LA FRASE

"AEROLÍNEAS ARGENTINAS NO DEPENDE DE MI CARTERA, ASÍ QUE NO VEO POR QUÉ MOTIVO ME VESTIRÍA DE AZAFATA." (LUIS PETRI)

miércoles, 16 de enero de 2019

LA REALIDAD ¿SE PUEDE TAPAR?


El INDEC "saneado" de Todesca da a conocer que la inflación del año pasado fue la más alta en 27 años, y el tema ocupa un lugar marginal en la tapa de los dos principales diarios del país; desplazado por otras noticias de mucho menor envergadura y -sobre todo- mucha menor influencia en la vida cotidiana de los argentinos.

¿Sorprende? Claro que no: esos diarios son parte del dispositivo político del oficialismo, y es hasta natural que intenten minimizar u ocultar un rotundo fracaso político de la administración de Mauricio Macri, en uno de esos temas que dijo en campaña que para él sería muy sencillo de resolver; y no cualquier tema, sino uno directamente vinculado al bolsillo de la gente común. El problema en todo caso lo tendrán quienes siguen creyendo en el mito de la prensa independiente.

Si se quiere mirar un poco más allá, esos grandes medios (en su formato de papel, hoy en declinación) son exclusivamente sostenidos por la pauta publicitaria de los avisadores privados (el resto lo aporta la pauta oficial), que en su gran mayoría son los formadores de precios o empresas con posición dominante en el mercado, que generan -entre otras causas- la inflación. Como decía un personaje televisivo hace años, donde se come no se manicurea.

Se dirá que cada día menos gente lee los diarios en papel, y en consecuencia son menos las personas sometidas al influjo de lo que estos deciden poner en tapa, pero también es cierto que los diarios siguen conservando el "poder de agenda": son ellos los que definen de que se habla y de que no, de que se habla más y de que se habla menos; y buena parte de la rutina informativa habitual de los medios audiovisuales es...repasar la tapa de los diarios. Si su influencia fuera nula, dejarían de tratar de ejercerla.

La discusión es, entonces, otra, y tiene que ver con la eficacia del dispositivo; sobre todo de cara a un año electoral, en el que lo utilizarán hasta el cansancio. Que la realidad puede ser excluida de una tapa ya lo han demostrado con creces: los mismos diarios, en su misma edición (la de hoy) ni siquiera mencionan las inundaciones en el Litoral, y solo La Nación le dedica un rincón marginal al brote de hanta virus, tema que Clarín ignora por completo. No es casual, por supuesto: en ambos casos las consecuencias de los fenómenos se agravan por una deserción absoluta del Estado macrista, de sus responsabilidades de velar por la población.

El asunto es si la realidad se puede tapar, y hasta que punto. Podrá aducirse que en un tema puntual (como las inundaciones o el hanta virus), si los medios lo ocultan, solo lo perciben los directos afectados, o en todo caso que impacte en otros segmentos de la población; pero entonces cabe preguntarse como juega eso en el caso de la inflación, que nos impacta en mayor o menor medida a todos.

Dicho de otro modo, si los diarios (los medios, en general) lo ignoran, ¿algo simplemente no sucede, los inundados no tienen sus casas llenas de agua, no perdieron sus pertenencias, los precios no aumentan, el changuito del supermercado no se carga cada vez con menos cosas, la gente en el sur no tiene que andar con barbijos por miedo a contagiarse del hanta virus, los muertos no murieron?

La respuesta inmediata y racional que a cualquiera le viene a la mente es que no, que lo que pasa pasa, aunque no lo muestren, pero por supuesto que no es tan sencillo: en esto -como en casi todo- se trata de encontrar el punto de equilibrio, para no caer en los extremos. Con todo el dispositivo de medios en contra operando las 24 horas (ya se había aprobado la ley de medios, y había pasado el conflicto con el campo que detonó la guerra del gobierno con Clarín), Cristina ganó con más del 54 % de los votos en el 2011. 

A la inversa, con la misma artillería desplegada en su contra, el kirchnerismo perdió las legislativas del 2013, y el FPV el balotaje presidencial del 2015, tras haberse impuesto en las PASO y en la primera vuelta. Lo que cambió en uno y otro caso fue el contexto en el que los medios instalan su prédica, sobre todo la realidad socioeconómica; que hasta tanto no cambien las cosas, suele ser el elemento preponderante (no único, ni excluyente) de las decisiones electorales.

Desde ese punto de vista cabe preguntarse (preguntarse, no tenemos las respuestas) hasta cuando el obsceno intento de tapar la realidad, cuando esta se vuelve cada vez más acuciante, no termina siendo primero inocuo, y luego contraproducente. Lo que es seguro es que comprar la tesis opuesta (la que dice que los medios determinan infaliblemente lo que gente decide o hace) es paralizante en términos políticos, y conduce a la profecías autocumplida de la derrota cantada. 

4 comentarios:

ram dijo...

En realidad, hubo un 49% que NO le dió bola a los medios éstos, a pesar de la prédica que se hizo casi insoportable; ganar, ganaron por muy poco y ahora, ante lo evidente del desastre hacen "resistencia" para evitar que se aviven los giles.... a mí lo que de veras me sorprende son todos ésos de indignación automática en aquellos tiempos y ahora, ni se inmutan ante la estafa que se despliega ante sus ojos y en su nivel de vida... en fin, como decía aquel filósofo del dulce de leche, "les hicieron creer...", sí, que esta desgracia es una fiesta y el futuro será una maravilla.... si alguna vez llega.

Jonatan. dijo...

Macri no fracasa, su politica no fracasa, gobierna para los ricos y ellos son cada vez mas ticos, y nosotros cada vez mas pobres. NO son pelotudos,no fallan, no es q "no encuentran el rumbo", el rumbo esta claro: ES ESTE.

gorila gorila dijo...

de acuerdo. pero la el determinante final de las 2013 y 2015 fue el FR de Massita.
Que después mostraría su verdadera cara con davos coso y etcéteras.

Anónimo dijo...

Hubo un 49% que no le dió bola. Es verdad. Pero el 51% se comió el caramelo, y hoy, muchos, muchísimos de ellos, no llegan para pagar la factura de la luz.
La única verdad es la realidad, pero a la realidad hay que ponerla sobre la mesa.
Los que prefieren comer polenta con tal que no vuelva el peronismo/kirchnerismo, son el 10% de ese 51% que votó contra su propio interés.
Al resto, hay que mostrarles -sin decirselo directamente- que fueron imbéciles. Y entonces el resultado 2019 está puesto.
El Colo.