Uno lee el título y parece que la noticia es que de golpe la oposición está terriblemente interesada en que se aplique plenamente la ley de medios, y el oficialismo no la quiere dejar participar.
Pero después husmea en la nota y se da cuenta que el problema es otro: la ley se sancionó en octubre del 2009, y acá contábamos la historia (por todos conocida) de lo que pasó con la oposición cuando se la trató en el Congreso, cuando se la discutió en foros en todo el país, y cuando -una vez sancionada- siguieron en la justicia el debate que no dieron en el Congreso; para que no se aplicara.
Y a partir de diciembre del 2009 pasaron dos cosas simultáneamente (que si uno se olvida del título, en la nota de La Nación están): Clarín obtuvo la cautelar del juez Carbone para que no le aplicaran el artículo 161, y el hoy disuelto "Grupo A" tomó por asalto el control de las dos Cámaras del Congreso.
Y así, mientras Magnetto freezzaba la ley (se demoró un año luego de la cautelar en notificarle la demanda al gobierno), la oposición pasaba dos años con mayoría en las dos Cámaras sin reunir la Comisión Bicameral, ni designar sus representantes ni en ella, ni en el Directorio de Radio y Televisión Argentina S.E..
En parte porque no se ponían de acuerdo sobre a quien le correspondían los lugares (polémica que se reavivó en diciembre cuando se discutieron las autoridades de las Cámaras, y sobre todo, porque confiaban en que el kirchnerismo se derrumbaría, serían gobierno a partir del 2011 (algunos soñaron que incluso antes, con Cobos) y derogarían la ley.
Pero ahora las cosas son distintas: primero tuvieron que convencerse a la fuerza (de los votos de Cristina) que la cosa viene para largo, y luego del fallo de la Corte en la cautelar de Clarín, se aceleró el conteo del reloj de la desinversión de cara al 7 de diciembre.
Y en esto la nota de LN es bastante transparente, no así el título: allí está todo el problema, en las intimaciones que la AFSCA empezó a enviar (no sólo a Clarín, sino a todos los grupos que exceden las cantidades de licencias permitidas por la ley) notificaciones previas para que informen sobre sus licencias.
La comprobación de la íntima vinculación entre uno y otro aspecto (la premura de los opositores por participar ahora de un esquema que combatieron y repudiaron en el pasado, la estrategia de Clarín de defensa integral de sus intereses) es muy sencilla: basta con recordar (releyendo este posteo) que la última vez que los medios hegemónicos plantearon estas cuestiones fue justamente cuando se conoció el fallo de la Corte sobre la cautelar de Clarín en relación al artículo 161, y las quejas por una presunta "aplicación selectiva" de la ley de medios, o sea, sólo a Clarín. O el hecho de que ahora se le pida opinión -vaya uno a saber a cuento de que- a la Claríndiputada Silvana Giúdici, hoy fuera del Congreso.
Es de esperar que, cuando al fin la ley se aplique en su totalidad, junto con un modelo de concentración hegemónica de medios representado principalmente (aunque no exclusivamente) por Clarín, comience a desaparecer una lógica de construcción política subalterna de las lógicas corporativas, protagonizada por una oposición -como bien definió Víctor Hugo Morales- menesterosa de apoyo mediático.
Por lo que el título de la nota bien podría haber sido (sin faltar en absoluto a la verdad): "Ante la posibilidad de perder en Tribunales, Magnetto intenta que sus diputados en el Congreso puedan empiojar la desinversión forzada".
1 comentario:
Están desesperados.
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