Tal como se venía anunciando los últimos
días, apareció publicada ayer en el Boletín Oficial la “prórroga de la
moratoria jubilatoria para las mujeres”, resuelta por la ANSES mediante la
Resolución 158 (completa acá).
Las comillas tienen
que ver con que, como señala la imagen de apertura que corresponde a ésta nota de El Destape, la prórroga viene con trampa: lo que hace la resolución
es prorrogar el plazo establecido en el artículo 22 primer párrafo de la Ley
27.160, conocida como de “reparación histórica a los jubilados”; aunque en
realidad su intención principal fue aprobar el blanqueo de capitales, y el
desguace del Fondo de Garantía de Sustenabilidad (FGS) de ANSES.
Ese artículo de la
ley aprobada en el 2016 dispuso que “Las mujeres que durante el plazo previsto
en el artículo 12 cumplieran la edad jubilatoria prevista en el artículo 37 de
la ley 24.241 y fueran menores de la edad prevista en el artículo 13 de la
presente, podrán optar por el ingreso en el régimen de regularización de deudas
previsionales previsto en la ley 26.970 en las condiciones allí previstas...”.
Explicamos: la
norma refiere a las mujeres que tenían entonces menos de 65 años de edad, que
es la establecida por la misma Ley 27.260 para acceder a la “Pensión Universal
del Adulto Mayor” (PUAM), el sucedáneo inventado por el macrismo para
reemplazar a las moratorias previsionales del kirchnerismo (de las que las
grandes beneficiarias fueron las mujeres); con la trampa de elevar la edad para
acceder al beneficio en cinco años, y reducir el haber al 80 % de una
jubilación mínima; y que dentro del plazo de 3 años de sancionada la ley
cumplieran los 60 años que exige el régimen jubilatorio común .
Esas mujeres podían
optar en ese plazo (que ahora se prorroga) por ingresar al régimen de
regularización de deudas por aportes a la seguridad social (vulgarmente
conocido como moratoria), por servicios prestados antes del año 2003, y desde
que cumplieron los 18 años, la edad mínima para trabajar.
¿Y dónde está la
trampa entonces en ésta prórroga?: tal como explican en la nota Miguel
Fernández Pastor y la diputada de Unidad Ciudadana Luana Volvonich, en que no
se corre esa fecha de corte que estableció en 2014 la Ley 26.970 (como dijimos,
el año 2003), por lo cual las mujeres que quieran ingresar a la moratoria para
obtener su jubilación no podrán acreditar servicios comprendidos entre ese año
y el actual 2019, y por ende los años de servicios sin aportes que puedan hacer
valer para jubilarse, serán cada vez menos, porque una variable se mueve por el
transcurso del tiempo desde la aprobación de la ley de “reparación histórica”
(la edad de las posibles beneficiarias), y la otra no (la fecha de corte de los
servicios a reconocer.
Lo cual perjudica
en especial a las mujeres no solo porque en su caso los niveles de empleo
informal son mayores, sino porque representan por excelencia el colectivo
afectado por el trabajo no remunerado, en condición de amas de casa. La
alternativa real para ellas que ofrece el macrismo sigue siendo esperar a cumplir
los 65 años, y obtener la PUAM, cobrando apenas el 80 % de una jubilación
mínima.
Una verdadera
prórroga de la moratoria previsional para las mujeres (que es lo que venían
reclamando los colectivos feministas y en especial las centrales sindicales)
debería disponerse por una ley del Congreso, para lo cual la diputada Volvonich
presentó un proyecto, que el oficialismo se niega a tratar.
Lo interesante del
caso es que, aun consumando una nueva estafa de las que nos tiene
acostumbrados, el macrismo tuvo que aceptar poner este tema en agenda en pleno
año electoral; mientras los encuestólogos pagos por el gobierno y los medios
hegemónicos tratan de convencernos de que viene repuntando en las encuestas, y
Macri cuenta con serias chances de ser reelecto.
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