LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 7 de septiembre de 2018

Y TODAS LAS CUENTAS LES SALIERON MAL


Decíamos los otros días que ya nadie puede creer en las proyecciones y cálculos económicos de este gobierno, por la simple y sencilla razón de que no ha acertado ninguna, en casi tres años de gestión: por solo citar la última, citemos el presupuesto para este año, que contemplaba un dólar en promedio a $ 19,30, un crecimiento del PBI del 3,5 % y una inflación del 10 %.

Y lo dicho vale para el “programa financiero” para el año que viene, que mostró el lunes pasado Dujovne en su conferencia de prensa, tratando de despejar las dudas sobre un posible default de la deuda externa pública, a partir de una nueva apertura del grifo del FMI.

No es cuestión de entrar a discutir en detalles las cifras que dio el ministro (muy posiblemente, tan en el aire como todas las que dio hasta ahora), sino de decir que el problema es de concepto, y supone enfoques tan equivocados como plantear que el problema de la economía argentina es el déficit fiscal en pesos, cuando es el déficit de cuenta corriente del sector externo, en dólares.

Es decir, la ya famosa restricción externa, rasgo estructural de una economía con estructura productiva desequilibrada que necesita más dólares para funcionar de los que produce genuinamente, y que cuando no puede cubrir esa brecha con deuda, suele explotar en crisis sistémicas, como está pasando ahora.

Un problema que las decisiones del gobierno de Macri no han hecho más que agravar, con las medidas que tomó desde el primer día: levantamiento del “cepo” (es decir, permisión del acceso ilimitado a las divisas), eliminación de los controles a los movimientos de capitales (un incentivo a la fuga) y supresión de la obligación de los exportadores de liquidar las divisas del comercio exterior (la fuente genuina por excelencia de provisión de éstas) en el mercado cambiario del país.

Si se acrecienta la demanda de un bien (en éste caso el dólar) mientras se disminuye su oferta, diga lo que diga al respecto Majul, el resultado será que se encarecerá su precio, hasta el extremo en que ya no se lo pueda pagar, o sea imposible acceder a él. Que es lo que le está pasando al modelo macrista, desde que le fue cerrado el grifo del endeudamiento externo, que no está disponible y si lo estuviera, sería con tasas de default.


Pero el error mayúsculo de enfoque del problema es centrarse exclusivamente en la posibilidad (cada día más cercana) de un default de la deuda externa pública del Estado nacional (engordada además por las LETES en dólares emitidas por el gobierno para desarmar la bomba de las LEBAC´s), sin advertir que presionan otros actores sobre la demanda de divisas, que hoy por hoy solo salen de las reservas del Banco Central.

Las provincias (que han emitido abundante deuda, alentadas por el gobierno nacional), las multinaciones que están acelerando el giro de dividendos a sus casas matrices por diferentes mecanismos (como los autopréstamos o los precios de transferencia) para fugar, los ahorristas en dólares, los viajeros al exterior (aunque menguando, por la devaluación), las empresas que se endeudaron en dólares en el país con bancos del país y del extranjero, y por supuesto, la fuga de capitales; que es para lo que esencialmente el gobierno de Macri va a renegociar un mayor flujo de fondos con el FMI, como lo puede comprobar cualquiera que vaya siguiendo las subastas diarias de divisas de “Toto” Caputo desde el Banco Central (y ahora sus intervenciones abiertas); y como lo reconocen los propios fondos de inversión en ésta nota de Julián Guarino en Ambito de ayer.

Si se repara además en que el marco jurídico que rige hoy las compras de divisas, los movimientos de capitales y la liquidación de divisas por los exportadores no cambió y nada indica que vaya a cambiar en lo inmediato, y que el nuevo esquema de retenciones que se acaba de aprobar alienta la no liquidación para especular con una mayor devaluación para licuar la carga fiscal, se advertirá que una posible crisis terminal del sector externo (más que un default de la deuda pública, pero sin descartarlo) es algo que debería preocupar ya éste año, no esperar a ver que pasa el año que viene.

1 comentario:

Norberto dijo...

Y mientras tanto existe una disputa por los dólares que entran con los fondos de inversión de Wall Street que quieren retirase y llevarse la suya antes del default, y la banda que ya lo está haciendo luego de jugar con información privilegiada entre tasas de Lebac y precio del dólar por lo que el escenario dista de ser estático.
Stop Fly pasajeros Bondi Arbus para pasajeros y equipajes de la lowcost
Nunca menos y abrazos