Por A.C.
Es estos días aparece
una nueva ofensiva cambiaria, que no solo es un ataque a la moneda nacional,
sino y fundamentalmente, es un nuevo ataque a un modelo de país. A un país
donde se prioriza el empleo, con los salarios más altos de la región, la
producción, el desarrollo industrial, la inversión, la inclusión social, el
fortalecimiento del consumo interno, y una altísima participación de los asalariados
en la renta nacional.
Buscan, como siempre,
una devaluación del peso que generaría una descomunal
transferencia de ingresos, desde aquellos que ganan y viven
con pesos – la enorme mayoría de la población-, a favor de un pequeño sector con ingresos y tenencias en dólares.
Es decir, un enorme desplazamiento de recursos a favor de los sectores
exportadores y financieros, en perjuicio de los
asalariados, jubilados, y todos aquellos con ingresos fijos en moneda
nacional.
Eso es lo único real que hay
detrás del dólar “blue”: la intención de transferir ingresos desde la población
hacia sectores concentrados de la economía.
El del dólar marginal, es un pequeño nicho amplificado
generosamente por los medios periodísticos asociados a los sectores exportadores
y de la especulación. Más allá de lo que puedan publicar Clarin o La
Nación, es sobradamente conocido en el mercado, que el dólar marginal mueve
diariamente entre 10 y 12 millones de pesos, es decir que no se negocia más de
un millón y medio de dólares a la cotización irreal del “blue”. Para los
volúmenes de una economía como la Argentina, un millón y medio de dólares es
una cantidad definitivamente insignificante. Sin embargo, lo instalan
mediaticamente y hay sectores influenciables de la población que creen que ese
es el mercado real.
En la búsqueda de
apropiarse de los recursos de la población a través de una devaluación, los
argumentos que se esgrimen desde los sectores especuladores, como la supuesta
adecuación del valor del dólar a la inflación, no tienen ningún sustento en los
números de la economía real. Por eso, no tiene ninguna lógica el incremento del
dólar “blue”, que subió un 29 % desde enero a lo que va de marzo de 2013.
¿Quién les midió el 29% de inflación en menos de tres meses? ¿Lilita Carrió?
¿Cachanosky? ¿Groucho Marx?
Con una fuerte
devaluación, como la que buscan, y el deterioro del valor del peso, se provocaría
inevitablemente una alta inflación, porque se incrementarían los precios internos,
como los bienes de exportación que se comercializan en el mercado local, y
logicamente, el precio de los productos importados, sumado a que los grupos
económicos concentrados, automaticamente aumentarían sus precios para no perder
su rentabilidad. Es decir que todo aquel
que tiene capacidad de ajustar precios, se
apropia de grandes recursos, en
perjuicio de los que no tienen esa posibilidad.
Se empobrece la gente,
porque la pérdida de valor del peso, hace perder el poder adquisitivo del
salario y se contrae la demanda interna. Si hay menos consumo, hay menos
producción, y si la producción disminuye, se pierden puestos de trabajo. Se
ingresaría entonces en un círculo vicioso, de retroceso sistemático de la
economía, con caída del consumo, de la producción, con pérdida de puestos de
trabajo, y con todas las consecuencias
económicas, sociales y humanas que eso provoca.
Por eso, si se accediera a
que un grupo de especuladores con grandes tenencias o ingresos en dólares,
fijaran el precio de esa divisa en 8 pesos, ese sería el valor por el que
estarían cambiando nuestra realidad para sumergirnos en la pobreza,
transfiriendo los recursos que hoy los argentinos disponemos en base a una
economía de producción, empleo y consumo, a un pequeño sector concentrado que incrementaría aún más sus extraordinarios
ingresos.
Y ese sector lo intentó
todo, hasta apostar al triunfo de los fondos buitres en los tribunales de Nueva
York. Mientras tanto, siguen sin entender como funcionarios del Gobierno
Nacional nunca escucharon sus “sugerencias” o no aceptaron sus ofertas de
sobornos. Por eso intentan descalificarlos todos los días por los medios y
hablan de internas, de enfrentamientos, de “necesidades de recambios” en el
Ministerio de Economía, en AFIP o en el Banco Central.
El
Gobierno Nacional siempre apostó a la racionalidad de los sectores económicos.
Pero en el caso que no hubiera lógica en éste
grupo de especuladores, entonces hay normativa.
La Ley 19.359 –Régimen Penal Cambiario-
establece en su artículo 1º lo
siguiente: Serán reprimidas con las sanciones que se establecen en la
presente ley:
a)
Toda negociación de cambio que se realice sin intervención de institución
autorizada para efectuar dichas operaciones;
b)
Operar en cambios sin estar autorizado a tal efecto;
c)
Toda falsa declaración relacionada con las operaciones de cambio;
e)
Toda operación de cambio que no se realice por la cantidad, moneda o al tipo de
cotización, en los plazos y demás condiciones establecidos por las normas en
vigor;
f)
Todo acto u omisión que infrinja las normas sobre el régimen de cambios.
La norma prevee sanciones de multas y prisión. Y en
su artículo 5, faculta al Banco Central a citar y hacer
comparecer, con el auxilio de la fuerza pública si fuere necesario, a las
personas a quienes considere pertinente recibirles declaración como infractores
o testigos y requerir de los tribunales competentes las órdenes de allanamiento
necesarias, y requerir el auxilio inmediato de la fuerza pública ante inconvenientes
o resistencia para practicar allanamientos, secuestros, registros o
inspecciones de oficinas, libros, papeles, correspondencia o documentos de las
personas investigadas.
En una de esas sea el
tiempo de iluminar las cuevas, para mostrar que adentro solo hay avaricia y
delincuencia disfrazada de inversores.
4 comentarios:
otro tema para iluminar.
seguro se va a poner inmediatamente a disposicion de la justicia como el acusado y como budú
Anónimo de las 10:13:
Como troll maquinita que sos, no te fijás ni en el tema del post, y metés igual tu brillante mensaje. O en una de esas lees el post, pero no entendés lo que dice.
Y por tu inquietud, siendo los denunciantes los diputados provinciales del Frente Progresista, Pullaro (UCR) y Alicia Gutiérrez (SI), deben estar asesorados por Lilita Carrió, la denunciadora compulsiva que nunca probó nada.
Sería mejor que se ocupen del tema Tognoli, porque la situación de Binner y Bonfatti se puede complicar en breve.
si bielsa no tiene nada que ocultar que se ponga a disposicion de la justicia como hizo escajadillo
Y Tognolli
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