchner hubiera demostrado "voluntad inquebrantable", digo, o sea, ponéle asumir el gobierno con el 22 % y Menem rajado del balotaje, algo vinculado al FMI o los derechos humanos o la Corte; buscá que algo debe haber)
Muchos periodistas, intelectuales y artistas que tuvieron el privilegio de conocerlo no pudieron evitar caer en las redes de su poderosa capacidad de seducción. (¿pero cómo, no era todo por la guita?) Era tan grande su magnetismo político, y tanto lo que parecía poner en juego cada vez que suministraba una información o presentaba una idea, que resultaba muy difícil ponerle límites. (es comprensible que para vos la presentación de una idea signifique poner mucho en juego) Es decir: la distancia necesaria que debe haber entre un presidente y un trabajador de prensa. (¿y con los empresarios de prensa como vos como fue la cosa che? A muchos de nosotros, cuando empezamos a publicar informaciones u opiniones con las que no estaba de acuerdo, intentó colocarnos, con tono paternal, entre la espada y la pared.(por favor: dános la lista de los otros "muchos", hasta acá creíamos que vos eras un ejemplar único e irrepetible) A muchos nos preguntó, palabras más, palabras menos:(sobre todo menos) "¿Te parece que una nota vale más que un proyecto político que pretende cambiar el país?".(no sé che, tratamos de imaginarnos la escena pero nos cuesta, sobre todo encontrar alguna nota tuya que pudiera ser más importante que las recetas de cocina, no hablemos ya que cambiar un país) A muchos de nosotros dejó de atendernos el teléfono al confirmar que no íbamos a transformarnos en los soldados de su causa, (a otros -como a vos- no se los atendía desde antes, o directamente nunca se los atendió) sino que íbamos a seguir haciendo periodismo. ("îbamos", ¿se arrepintieron?, por qué "seguir", cuando habías empezado?) Y lo hizo a pesar de saber que muchos de nosotros estábamos de acuerdo con iniciativas que planteó durante los primeros años de su gobierno (imaginemos la escena: Kirchner preocupadísimo mirando por la ventana del despacho y pensando: "Tendría que llamarlo a Luis, después de todo cuando cambié la Corte y le pagué al Fondo, él me apoyó") y que reconocíamos como positivas ciertas medidas que puso en marcha, junto con la Presidenta, como la asignación por hijo o el apoyo al matrimonio igualitario.
Kirchner comprendió desde el principio que para mantener el poder con el estilo que le gustaba ejercer debía trazar una línea entre los incondicionales y los que no podía condicionar. Que la tolerancia y el término medio lo harían terminar como Raúl Alfonsín, como Carlos Menem (un tipo bastante tolerante y afecto al término medio, como todos sabemos) o, en el peor de los casos, como Fernando de la Rúa. Eligió a Clarín como su "socio estratégico" (y dale con las comillas) hasta que comprendió que nunca terminaría de seducirlo o de someterlo. (y que ellos nunca dejarían de extorsionarlo) Empezó a combatirlo sin estar absolutamente convencido, hasta que la Presidenta lo terminó de persuadir, y no se detuvo más.(¿doble comando?) Kirchner era sensible a las críticas, (¿viste sonso que no era tan hijo de puta?, en el fondo era un tierno) pero se enojaba mucho más con las de los periodistas con los que había tenido un "mano a mano" o había invitado a un café para hablar de sus proyectos y de sus sueños. (como vos, que parece que fuiste íntimo de él, al final esta nota habla más de vos que de Kirchner)Y si esos periodistas osaban cuestionar alguna decisión o declaración de su esposa, el enojo o la indiferencia se podían transformar en definitivos.(sobre todo la indiferencia: era tan definitiva que por momentos, daba la impresión que, como en tu caso, siempre hubiera existido)
"A Néstor no lo mató el ejercicio de la presidencia. A Néstor lo mató estar debajo del ring cuando cualquiera de ustedes le pegaba, mal, a la Presidenta. El podía bancarse, y hasta disfrutar, discutiendo en voz alta sobre algún dato o algún título que consideraba injusto. Lo que nunca pudo terminar de soportar fueron los ataques a Cristina", diagnosticó un médico de la Unidad Presidencial al que la jefa del Estado le rechazó la renuncia inmediatamente después de la muerte de Kirchner.(es verdad, cuando se la rechazó le dijo: "quédese tranquilo doctor, usted no tuvo la culpa, se hacía mucha mala sangre con las pelotudeces que escribe Majul")
Algunos analistas consideran, con ironía, que el último gran servicio que le hizo Kirchner a su compañera fue haberse muerto. (más que ironía, eso es hijoputez) Porque entonces ella (oia, te olvidaste la mayúscula) terminó de neutralizar a los líderes opositores que basaban su estrategia en la discusión frontal con el que sería el seguro candidato a presidente.(hablando de "seguros candidatos a presidente": ¿qué pasó con Cobos, Reutemann, Sanz, Macri, Solá y Pino Solanas?) Otros, como el sociólogo Artemio López, interpretan que su "sacrificio" fue "inútil". (¿por qué las comillas, que problemas tenés con la comillas?, poné la palabra, hace una cita textual y ahí si comillas, o no las pongas, si le sacamos las comillas a tus columnas les quedan los títulos, y los chivos de los libros que escribís) Porque decisiones como la asignación por hijo y la incorporación de nuevos jubilados al sistema previsional estaban empezando a revertir la imagen negativa que El y Ella (ahí está, volvieron las mayúsculas, no te confiés en el corrector del Word, revisá vos las columnas antes de mandarlas) habían sabido conseguir como consecuencia del conflicto con el campo. De cualquier manera, ni López ni nadie pueden negar que la empatía por el dolor hizo explotar la intención de voto de Fernández como ningún otro hecho de la política o la economía. (tremendamente cientifico: nadie lo puede negar, ningún otro hecho, todo porque...lo decís vos) Y que, al mismo tiempo, la muerte del ex presidente hizo desaparecer, como por arte de magia, las sospechas de corrupción y los actos de intolerancia y prepotencia que Kirchner había protagonizado en los últimos años, incluso contra colegas muy serios que hacían las preguntas correctas en los lugares adecuados.(no como vos, que sos poco serio, y hacés preguntas pelotudas en lugares inadecuados, como programas de radio o televisión conducidos...por Luis Majul)
Después de que abandonó su pasión por el casino, Kirchner dejó de disfrutar de cualquier cosa que no fuera la construcción política. (no creas, ahí donde lo ves, dicen que se devoraba tus columnas) Quizá sus únicos lugares de "no política" fueran su amor por Racing y los diálogos con sus hijos. En uno de sus viajes oficiales a Nueva York, cuando todavía era presidente, caminó durante dos horas con su comitiva, (¿lo seguiste, de qué te disfrazaste para que no te reconocieran, de periodista?) pero ni una sola vez se paró en una casa de artículos electrónicos, una librería o un teatro de Broadway. (vos hubieras hecho lo mismo con el teatro, entrabas a la librería a ver si estaba algún libro tuyo, y te perdíamos por un mes en la casa de electrónica. Además imagináte el tipo entrando con la custodia a un teatro en medio de la función, lo hubieran azulado a puteadas) El entonces canciller Rafael Bielsa le preguntó, al final de la caminata, por qué no lo había hecho y qué era lo que de verdad disfrutaba en la vida. El lo miró extrañado y le respondió que lo que más la importaba en la vida era hablar con Máximo sobre Racing y sobre política. Y enseguida cambió de tema.(¿y vos todo esto lo sabés porque te lo contó Bielsa, lo imaginaste o sanateás, como de costumbre?)
Kirchner era un hombre que evitaba aportar a su interlocutor información sensible sobre él mismo y sobre sus asuntos más personales. (un dato: se llama derecho a la privacidad) Pero, al mismo tiempo, usaba sus relaciones esporádicas para obtener datos que pudieran servir a sus fines. Un día, durante su primero (es "primer") o segundo año de gobierno, me empezó a hablar de los comentarios anónimos en Internet. (así fue: un día dejó todo lo que estaba haciendo, te llamó por teléfono y te dijo: "Che, Luis, veníte a la Rosada así hablamos de los comentarios anónimos en Internet, que no le encuentro la vuelta al asunto") Estaba obsesionado con las descalificaciones que recibía en los portales de noticias. (en cambio vos soportás inmutable que te griten "pelotudo" en la calle no menos de cien veces por día) Preguntó, como al pasar, qué se podía hacer para neutralizarlos. Le sugerí que lo mejor era ignorarlos: si no eran críticas lógicas y bien argumentadas, en el fondo no tenían ningún valor.(y te hizo caso: desde entonces dejó de leer tus columnas) Pero El (volvieron las mayúsculas, un psicólogo acá por favor, que sepa tratar casos agudos del síndrome de "obsesión por vender libros") no opinaba lo mismo. Consideraba que eran un arma política muy agresiva y efectiva. Y se preguntó qué pasaría si cada una de esas agresiones pudiera ser respondida con un insulto más fuerte. (¿y puso ejemplos che, ponéle: "¿vos creés Luis, que si un tipo me dice dictador y yo lo mando a la concha de la lora aflojará?"?)  Sin saber bien de qué estaba hablando, casi por intuición, (ah, aplicando el famoso Método Majul, pero agregándole intuición) Kirchner había empezado a crear, a partir de su necesidad y desde la pura voluntad, el primer ejército de blogueros k que un día se metió en las redes sociales (sobre todo "pura voluntad"...tuya, porque lo más probable es que Néstor no tuviera la más puta idea de lo que era un blog) y que ahora es "hegemónico", (¿por qué comillas, es o no hegemónico?) igual que muchas usinas de poder oficial.
Es que ni el más mínimo dato que pudiera afectar su sistema de poder le era ajeno. (y lo bien que hacía: de lo contrario podía incurrir en el majulismo, enfermedad degenerativa de la ignorancia supina) Hacía todo lo que tenía a su alcance para neutralizarlo o volcarlo a su favor. (te tenemos noticias: dicen -un tal Maquiavello- que de eso se trata la política, manejálo) Poseía la voluntad, el poder y el dinero. Y los usaba sin límites. Lo mismo hace ahora, con más sutileza y mejores modales, la presidenta que acaba de ganar de manera apabullante.(ponéte contento: si es así, hay kirchnerismo para rato, y tenés material para dos o tres libros pedorros más)

(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

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