LA FRASE

"POR AHORA NO ESTÁ PREVISTO EL ENVÍO DE AYUDA A ENTRE RÍOS POR LAS INUNDACIONES, NOS INFORMAN QUE LA COLECTIVIDAD JUDÍA EN BASAVILBASO ESTÁ BIEN PORQUE EL AGUA AÚN NO HA LLEGADO ALLÍ." (KARINA MILEI)

martes, 3 de abril de 2012

DIVORCIO EXPRESS


Por Víctor Astesiano 

Yo me quiero divorciar, ¿y usted?

En las últimas décadas se ha discutido para qué sirve un divorcio-contienda, en el que los esposos se echan culpas recíprocas. Se ha dicho que el juicio contencioso es el IVA para el desvínculo.

También se ha preguntado por qué existen períodos de espera para poder divorciarse. Ante ello la idea reformadora toma posición firme.

En la actualidad, el Código Civil establece una doble posibilidad: a) separarse personalmente (de bienes y cuerpos, es lo que existía antes de la introducción del divorcio vincular en el año 1987); b) divorciarse.

A su vez, ello puede hacerse por causas objetivas (es decir no importa el motivo de la pretensión) o por causas subjetivas (por las que uno de los cónyuges o ambos recíprocamente, se echan la culpa de la ruptura matrimonial). Existen una serie de plazos en las causas objetivas (dos o tres años de casados para, respectivamente, separarse personalmente o divorciarse de común acuerdo; dos o tres años de separados de hecho para, respectivamente, separarse personalmente o divorciarse).

Con la reforma ya no se va a discutir la culpa y se elimina la separación personal. Es más, también se elimina la fidelidad como deber legal matrimonial. Se recuerda que, en la actualidad, ese es un deber y violentarlo puede, según los casos, dar lugar a divorcios contenciosos por injurias o adulterio.

En el anteproyecto, para divorciarse no hay que esperar nada, ni de tiempo ni la voluntad del otro cónyuge.

Lo único que habrá que hacer es en forma conjunta o unilateral presentarse ante el Juez y pedir decrete el divorcio.

En el segundo de los casos, se le exige que presente una propuesta de acuerdos sobre tenencia de hijos, alimentos, visitas, división de bienes.

El otro cónyuge puede aceptar la propuesta o rechazarla elevando una contrapropuesta. Si no hay acuerdo, se declara el divorcio y se discuten los otros temas por separado.

Divorcio rápido y sencillo, aunque los platos sigan volando en casa.

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